De niña, Patricia Dávila Aranda, actual secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, no sabía si estudiar Veterinaria o Biología, pero cuando tuvo la edad suficiente se decidió por esta última, y ahora aspira a convertirse en la primera mujer que dirija la Máxima Casa de Estudios, donde quiere ser una rectora de a pie para escuchar de viva voz a la comunidad universitaria.

“Yo fui una directora [de la Facultad de Estudios Superiores, campus Iztacala] de a pie y quiero ser una rectora de a pie, acercándome a la gente, caminando. Ando de tenis, porque siempre ando de un lado para otro y yo creo que la mejor manera es acercarse a las muchachas, a los muchachos, a todo mundo, hablar con ellos y tratarlos. Esa soy yo, una persona muy sencilla, no tengo un nombre rimbombante ni nada. Soy una persona que tiene muchos años trabajando, lo hago desde los 15 años”, dice.

En charla con señala que es muy importante que el rector o las autoridades universitarias “se bajen, salgan y hablen y entiendan qué está pasando, a nivel de suelo, allá abajo, con la gente. Yo sí soy de las personas que cree que hay que acercarse más con las personas”.

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Dávila Aranda tiene 68 años de edad, 37 de los cuales los ha dedicado a la Universidad, a la que asegura amar y tener mucho que aportarle todavía, se define como una persona de carácter fuerte, “pero fomento el diálogo, voy para adelante y trato de resolver problemas, no sólo firmar papeles y ganar más”.

“Yo tengo una carrera académica sólida. Soy bióloga y he hecho cosas relacionadas con la conservación de recursos. En las zonas áridas trabajando en cómo mantener los recursos de un lugar, las plantas, los animales y cómo hacemos que la gente los utilice adecuadamente. Fui una bióloga de botas, no de bata, al hacer mucho trabajo de campo.

“Estoy dando clases ahora, hago investigación, pero, insisto, tengo una carrera académica-administrativa. Entonces, tengo experiencia, no soy nueva tratando de dirigir grupos, de gestión, de trabajar con los profesores, con los alumnos”, detalla.

Doctora, hace unos días ya salió la primera mujer candidata a la Presidencia de la República y probablemente en breve habrá otra. ¿Ya es tiempo de que la UNAM tenga a una mujer rectora?

—No le voy a decir si esto es de justicia o si ya es tiempo, yo lo que creo es que hay mujeres preparadas en este momento que tenemos todo para dirigir a la UNAM, que lo vamos a hacer, pero no solitas, quien quede y si se designa a un hombre también, pues va a trabajar con un equipo, pero de que hay personas preparadas, que tienen experiencia y que lo pueden hacer, ¡sí lo hay! Y yo me considero una de ellas.

¿Pero cree que la comunidad universitaria está preparada para una mujer rectora?

—Yo creo que sí, aunque no le digo que 100%. Estamos en una universidad con una diversidad de formas de pensar, venimos de tantas disciplinas que yo creo que así como que todos estén de acuerdo en algo eso nunca va a pasar en la Universidad, porque de hecho promovemos que haya diferencias, no le tenemos miedo a eso. Aunque creo que sí hay un ambiente de apertura.

Con 32 años en puestos administrativos, la investigadora habla de lo que serían las prioridades de su proyecto de trabajo en caso de ser electa rectora por la Junta de Gobierno en noviembre próximo, entre las que destaca la creación de una coordinación de Asuntos Estudiantiles.

“Necesitamos apoyar a los alumnos, en especial a los de bachillerato, que suman 106 mil, y a los de licenciatura que alcanzan 233 mil. Esa debe ser una prioridad. Los estudiantes traen problemas físicos, emocionales y de pérdida de aprendizajes por la pandemia. Ocho de cada 10 alumnos proviene de familias cuyos ingresos son de cuatro salarios mínimos. Entonces, hay que ayudarlos para que tengan para comida, transporte. Yo fui uno de esos ocho.

“Si yo llego a ser rectora, a mí me gustaría tener una coordinación de Asuntos Estudiantiles que esté coordinada con cada uno de los planteles de bachillerato, con cada facultad y escuela, y trabajando intensamente para lograr esto”.

Dávila Aranda también aborda la violencia de género como otra de sus prioridades: “Es un hecho que es un problema que tenemos no sólo en la UNAM, sino en todo el país y en el mundo. Lo que ha hecho el rector [Enrique] Graue con su gente en esta materia, es muchísimo, pero sigue habiendo problemas y las chicas continúan quejándose. Hay muchísimas investigaciones pero de repente nos falta que todo esto baje a la práctica”, expone.

Menciona la importancia de crear un “sistema de satélites”, en el que cada escuela, cada plantel cuente con un grupo de personas que puedan atender inmediatamente el problema cuando ocurra.

“A mí me tocó verlo cuando fui directora en Iztacala. Cuando alguien llega y me entero o sé que alguien fue violentada, lo que necesita esa chica es apoyo, una contención inmediata, que se le escuche, que se le apoye y se le cobije, y que inmediatamente veamos quién hizo esa barbaridad, y después con los mecanismos que tiene la UNAM, ver la parte legal, emocional. Toda esa parte operativa, a mí me parece un reto muy importante que debemos enfrentar”, precisa.

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