Fue un “día del Presidente” diferente. No hubo saludos de mano y menos abrazos, pero sí se les olvidó la sana distancia. El Congreso de la Unión estaba blindado para que nadie que no estuviera acreditado o que hubiera dado positivo a la prueba de Covid-19 ingresara al Palacio Legislativo.

Lo que hace unos años era un tumulto de diputados, empujones, aglomeraciones, abrazos y saludos quedó en el olvido. Cubrebocas, caretas, guantes y menos de la mitad de los 628 diputados y senadores fueron el sello del arranque del periodo ordinario en medio de la pandemia.

Las curules de los diputados estaban divididas por acrílicos, que simulaban peceras, separadas a más de un metro y medio de distancia. Además, en cada asiento hubo gel antibacterial. Definitivamente, fue una instalación histórica del tercer año del Congreso de la Unión.

La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, llegó algunos minutos antes de las 17:00 horas al Palacio Legislativo de San Lázaro. Inmediatamente generó un tumulto de personas a su alrededor de personal de seguridad, diputados y personas que se querían tomar la foto con ella.

Sánchez Cordero fue directamente a la oficina del coordinador de Morena en San Lázaro, Mario Delgado, y ahí saludó a todos los coordinadores parlamentarios y a la presidenta saliente de la Cámara de Diputados. Todos los líderes parlamentarios y diputados, a pesar de no guardar la sana distancia, sí portaban su cubrebocas y hasta caretas, menos el vicecoordinador del PT, Gerardo Fernández Noroña, que ni al subir a tribuna a acompañar a su coordinador Reginaldo Sandoval se colocó el cubrebocas, pues ha dicho un sinnúmero de veces que no sirve.

Incluso en el Salón Protocolo, donde tradicionalmente se lleva a cabo la entrega-recepción del Informe de Gobierno, se rompió la sana distancia y hubo aglomeraciones en torno a la secretaria Sánchez Cordero, y se aprovechó el encuentro para hacer política y alguien preguntó: “¿Y la sana distancia?”.

Dentro de los posicionamientos, siguió la diferencia entre Morena y la oposición, pues mientras el coordinador de Morena, Mario Delgado, ofrecía su balance de los dos primeros años de López Obrador, el PAN sacó pancartas que decían: “#2AñosPerdidos”; el morenista contestó que seguramente estaban molestos porque llevan dos años sin moches.

Fue un día diferente en el Congreso de la Unión, sesión, entrega de Informe y debate en medio de la pandemia.

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