Es Paseo de la Reforma, una de las avenidas más importantes del país, y luce prácticamente sin alma, sin mujeres. De una de las torres más importantes de la capital salen grupos de hombres de entre seis y siete integrantes, pero ninguna mujer. La fuerza femenil no salió a las calles.

“Es algo que nunca imaginamos que podía pasar; la oficina se ve muy diferente sin ellas. Qué bueno. Ojalá tomemos conciencia de la falta que hacen”, dice Alejandro Astoa, empleado de un corporativo bancario.

Alejandro platica con EL UNIVERSAL y descarta que se le haya cargado el trabajo por la ausencia de sus compañeras, pues al final tiene que salir adelante: “Sin embargo, es importante aceptar que sin ellas, no es lo mismo”.

Describe que vio a muy pocas mujeres en sus oficinas, y detalla que 54% de la plantilla total de su banco son mujeres, “y en mi área sí faltaron todas”.

Guadalupe Bautista y Rosy, por otra parte, son empleadas de un despacho de abogados y sí se les dio el día; no obstante, ellas no se ausentaron, como 90% de sus compañeras, por solidaridad y “por hacer algo productivo”.

“Protestamos trabajando y defendemos nuestros derechos de igualdad de género. Yo no estoy en contra de las marchas, pero tenemos una familia y hay que mantenerla. Es mejor venir a hacer algo productivo que andar vandalizando. Apoyamos el paro, pero trabajando”, explica Rosy.

“La marcha de ayer estuvo bien, pero eso de aventar bombas no lo apruebo, porque se supone que nosotras [estamos] luchando por respeto, por igualdad, y ellas no están lográndolo actuando así, porque si piden respeto [también se trata de] respetar los monumentos o los restaurantes, pero no lo hacen, y yo en ese aspecto no apoyo”, critica.

Su compañera Guadalupe Bautista coincide en reprobar los actos violentos en la marcha: “Están mal, pero todo viene desde la educación y los valores que le damos a los hijos, desde ahí viene todo. También lo que vemos es que las leyes están súper mal: ¿cuántos violadores andan fuera? E insisto: la educación es clave, principalmente con los hijos”.

Francisco Retana, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), acudió a Reforma a platicar con empleadas de limpieza, quienes por estar bajo el régimen de subcontratación no tienen derecho a faltar estos días; sin embargo, las mujeres sí decidieron parar, porque así se hacen valorar y la sociedad nota la importancia de su presencia.

“Se ha abierto toda una discusión, y sin duda hay hombres que no alcanzan a entender no sólo la importancia de la participación de las mujeres en la sociedad, sino incluso el hecho de que estemos viviendo una situación de emergencia en la que las mujeres están siendo cada vez más violentadas, asesinadas.

“Yo escuché noticiarios en los que las mujeres planeaban ausentarse y decían: ‘No vamos, como si anoche nos hubieran desaparecido o matado’. Mi hijo mismo decía: ‘¿Qué tal si a mi mamá la desaparecieran o la mataran?’ No, no podría vivir igual sin ella”, reflexiona Francisco.

IMSS. Fernando Sánchez es oficinista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y relata que 80% del personal de la dependencia son mujeres y la mayoría no acudió a trabajar, y los hombres, en solidaridad, fueron quienes absorbieron el grueso de la jornada laboral.

“El paro me parece muy bien. Hoy ya todos las respetan y le miden en cómo hablarles; no obstante, lo que no me gusta es el desorden, que rayen paredes; también vi que hubo bombas y lastimaron a un reportero o algo así. Es decir, respaldo el paro, pero que no hagan desorden”, opina.

Fernando Sánchez comenta que ayer fue un día raro: “Estuvieron muy tranquilos el tráfico y el transporte público, pero uno se desconcierta al no ver a tanta mujer”.

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