En los mercados virtuales de drogas ilegales de la dark web hay un amplio catálogo de distribuidores que ofrecen pastillas con fentanilo que hacen envíos a todo el mundo.

Las tabletas azules con una letra M y el número 30 grabados en su superficie están asociadas a la crisis de muertes por sobredosis en Estados Unidos y Canadá, y abundan en la internet oscura.

Al igual que en plataformas legales de comercio electrónico, en estos mercados los vendedores son calificados por el número de entregas positivas, negativas y los comentarios de los usuarios.

Esto sucede desde hace años, a unos cuantos clics, y sin que las autoridades mexicanas ni estadounidenses hayan podido detenerlos.

“M30 mexicano. La calidad es excelente”, se lee en un anuncio de pastillas con fentanilo que hace referencia al país de origen para mostrar su supuesta calidad.

El M30, Blues o Mexican Blues, es la imitación ilegal de fármacos legales (oxicodona) para dolores intensos que se consumen en Norteamérica y que los cárteles mexicanos, como el de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación elaboran para alimentar el mercado negro.

Las tabletas se ofertan al menudeo y mayoreo, sea para consumidores o revendedores. La compra puede ser de 10 hasta 10 mil pastillas en una sola venta.

“El riesgo de sobredosis es realmente alto”, advierte un instructivo para sintetizar fentanilo hallado en la dark web.

En estos mercados hay espacios donde se deja claro que el fentanilo no está permitido. También está prohibida la pornografía infantil y la trata.

“¿Cuáles son los ingredientes? No podemos revelar eso, pero el ingrediente activo es un opioide realmente fuerte”, explica un vendedor de pastillas M30.

La distribución de la mercancía se realiza a través de paqueterías privadas y públicas. En los anuncios consultados se menciona incluso a USPS, que es el servicio postal estadounidense.

“Nunca me incautaron ningún paquete y he enviado una gran cantidad de paquetes a lo largo de los años”, enfatiza un vendedor que promete enviar el artículo sellado al vacío para evitar ser detectado por el olfato canino o dispositivos electrónicos.

“Aconsejo que el comprador destruya el sobre con una trituradora o al menos la etiqueta de dirección, sello postal y el número de seguimiento”, solicita otro vendedor para evadir el rastreo de las autoridades. A cambio ofrece eliminar con un algoritmo los datos del comprador.

Una revisión a decenas de mercados de drogas en la internet profunda permitió documentar la amplia oferta de sustancias ilícitas, los métodos de distribución, las supuestas garantías que se ofrecen al comprador y las estrategias de comunicación y pagos encriptados utilizadas para evadir a las autoridades.

La deep web es un espacio diferente al internet al que estamos habituados. Para explicarla, comúnmente se representa con un iceberg: afuera del agua está la internet superficial que utilizamos, como Google o Facebook, y debajo se encuentra la deep web y de forma más profunda la dark web, esta última frecuentemente asociada a tópicos ilegales.

Expertos en informática consultados afirman que la deep web no es un problema en sí misma, ya que es vista como un espacio de libertad, sino el mal uso que las personas hacen de estas herramientas, entre ellos los grupos delictivos, que aprovechan la posibilidad del anonimato.

Los cárteles mexicanos no sólo usan la dark web para la venta y distribución de drogas, también es una vía para comprar precursores químicos para la producción, ha documentado la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en su informe El tráfico en línea de drogas sintéticas y opioides en América Latina y el Caribe.

Esto pudo ser constatado en la búsqueda realizada para esta investigación. En los mercados de la internet oscura se halló la venta de precursores químicos que se utilizan para elaborar drogas sintéticas, entre ellas el fentanilo.

Los precursores son exportados desde Australia, Alemania, China e India a cualquier parte del mundo, incluido México.

Para este reportaje se solicitó una entrevista con la Unidad de Investigaciones Cibernéticas y Operaciones Tecnológicas de la Fiscalía General de la República (FGR) para conocer el trabajo realizado en esta área, pero no se concretó. También se le solicitó una ficha de resultados, pero tampoco fue entregada.

