Para la consejera de la Judicatura Federal (CJF), Loretta Ortiz Ahlf, la violencia de género no es producto del modelo neoliberal, sino consecuencia del enojo de los hombres por el empoderamiento de la mujer, que cada día es mayor.
En entrevista con EL UNIVERSAL, afirmó que se reconoce a sí misma como una feminista, mientras que se entienda por feminismo la búsqueda de equidad y respeto a los derechos de todos los seres humanos.
Por ello, explicó que desde la Comisión de Carrera Judicial, misma que preside en el CJF, jueces y magistrados serán capacitados para resolver adecuadamente los asuntos que conozcan en materia de feminicidios, así como de trata de mujeres y niños.
Después de más de 40 años como docente y de destacarse en la academia, aseguró que se adaptó rápidamente a su puesto en el Consejo de la Judicatura Federal, donde, además de crear los programas de estudio de Carrera Judicial, forma parte de las comisiones de Disciplina y Vigilancia.
También lee: AMLO: modelo neoliberal causó esta decadencia
Ortiz Ahlf contó que antes de su llegada al PJF conocía los problemas internos del mismo y afirmó que ha notado un verdadero cambio.
Consideró que este organismo no es un poder impoluto y libre de errores, y se alegra de que actualmente la visión interna ha cambiado para realizar una autocrítica, que lleve a enmendar las fallas que van en detrimento de la confianza que la ciudadanía tiene en sus juzgadores federales.
¿Cómo fue el cambio de la academia al CJF?
—Yo me adapté rápidamente y creo que, con los conocimientos que tengo, puedo cumplir correctamente mis funciones asignadas.
Al poco tiempo de llegar, integré mi ponencia y ahora tengo muchos exalumnos, muchos muy brillantes a los que invité, pues por las funciones que me asignaron, la presidencia de la Comisión de Carrera Judicial no me pudo haber quedado mejor.
¿Qué encontró en el PJF?
—Cuando era directora de la carrera en la Universidad Iberoamericana, invité al relator especial de las Naciones Unidas, que vino desde Kuala Lumpur, pues hizo un informe serio y severo sobre el Poder Judicial Federal, incluido el Consejo de la Judicatura. Yo participé en la publicación de ese informe y, desde entonces, ya tenía consciencia de los problemas que cargaba el consejo.
Ahora, el ministro presidente tiene la voluntad para acabar con los problemas que tiene, por ejemplo, con las readscripciones para terminar con el nepotismo; atender el tema de la corrupción y la falta de profesionalismo, que son los principales reclamos de la ciudadanía, así como la justicia pronta y expedita.
Siento que faltan indicadores en este sentido porque no sólo debemos medir números, sino también la calidad. Actualmente, estoy investigando cómo hacer para ser más justos, para que no se califique el trabajo de los jueces nada más en razón de cantidad de asuntos resueltos, sino también de calidad de asuntos cualitativos.
Cuando llegamos sí vi un cambio en el último año, sin la menor duda. Desde el Poder Judicial de la Federación se están viendo con ojos críticos las fallas.
También lee: Feminicidios, producto del neoliberalismo, sostiene Martí Batres
¿Era necesaria la reforma con y para el Poder Judicial que presentó el ministro presidente Arturo Zaldívar?
—Yo la veo magnífica. Los comentarios dicen que no sólo era necesaria, sino indispensable. En el caso de Carrera Judicial estaba pendiente la Ley de Carrera Judicial, porque es muy importante establecer el punto de inicio de cómo designar jueces.
Si designas a buenos jueces no vas a tener problemas en adelante y es fundamental preguntarse cuál es el perfil que deben tener nuestros juzgadores y, con base en ello, se determinará la capacitación que deben recibir una vez nombrados.
Además, en la reforma se plantea ya todo el proceso de designación de secretarios, actuarios y oficiales administrativos.
Incluso, para delimitar el perfil de juzgadores que requerimos, realizaremos en agosto próximo un conversatorio con expertos internacionales y nacionales.
¿Qué pasó, entonces, con el concurso de jueces en el que vendieron los exámenes en el año 2018?
—Para evitar que vuelva a pasar eso se van a aplicar por el Ceneval, ya no será como en aquel entonces. La investigación está a punto de llegar a la Comisión de Disciplina, donde tendremos que analizar y resolver.
