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Un rosario que Joe Biden lleva siempre en la mano izquierda y una frase de Andrés Manuel López Obrador: “Tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”, sirvieron para romper el hielo del primer encuentro —virtual— entre los mandatarios estadounidense y mexicano. Ambos gestos se produjeron en el saludo inicial entre los dirigentes nacionales, al que tuvo acceso la prensa.
Biden recordó que, como vicepresidente en la administración de Barack Obama, viajó cuatro veces a México. En 2012 visitó la Basílica de Guadalupe para ver la imagen de la Virgen, de la que se ha declarado más de una vez “un ferviente devoto”.
Allí, su hijo Hunter compró unos rosarios para la familia. Uno de ellos lo tenía Beau, otro hijo del mandatario estadounidense. Y cuando murió en 2015, al perder la batalla contra el cáncer, Biden se quedó con el rosario y desde entonces lo lleva en la muñeca de la mano izquierda.
“Aún tengo ese rosario que mi hijo llevaba cuando murió”, dijo el presidente estadounidense mientras lo mostraba. A través de una pantalla, López Obrador lo escuchaba atentamente.
Ese rosario, ha dicho Biden, el primer presidente católico en Estados Unidos desde John F. Kennedy, ha sido su nexo con Beau y con México. Él mismo lo señaló en aquella visita de 2012, a su salida de la Basílica. “Soy un ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe, amo a México. Soy un respetuoso admirador de la fe del pueblo mexicano”, dijo entonces.
Y ayer lo repitió: “Atesoro esos momentos y espero poder construir sobre ellos en los próximos cuatro años”.
Apenas al tomar la palabra, el presidente López Obrador agradeció el gesto de su homólogo.