Células de los cárteles del Golfo, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación se disputan el control del tráfico de migrantes en los estados de la frontera sur, entre ellos Chiapas, donde el jueves murieron 55 centroamericanos, en su mayoría guatemaltecos, al volcar un tráiler en el que eran tras- ladados a Estados Unidos en condiciones de hacinamiento.
Se trata de bandas de polleros que pertenecieron a Los Zetas, grupo criminal que la década pasada dominó el tráfico, secuestro y extorsión de migrantes en el sureste y Golfo de México, y que ante su debilitamiento operativo quedaron sin mando y se unieron a las filas de dichas organizaciones trasnacionales.
Esas localidades son Arriaga, Tonalá, Cintalapa, Pijijiapan, Mapastepec, Acapetahua, Villa Comaltitlán, Mazatán, Tapachula, Ciudad Hidalgo, Frontera Comalapa, Motozintla, Siltepec, Ángel Albino Corzo, La Concordia y Villa Corzo.
El subsecretario de Seguridad Pública federal, Ricardo Mejía, aseguró que se tienen identificadas redes de traficantes de migrantes, desde polleros, operadores financieros y los que ponen tractocamiones y cajas para el traslado de las personas que buscan llegar a Estados Unidos.
El exdirector del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), ahora Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Guillermo Valdés Castellanos, afirmó que en su época de apogeo Los Zetas irrumpieron en el tráfico de indocumentados, que históricamente había sido dominado por los tradicionales polleros, a quienes pasó a controlar, haciendo este negocio ilícito más violento.
“Ahora Los Zetas como organización ya no existen, pero quedaron bandas que eran de Los Zetas todavía en el control de este negocio”, mencionó.
“Los Zetas se adueñaron a la mala de estas bandas de polleros, a punta de pistola los obligaron a compartir su negocio. Les dijeron: ‘Mira, de los 5 mil dólares que tú cobras al guatemalteco tanto porcentaje es para nosotros’. Pero además le incrustaron otra faceta al negocio, que es que a cada migrante le dicen: ‘Para que yo te lleve del otro lado me tienes que dar mil o 2 mil dólares, de lo que le vas a pedir a tu pariente que está en Estados Unidos y si no me entregas esos mil dólares, te mató’. Es el secuestro de los migrantes”.
A principios de mes, el senador del PRI, Manuel Añorve Baños, presentó una iniciativa de reforma a la Ley General de Migración que busca penas de prisión de ocho a 16 años para este delito: “Lo de Chiapas refleja que hay cero política migratoria en México y la falta de dientes que tienen las autoridades de todos niveles para castigar ejemplarmente a quienes cometen este ilícito”, señaló en entrevista con el Gran Diario de México.
Refirió, además, que el problema no son “los juegos pirotécnicos” que todos los días realiza el Instituto Nacional de Migración sobre supuestos de salvamento de migrantes trasladados en condiciones inhumanas, sino que diariamente son más y más las personas que caen en esta red criminal que es evidente que se ha multiplicado.
“Tan evidente es el hecho de que ser pollero no conlleva ningún castigo que estas redes de traficantes se dan a conocer a través de redes sociales, sin aparentar en el nombre de sus páginas y ofreciendo abiertamente sus servicios”, afirmó.
Más de 4 mil migrantes que viajaban en cajas de tráileres, camiones y autobuses, en condiciones de hacinamiento, han sido rescatados de enero a diciembre de este año por agentes de la Guardia Nacional (GN) y del Instituto Nacional de Migración (INM) en varios estados del país, principalmente Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco, informó ese organismo.
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