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La administración del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, próxima a iniciar funciones, requiere de un “sistema de pesos y contrapesos”, por lo que la sociedad civil debe organizarse de mejor manera, aseguró Francisco Robles Ortega, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Al inaugurar la 106 Asamblea Plenaria, el también arzobispo de Guadalajara llamó a los fieles católicos a organizarse y a la Iglesia a impulsar esta participación ciudadana.

“Un partido fundado hace cuatro años logró mayoría en las cámaras, en diversos órdenes de gobierno e incluso la Presidencia de la República. A la luz del evangelio, tal concentración de poder requiere de un renovado sistema de pesos y contrapesos, no es un secreto que este sistema se encuentra gravemente debilitado. No sólo porque los partidos políticos aún se encuentran en un cierto pasmo postelectoral, sino porque la sociedad civil requiere de mayor organización, efectividad y presencia”.

Agregó que aunque México tiene un gobierno con “gran poder”, la sociedad se encuentra en muchos ámbitos “herida, fracturada y frágil”, por lo que el Estado es fuerte y débil a la vez, y a pesar de que la Iglesia no tiene una misión político-partidista, o político-gubernamental, es su deber fortalecer al pueblo con la finalidad de lograr la reconstrucción del tejido social.

“No debemos dejar que sea una masa informe, sino que sea una auténtica comunidad capaz de ser sujeto y no sólo objeto del poder, para que ella misma vuelva a reconstruir su tejido social. La palabra Estado se puede entender de dos maneras: como gobierno y como comunidad políticamente organizada”.

Robles Ortega subrayó que ante el nuevo gobierno, los obispos deberán mostrar respeto a las autoridades “legítimamente constituidas” y colaborar con ellas en los temas comunes que puedan encontrar, pero mantener una distancia que evite cooptaciones que lastimen tanto al Estado como a la Iglesia.

“La Iglesia no busca ningún fuero especial. El Estado debe ser laico, no debe promover religión o irreligión alguna, pero debe ser laico para que la sociedad sea tan religiosa como ella quiera ser. Esta es una gran tarea que tendremos que afrontar con máxima seriedad y competencia en los próximos años”, expuso.

El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano expuso que pese al acercamiento con el próximo gobierno, mantendrán sus argumentos e ideales, como respetar el derecho a la vida desde la concepción y hasta la muerte natural.

“Tenemos que lograr que aún los no creyentes redescubran la verdad, el valor y la belleza del matrimonio heterosexual y la importancia de madurar en una cultura y una legislación de respeto y promoción del derecho humano a la libertad religiosa”, indicó.

En su mensaje, Robles Ortega aprovechó para reiterar la solidaridad de la Conferencia del Episcopado Mexicano con el arzobispo emérito, Norberto Rivera Carrera, luego de que un grupo de criminales acudió a la casa arzobispal en donde reside e intentar ingresar presuntamente para robar.

A modo de conclusión, se disculpó por “los límites y deficiencias” que pudieron surgir durante su mandato: “Puedo decir que durante el trienio que termina trabajamos todos los días en clave de bien posible, es decir, en nuestras relaciones con las distintas autoridades civiles buscamos siempre avanzar con prudencia y rectitud, haciendo el bien que la circunstancia nos permitió lograr. No obtuvimos todo lo que hubiéramos deseado”.

En esta asamblea plenaria, los más de 100 obispos del país votarán para renovar los consejos de la Presidencia y Permanente, los cargos de las ocho comisiones episcopales y las 33 dimensiones que se derivan de ellas, lo que suma un total de 70 nombramientos.

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