En su último pronunciamiento al frente de Morena, su presidente, Mario Delgado, aseguró que han logrado fortalecer al partido y promover la unidad, pero advirtió que no se deben traicionar sus raíces.
“No habríamos logrado esa hazaña si no hubiéramos tenido la guía y el genio político de Andrés Manuel López Obrador, un gigante de la historia, pero no habría podido llegar al cargo nuestro Presidente, ni gobernar sin partido”, apuntó.
Ante 3 mil congresistas, dijo que se han enfrentado a la situación inédita de ser un partido en el gobierno que no aspira a volverse partido oficial ni partido de Estado, y que no quiere caer en el autoritarismo y el monopolio del poder.
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“En estas circunstancias, moldear una nueva relación entre Morena y el poder público ha sido todo un reto. Encontrar el equilibrio entre la defensa de un gobierno emanado de nuestras filas y la lealtad indeclinable al pueblo y a sus causas, no ha sido fácil, pero me parece que lo hemos ido logrando”, dijo.
Delgado reconoció que han enfrentado numerosos retos en el interior de Morena, por lo que promovieron la unidad y movilización y así evitaron un desenlace como el del PRD, que acaba de perder su registro.
Señaló que al asumir la dirigencia del partido encontró un diagnóstico adverso: a nivel local, más de la mitad de las dirigencias estatales no funcionaban y había desorganización.
“Abrimos el diálogo a todo el obradorismo, a todas las izquierdas genuinas, a todo el progresismo, a todo el activismo en contra de alguna injusticia, y de todas nuestras diferencias, siempre encontramos los puntos en común para beneficio de nuestro movimiento”, destacó.
Al respecto, la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, dijo que este proceso significa asumir y reflexionar lo que el partido ha logrado, y así transitar a una nueva etapa.