Es jueves 17 de octubre y el Valle de México amanece lluvioso, con un cielo gris, lo que advierte un clima adverso, pero poco a poco el cielo se despeja y el agua cesa, caso similar al proceso que ha tenido que enfrentar el proyecto de construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en la Base Aérea No. 1 de Santa Lucía.

Son las 7:03 de la mañana en Palacio Nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador sale para ofrecer su conferencia de prensa. Su primer comentario es afirmar que es “un día histórico”.

Más tarde, tras recorrer 47.5 kilómetros, por fin llega a Santa Lucía, pero en la entrada del complejo militar un grupo de pobladores que se oponen al proyecto lo recibe con pancartas y tratan de cerrar el paso de la camioneta negra en la que viaja el Mandatario; sin embargo, los retiran.

A las 10:20 horas inicia la ceremonia. El Presidente, escoltado por los secretarios de la Defensa y Marina, Luis Cresencio Sandoval y José Rafael Ojeda, toma un lápiz y comienza a escribir unas notas en un papel blanco, mientras escucha el discurso del ingeniero Gustavo Ricardo Vallejo, encargado de las obras del nuevo aeropuerto.

Minutos después, a las 10:38 horas, aprieta el botón rojo de la alarma sonora. Con eso da la orden de inicio de trabajos de una de sus obras insignia.

En ese momento aparecen en el cielo dos helicópteros: uno carga la Bandera y el otro porta una manta con la leyenda: “Inicio construcción AISL”. A la par, excavadoras inician a levantar tierra y depositarla en carros de volteo. La construcción ha iniciado.

López Obrador mantiene una sonrisa cuando se dirige al podium a dar un mensaje y toma el papel con sus anotaciones.

El Mandatario comenta que ya hizo cuentas: “Inauguraremos este nuevo aeropuerto en abril de 2022. Si ya estamos en eso, le voy a pedir al general Vallejo que procuremos inaugurarlo el 21 de marzo de 2022.

“Estoy seguro [de] que vamos a cumplir con este compromiso”, dice, mientras el general esboza una sonrisa nerviosa y con la cabeza confirma la orden dada por el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.

Son casi las 11:00 de la mañana y el Presidente vuelve a señalar que “hoy es un día histórico. ¡Que viva el nuevo aeropuerto!”.

Se retira, y justo en ese momento, como si fuera un guion de cine, caen las primeras gotas de lluvia.

Afuera de la base, un grupo de 25 integrantes de la organización 12 Pueblos Originarios de Tecámac protesta contra la obra. “¡Cerros sí, aviones no!”, gritan. Un rato después, se retiran a casa.

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