A más de un año del feminicidio de Ingrid Escamilla Vargas, su familia espera que el proceso contra su agresor termine pronto, pues afirman que esto les traerá paz y les ayudará a sanar la herida que dejó la violencia con la que le fue arrebatada la vida a la joven de 25 años.
Debido a la pandemia del Covid-19, el proceso contra el agresor de Ingrid, su expareja Francisco Robledo, se ha visto interrumpido en diversas ocasiones.
Este 2 de junio está programada la audiencia intermedia de Robledo, en la que se espera que la fiscalía y la defensa sostengan un debate sobre las pruebas que serán desahogadas en el juicio.
El caso de la joven generó polémica por las fotografías difundidas en medios de comunicación de cómo su cuerpo fue intervenido y violentado por su agresor, tanto que en febrero pasado se creó la llamada Ley Ingrid, una reforma al Código Penal de la Ciudad de México para sancionar con entre dos y seis años de prisión a los servidores públicos que filtren imágenes sobre el lugar de los hechos o del hallazgo de víctimas de un crimen.
—¿Se han reunido con Ernestina Godoy, fiscal de la Ciudad de México?
—No, jamás. Desde el primer momento nadie del gobierno nos buscó, nosotras tuvimos que batallar solas, mi hija y yo.
—¿Cómo han vivido la ausencia de Ingrid?
—De por sí Betsy siempre ha sido más seria y reservada, a raíz de esto se encerró un poco más en sí misma. Yo he ido tratando de superarlo y aprender a vivir con eso.
También lee: Aprueba Congreso de Oaxaca “Ley Ingrid”; hasta 7 años de prisión por exponer imágenes de víctimas
—¿Perder un hijo no tiene nombre?
—Así es, el dolor es muy diferente. Ahorita con mis ocupaciones de trabajo ya me distraigo y mis noches ya son más tranquilas. Antes no dormía, no tenía hambre y cuando pasó yo estaba en recuperación de una operación, así que el golpe fue más fuerte. Esta herida va a ser difícil de sanar y para nosotros cada momento del proceso es revivir lo mismo.
—Cindy, ¿cómo lo viviste?
—Aunque ha pasado un año me sigue doliendo mucho. Estoy muy enojada, ya estoy trabajando en eso. Por cómo se dio es algo muy doloroso y no se le desea a nadie, y lo único que espero es que ya termine todo el proceso porque siento que lo necesito para cerrar este ciclo.
También lee: Los rostros del feminicidio; suben 145% en seis años
—¿Qué sintieron con la creación de la Ley Ingrid?
—De momento mucho enojo, descontento porque a raíz de cómo fue todo era para que le hubieran dado al caso un proceso más rápido o que le dieran la atención debida, pero implementaron la ley y pensaron que con eso nos iban a contentar porque en otros casos ahí están dando el apoyo, sacando las investigaciones, procesando, pero nosotras batallamos solas.
Todo el mundo ha permanecido callado, nadie ha dicho que nos van a dar justicia, que lo van a solucionar, no se ha visto nada.
—¿Qué esperan de la audiencia?
—Me siento más ansiosa porque cada detalle que se dice ahí es volver a vivir los recuerdos de lo que pasó, pero también me siento tranquila porque confío en los abogados y sé que esto va a salir bien, espero que esto termine como queremos.
También lee: ¿Qué sabemos hasta ahora del caso Ingrid Escamilla, la joven desollada en la GAM?
—Antelma, ¿qué les diría a las autoridades?
—Que le den la atención debida al caso por cómo fue, ¿por qué no nos buscaron, por qué no nos dieron apoyo? Eso nos molesta. Lo único que hicieron fue poner un abogado de oficio, pero ya viendo la situación me di cuenta de que si me quedaba de brazos cruzados no íbamos a tener justicia.
—¿Antes de esto tuvieron miedo de ser violentadas por ser mujeres?
También lee: Vinculan a proceso a feminicida de Ingrid Escamilla
—Por cómo está la situación el miedo siempre prevalece, más cuando uno anda en la calle. No esperas que te pase a ti, pero nos pasó. Creo que como somos puras mujeres pensaron que no íbamos a hacer nada, en especial su agresor.
—¿Qué le dirían a Ingrid si pudieran despedirse?