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Con la instalación de un macroalbergue en el estadio Jesús Martínez Palillo, la Ciudad de México quedó a la espera de la llegada de al menos cinco mil migrantes centroamericanos, que podrían agruparse en ese sitio este miércoles, como parte de su caravana rumbo a Estados Unidos.
Estas personas provienen de Puebla, Veracruz, Chiapas y Oaxaca, y son atendidas por el gobierno capitalino —tanto la administración actual como la siguiente— así como por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Ayer, mientras se instalaban los migrantes, recibieron atención médica, asesoría jurídica y alimentación, e incluso hasta jugaron una “cascarita” de futbol con trabajadores mexicanos.
El gobierno de la Ciudad de México habilitó el estadio con carpas para que pasen la noche y no se vean afectados por la lluvia y el frío.
En el lugar trabajó un equipo de sicólogos, médicos, paramédicos y hasta chamanes y payasos que fueron a brindar apoyo y contención emocional a los centroamericanos.
En conferencia de medios, la titular de la CDHDF, Nashieli Ramírez, informó que este lunes estarían en el albergue unas mil 500 personas integrantes del éxodo: “Hacia el martes o miércoles estaría llegando la última parte de la caravana, que es la más fuerte; ahorita está llegando a Córdoba [Veracruz].
“Estamos hablando de 5 mil personas hacia el miércoles en la ciudad”, dijo la titular del organismo.
Hasta el momento han llegado 940 migrantes al albergue de Iztacalco, pero se espera que para el próximo miércoles se haya integrado por completo el contingente. Quienes salieron de Puebla lo hicieron por sus medios y podrían integrarse al albergue hoy mismo [ayer], dijo la presidenta del organismo Ramírez Hernández.
“Todo el éxodo se va a quedar aquí. No tenemos el cálculo preciso de cuántos días. Esperamos que los que vienen el martes y miércoles, que son los más rezagados, mujeres, niños y adolescentes, se quedarán por lo menos una semana”. Señaló que hay avisos de seguridad en los trayectos dirigidos a quienes se separaron del contingente, que son más vulnerables a los peligros del camino.
Los presuntos riesgos que se ha dicho en redes sociales que generan los migrantes “son más del imaginario social”, comentó.
Pidió que no se inicie un proceso de criminalización en contra de las personas que forman el éxodo.
Agregó que la ciudad tiene la obligación de acción humanitaria y solidaridad para proveerlos de los aspectos básicos como salud, alimentación, cobijo y seguridad.
También, las agencias de las Naciones Unidas estarán presentes para que los migrantes puedan tomar sus decisiones de manera informada.
Se les está proporcionando comida, colchonetas, agua para beber, además de asesoría sicológica y jurídica, dijo la titular de la dependencia.
En conferencia de prensa con la próxima secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, Rosa Icela Rodríguez, y el actual titular de esta área, Guillermo Orozco, se dio a conocer que hay 17 centros de acopio de víveres para los integrantes de este éxodo en las explanadas de las alcaldías y el Zócalo. En ellos se reciben principalmente ropa, chamarras y cobijas, entre otros artículos.
Aparte, el sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue Hermanos en el camino, consideró que más allá de los vaivenes políticos en Estados Unidos, los migrantes van a seguir su camino hacia ese país y que 80% de ellos serán quienes continúen en su ruta hacia el norte, mientras que 20% restante permanecerá en el país y buscará empleo.
En la Casa del Peregrino, en la alcaldía Gustavo A. Madero, la llegada de migrantes fue constante, aunque el grueso de quienes llegaron a este sitio optaron por dirigirse en autobuses al estadio Jesús Martínez Palillo. La mayoría arribó a este lugar en grupos de entre 10 y 15 personas, les tomaron su nombre, edad y lugar de origen, les brindaron un poco de alimento y ropa o cobijas para que pudieran continuar su camino.