Consciente de la necesidad de adoctrinar, perdón, de promover la educación entre el pueblo bueno y sabio, la Cuarta Transformación nos regaló otra perla matutina con la publicación de una obra maestra que será recordada durante milenios no sólo por su enfoque avanzado sobre la economía, sino también por su ajuste justiciero con la historia de México, o al menos eso fue lo que dijo ya saben quién en la presentación del volumen predestinado a convertirse en un clásico, al dejar en claro que “el primer fraude” lo perpetró el barbado Hernán Cortés, pues apenas desembarcó en Veracruz y “sin ningún fundamento legal, se autonombró alcalde”. ¡Santos galeones! Pero eso no fue nada... Ya encarrerado, estableció que los “moches iniciales” fueron hechos por los capitanes del conquistador, ya que “el reparto del tesoro de Moctezuma se verificó de manera irregular”. ¡Caray! ¡Cuánta razón tiene la Cuarta Transformación para exigirle a España que se disculpe por sus expolios! ¡El mal ejemplo de los peninsulares cunde hasta hoy! Sin embargo, en un ejercicio de retrospección, El Foco se pregunta cuál fue el peor fraude: ¿el de Cortés, que al menos ya está fuera de este mundo, o el que atribuyen de 1988 a Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación? Con tecnología anticaída del sistema, reflexiona: si la corrupción es la raíz del mal, ¿qué hace Morena con tanto dinero público que no regresa? A menos, claro, que haya fraudes buenos y fraudes conservadores y fifí, y ya ni hablar de la elección patito en la CNDH.
Foco. Andrés Manuel ve chiquito el fraude del 88
Foco. Andrés Manuel ve chiquito el fraude del 88
Foco. Andrés Manuel ve chiquito el fraude del 88