La tarde del 1 de octubre llegó y Claudia Sheinbaum, ya como Presidenta de México, salió al Zócalo capitalino ante miles de personas, para recibir uno de los objetos ceremoniales más importantes para los pueblos indígenas en México: el bastón de mando.
En su primer acto masivo, frente a Palacio Nacional, recinto que será su hogar durante los próximos seis años, la primera presidenta de México salió de la mano de su esposa, Jesús María Tarriba, y subió al templete donde mujeres representantes de los 70 pueblos originarios la esperaban para llevar a cabo la ceremonia.
Las mujeres arribaron al escenario con una vara de maíz y ofrecieron discursos a la Presidenta en sus distintas lenguas indígenas y en castellano.
A su llegada al templete, la presidenta Claudia Sheinbaum fue recibida por una médica tradicional le hizo una limpia con hojas.
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“Doctora Claudia, usted no está sola, están los pueblos indígenas de México”, dijo la médica tradicional durante la ceremonia sagrada.
Posteriormente, una de las mujeres indígenas la limpió con copal para acompañar su nuevo camino.
“Eres la voz de nuestros pueblos con dignidad, hoy las mujeres indígenas estamos de fiesta, estamos de fiesta todas las mujeres, eres la voz de las que no tuvimos voz”, destacó la participante.
“Que los elementos sagrados te acompañen, que la madre tierra te acompañe, dijo otra de las mujeres ahí presentes.
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“Hermanita Claudia te bendecimos, en este trabajo tan importante que tienes para los mexicanos”, externó.
Tras expresarle estas palabras, las mujeres indígenas iniciaron la ceremonia sagrada de los pueblos originarios donde pudieron levantar las manos a los cuatro puntos cardinales.
Las mujeres indígenas acobijaron a la Presidenta durante la ceremonia sagrada; pidieron luz divina e invocaron a los ancestros y ancestras de los pueblos indígenas y a diversos elementos en los cuatro puntos cardinales.
“Que la acompañes en cada decisión que tome, la encomendamos a sus ancestros africanas, para que gobierne con amor y compromiso, con entereza y humildad el pueblo de México”, expresaron.
“Te pedimos padre sol, te pedimos sol en su camino, porque este rumbo es la fuente de la vida, de la luz y la sabiduría”, dijo una de las participantes.
Recalcaron que, durante su mandato, los problemas se solucionen mediante el diálogo.
Virginia Flores Flores, del pueblo indígena O ́dam, Durango, destacó que es un día de fiesta para los mexicanos que estará grabada en la memoria colectiva.
“En esta nueva era, basada en el humanismo mexicano le entregamos con amor y esperanza el bastón de mando”, expresó a Claudia Sheinbaum.
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“Es un día histórico para las mujeres, después de 200 años de la República”, dijo.
Virginia resaltó que el bastón de mando es símbolo de energía y fuerza del México profundo, representa el poder comunal, de servir al pueblo.
El Xochipitzahuatl se hizo presente en la plaza de la Constitución, así como la música, siendo una ofrenda y un himno de los pueblos indígenas de México.
Las mujeres ataviadas con su traje tradicional bailaron al son de la música con respeto y seriedad.
Y así, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo recibió la protección, aceptación y respaldo de los pueblos indígenas y afrodescendientes de México.
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