Claudia Tavares tiene 50 años, vive en Zacapu, Michoacán, y fue diagnosticada con cáncer de mama en abril de 2022, pero su primera cita médica se la dieron hasta septiembre del mismo año.

La enfermedad avanzó, denunció negligencia médica por la falta de atención y el darle su medicamento seis meses después. Tavares no cuenta con recursos económicos suficientes para buscar una alternativa en el sector privado.

Tiene el apoyo de un programa social federal, pero apenas le alcanza para luchar contra su padecimiento y sacar a sus dos hijos adelante. A veces atiende negocios de algunos conocidos para subsistir.

La señora explicó que para agendar su cita médica los trabajadores del IMSS número 2 de la entidad sólo le decían “vuelva mañana”, pero hizo ruido para que la atendieran, pues entre más tardaban en darle atención más avanzaba la enfermedad.

Recordó la ocasión en que su cirugía ya estaba programada, pero la regresaron. “Estando ya canalizada el doctor sale y me dice que tuvo una emergencia, que debía reagendar la cita”, relató.

Claudia pidió que al día siguiente se realizara el procedimiento, pero el especialista contestó que no era posible y que le notificarían cuando tuvieran lugar para atenderla. Pasaron dos semanas para que le dieran fecha de su cirugía.

Al terminar sus quimioterapias volvió a solicitar el fármaco trastuzumab, pero al entregar los papeles al IMSS y exigir la dosis le dijeron que se habían perdido sus documentos.

“Es que tenemos muchas cajas con muchos papeles, me va tocar revisarlo”, contestó uno de los encargados. Ese día encontraron los documentos e hicieron la solicitud a la torre de control del IMSS.

A pesar del procedimiento quirúrgico, el especialista le notificó a Claudia que el cáncer se había esparcido primero al pulmón y posteriormente a los huesos, por lo que requería radioterapia.

En Morelia no hay equipo para radiación, así que la enviaron a Querétaro a recibir su tratamiento. Así, Claudia gasta 4 mil 800 pesos al mes, entre pasajes y comida, para luchar por su vida.

“El detalle es la negligencia médica que tuvieron conmigo”, comenta, al reiterar que el cáncer avanzó por la falta de atención médica inmediata.

El médico otorgó una subrogación para recibir atención en Querétaro, pero en la clínica a la que la mandaron “no había máquina para recibir radiación, yo seguía sin medicamentos”. Recibió 25 radiaciones en otra entidad.

Con evidente dolor, Claudia comparte que “esta enfermedad no se detiene, corre, no espera. Me duelen los huesos, la cabeza, me duele todo; me canso tanto, es una impotencia... Me desespero porque ya no puedo hacer lo que me gusta, el deporte. Ya no puedo ejercitarme como antes. Ahora camino, pero me duele el pecho”, dice.

Claudia fue una de las pacientes que se manifestaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el pasado 16 de noviembre para exigir su medicamento. Así obtuvieron un convenio en el que los profesionales de la salud se comprometieron a abastecer fármacos y a dar atención en Michoacán, con lo que ahora recibe su dosis de manera puntual.

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