Me llama la atención que tardaron mucho en mandarla, pero probablemente eso pasaba por una cuestión de voluntad y de que los procedimientos no habían sido perfeccionados.
Sin embargo, es un malísimo precedente para el consejo que esto haya sucedido y por eso estamos trabajando con el Ceneval. De hecho, ellos hicieron los concursos de juezas, magistradas y los de asuntos laborales que vienen con la implementación de la reforma en dicha materia; se harán también con este organismo para que ya no exista ningún riesgo de corrupción o robo de exámenes.
¿Qué hace como representante del CJF en la Comisión Intersecretarial de Trata en la Segob?
—Ahí tengo voz mas no voto, lo cual lamento. He realizado algunas sugerencias, pues ahí di a conocer que desde la Carrera Judicial vamos a dar un curso obligatorio a jueces y magistrados en todos los temas de género, específicamente en materia de trata de mujeres y niños.
Propuse que desde las escuelas de preparatoria y universidad, las jovencitas reciban una charla a nivel preventivo para advertirles sobre la forma en que operan las redes de trata.
Yo tuve alumnas a las que liberé a una semana de que las sacaran del país y que luego de una clase en la que hablé del tema, se acercaron porque les dio curiosidad. Así identificamos que a una de ellas se la quería llevar un alemán, con la promesa de casarse con ella en Alemania, y que ya después le iban a avisar a los papás.
La alumna estaba furiosa conmigo porque di aviso a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y a la fiscalía especializada, también hablé con su papá y resultó que era una red de tratantes.
Este delito no respeta estratos sociales ni instrucción académica, ni nada. Por eso es importante prevenir, pero me dijeron que para eso ya llevaban Derechos Humanos en las escuelas, lo que me parece insuficiente porque no les hablan de este tema.
También, comenté que la sentencia de Campo Algodonero prevé la obligación de establecer una base de datos de mujeres desaparecidas y muertas, pero que a la fecha no existe.
Me dijeron que no, porque esa base de datos la lleva la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, pero tampoco ahí tienen ese registro.
También lee: Sólo se investiga 7% de delitos contra mujeres
¿Cómo se percibe al interior del Poder Judicial de la Federación la nueva política anticorrupción, antinepotismo y antiacoso?
—Nos hemos reunido con magistrados y hay una queja de ellos por la medida de readscripción por la opinión pública que generó. Nos argumentaron que otros poderes sí tienen verdaderos problemas de corrupción y que, además, se viola la presunción de inocencia.
Lo que explicamos es que el nepotismo genera redes clientelares, problemas en la impartición de justicia, falta de objetividad y con la readscripción se busca desvincular a quienes tienen a sus familias a su cargo. Son nuevos tiempos para fortalecer al Poder Judicial Federal.
¿Cuál es su opinión sobre el problema de feminicidios en el país?
—Los jueces necesitan capacitación en materia de feminicidio, porque hay muchos que no distinguen un homicidio de un feminicidio.
Uno de los grandes casos de impunidad en el país y que ya no aguanta más es el de los feminicidios, porque hace más de 30 años que estamos con este problema, no es de ahorita.
Por eso, se tienen que tomar medidas radicales en su conjunto, nada más hay que ponerse en los zapatos de una mujer porque somos todas y si no se piensa que este fenómeno ataca a cualquier niña o mujer, no se va a avanzar.
Necesitamos un protocolo, cuerpos de seguridad especializados, ministerios públicos especializados. ¿Por qué tenemos que esperar a tocar fondo?
¿La violencia de género es producto del modelo neoliberal?
—No. Y lo he reflexionado desde hace tiempo.
Ahora tenemos a más mujeres empoderadas que se han visto vulnerables por no querer cumplir la voluntad de los varones, porque antes las mujeres sí actuábamos a voluntad de ellos.
En la medida en que la mujer se ha educado más y se ha empoderado más, toma sus propias decisiones, es lo que ha generado un incremento en la violencia contra ellas y creo que esto es un tema que va más allá de este gobierno, porque es este y los anteriores, no nada más el federal, sino también en los estados.
A mí estos temas me dan en la mera médula, porque yo no digo que los hombres no sean víctimas de violencia, pero si comparamos, las mujeres son más violentadas y nosotras somos objetos en el comercio. Tan sólo hace falta ponerse en los zapatos de una mujer.