Mercado en crecimiento

La internet profunda, las redes sociales, las aplicaciones de citas en línea y de mensajería instantánea cifrada, son los principales medios para adquirir las pastillas ilegales a bajo costo y sin control médico, apunta el informe de la UNODC.

La oficina, que es parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entró a la deep web y auscultó lo que ahí sucedía.

Ese fue un precedente para la revisión realizada para este trabajo periodístico.

La institución asegura que el mercado de drogas sintéticas en internet está creciendo y ha ido en aumento tras la pandemia de Covid-19 y el incremento de enfermedades asociadas a la depresión y la ansiedad.

En este contexto, los mercados latinos cobran fuerza en la internet profunda. La UNODC revisó 14 mercados de drogas y encontró cuatro centros de venta con envíos que tienen un país de origen en Latinoamérica. México es el punto de envío más común (45%), seguido por Colombia (14%) y Brasil (13%).

“Existen sólidos indicios de una creciente presencia de tráfico en línea de drogas sintéticas en América Latina. Si bien es poco probable que supere a los métodos tradicionales, sí es lo suficientemente importante como para merecer inmediata atención y acciones”, destaca el informe.

En un cuestionario contestado para este reportaje, la oficina de la UNODC en México explica que a través de internet los grupos criminales nacionales estrechan relaciones con sus proveedores en el continente asiático.

“No sólo se están utilizando las plataformas en línea para comercializar drogas al usuario final, sino que también son un medio para que los grupos criminales realicen operaciones logísticas con sus contrapartes en China e India”, explicó la UNODC.

“Hay al menos 30 proveedores u organizaciones distintas que participan en la actividad de drogas sintéticas en la darknet en América Latina y el Caribe”, añade la institución.

La UNODC concluye en su informe que México y los países latinoamericanos deben de fortalecer la detección e investigación criminal de casos de tráfico de drogas en línea, así como el desarrollo tecnológico.

En esto coincide la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D). Defiende que las personas tienen derecho a acceder a la deep web y utilizar comunicaciones y transacciones cifradas.

Grecia Macías, abogada de R3D, enfatiza que las autoridades que persiguen el trasiego de drogas se enfrentan al reto de entender y utilizar las tecnologías que los grupos criminales adaptan a un ritmo acelerado.

Destaca que en México no hay una distinción clara entre delitos informáticos y delitos que se cometen a través de herramientas tecnológicas, lo cual afecta las facultades y capacidades de las autoridades de investigación.

“Los resultados que dan [las autoridades mexicanas] dejan mucho que desear, no hay claridad en sus facultades, están poco entrenadas; digamos que se observan novatas en cosas básicas de seguridad digital”, afirma.

La activista menciona los retos del gobierno mexicano, entre los que destaca el fortalecimiento de capacidades tecnológicas para la prevención e investigación de los delitos, un rediseño de la coordinación interinstitucional y una ley de ciberseguridad.

Actualmente, la Cámara de Diputados empuja una propuesta de ley de ciberseguridad. Macías critica que el proceso parlamentario no ha priorizado el diálogo con organizaciones civiles, académicos y expertos, lo cual tiene en alerta a los activistas ante el riesgo de que se redacte una ley que vulnere derechos digitales.

Dominan grupos nacionales

Antes de llegar a los mercados de la dark web, la sustancia recorre un largo camino a través de varios países, entre ellos México, donde se producen millones de pastillas ilegales que contienen fentanilo.

Sonora y Baja California encabezan las zonas donde más tabletas se han incautado en los intentos por ingresar de manera ilegal a Estados Unidos. Mientras que Sinaloa registra el mayor número de laboratorios localizados para la producción de fentanilo.

Desde 2017 a la fecha, el gobierno de México ha decomisado más de 13 millones de pastillas azules M30, de acuerdo con datos obtenidos con solicitudes de información pública.

Detrás de este mercado en auge, el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación se posicionan como líderes en la producción de pastillas de fentanilo que se consumen en Norteamérica, según la DEA.

La institución de combate a las drogas ilegales asegura que 30% de las pastillas incautadas en Estados Unidos contienen una dosis letal de fentanilo.

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