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Un grupo de mujeres, sobrevivientes del cáncer de mama, llegó de rodillas a la Basílica de Guadalupe, para agradecer por haber librado una segunda batalla, pues se encontraban en Acapulco, Guerrero, durante la llegada del Huracán Otis el pasado 24 de octubre.
Se trata de 43 féminas que reciben tratamientos en la Fundación Cáncer de Mama (Fucam) y que como parte de sus terapias psicológicas, fueron enviadas a un “paseo” en Acapulco, el cual se vio empañado por la llegada del devastador Huracán categoría cinco.
“Nosotras somos de la Ciudad de México, pero estábamos allá en Acapulco, nos mandaron de terapia por parte del hospital de Fucam y por eso estábamos allá, querían que la pasáramos bien para evitar la depresión, porque algunas compañeras acaban de perder su seno, otras estamos en proceso, en mi caso estoy todavía en radiaciones, pero en lugar de paseo fue un infierno”, declaró Norma Arocena, una de las integrantes del grupo, a EL UNIVERSAL.
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“Nos regalaron el paseo en el hotel Royal Palace, y cuando llegó el Huracán se fue la luz, se rompieron lo vidrios, se cayeron las puertas, nos resguardaron en el lobby pero también se metió el agua y después nos resguardaron en la panadería del mismo hotel, sentimos que íbamos a morir, nadie contaba con que iba a pasar eso, por eso venimos a dar gracias a dios”, detalló Gabriela Salazar.
Vestidas con playeras que traen la leyenda “Sobreviviente del Huracán Otis, FUCAM”, las mujeres prendieron veladoras, avanzaron de rodillas por la explanada de la Basílica, y escucharon la misa del medio día de este domingo, donde además presenciaron el nombramiento del nuevo rector de dicho santuario.
Para Norma Hernández, otra de las asistentes, el episodio que vivieron fue “una prueba de Dios”, que las llamó a fortalecer su fe y a convertirse en vencedoras de una segunda batalla en sus vidas.
“Esta prueba nos llamó a creer más en Dios, nos da mucha fe, y venimos a dar gracias por esta nueva oportunidad porque volvimos a ganar otra batalla”, concluyó.
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