Chilpancingo.— “Es muy pronto para dar una opinión sobre los nuevos libros de texto, debemos aplicarlos primero y ver cómo funcionan, cómo responden los alumnos, los padres e incluso nosotros los maestros”, advierte Jaime Bruno Arriaga, profesor de educación bilingüe en la Montaña de Guerrero.

El maestro Arriaga explica que en este momento no puede dar un opinión certera por dos razones: la primera, explica, porque es necesario que se vean las reacciones de todos los involucrados en la educación para determinar si son buenos o no, y la segunda, porque aún no han llegado los libros de texto que ocupará para este ciclo escolar.

“No sé por qué razón pero a mi escuela no han llegado los libros de quinto y sexto, hasta hoy [ ayer lunes] los seguimos esperando, así es difícil dar una opinión”, subraya.

Bruno Arriaga es profesor na savi. Ha dado clases desde hace más de 15 años en la comunidad de San Miguel Amoltepec El Viejo, en el municipio de Cochoapa El Grande, en la Montaña de Guerrero.

Conoce y ha vivido todas las carencias del sistema educativo en zonas de alta marginación y pobreza.

“Ahorita todos opinan, todos son expertos en los libros, pero pienso que a los profesores nos deberían de dar la oportunidad de aplicarlos, y cómo a medio ciclo escolar o al final nos permitan hacer una evaluación. No es lo mismo que platiques con un empresario, con un intelectual de los libros que con un maestro, por eso digo que nos den tiempo”, señala.

El profesor dice que, con lo que pudo conocer de los nuevos libros, a través de capacitaciones que recibió en semanas recientes, hay cambios positivos en el contenido.

“Me gusta que ya menciona a los pueblos originarios, sus lenguas, sus culturas. Eso es positivo, que se conozca más a los pueblos. De no ser mencionados a que ahora salgan imágenes, eso es ganancia, que se nombre a los pueblos y sus lenguas es bueno, de verdad nos sentimos desplazados”, expuso.

No todos volvieron a la escuela

Ayer lunes, en Guerrero, más de un millón de estudiantes regresaron a clases en las 13 mil escuelas, pero no todos lo hicieron. En el municipio de Leonardo Bravo en la Sierra, las escuelas no abrieron.

En la madrugada, dos grupos criminales se enfrentaron en Chichihualco, que es la cabecera municipal. Las escuelas amanecieron cerradas, igual que los comercios y se suspendió el transporte público. En Acapulco, Chilpancingo, Iguala y Taxco, las escuelas fueron vigiladas por policías y militares.

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