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En México se han reportado 627 muertes por influenza de octubre pasado a la fecha, lo que la convierte en la cifra más alta de decesos en los últimos cinco años, desde la temporada invernal 2013–2014, cuando se registraron mil 82 fallecimientos en el mismo periodo.
La Secretaría de Salud informó, a través de la Dirección General de Epidemiología, que de octubre de 2018 al 8 de marzo pasado se han detectado 5 mil 636 casos positivos de influenza y 627 muertes, de las cuales 570 fueron por el virus AH1N1, 36 por la cepa A, 20 por la tipo B y una por la AH3N2.
Las entidades con más defunciones por influenza son Estado de México, con 70; le siguen Hidalgo, con 66; Ciudad de México, con 54; Puebla, con 48, y Guanajuato, con 34.
Hasta el momento, la semana del 6 al 12 de enero es la que ha reportado mayor número de casos confirmados y muertes, con 476 y 80, respectivamente.
Entre los motivos de las defunciones se detalla que 94% de las personas no estaban vacunadas; 34% tenía hipertensión arterial; 32% vivía con diabetes mellitus y 32% con obesidad, por lo que eran vulnerables y pacientes con factores de riesgo para adquirir la enfermedad que puede ser mortal.
La dependencia indica que los virus no han presentado cambios antigénicos que alteren su virulencia y tampoco han presentado resistencia al oseltamivir.
Sarbelio Moreno Espinosa, especialista en infectología, mencionó que una persona se debe vacunar contra influenza cada año, porque los virus mutan, algunas cepas toman más fuerza y son esas contra las que se protege a la población.
“Hay gente que cree que si se vacunó en 2018, el próximo año no tendrá que hacerlo porque ya está protegido. Hay que recordarles que en caso de influenza, la vacuna no funciona así, porque las cepas van cambiando, se hacen estudios y se decide en un comité la fracción de virus que se incluirá en la dosis”.
Agregó que las campañas de vacunación contra influenza inician desde octubre con la finalidad de proteger a la gente de las cepas antes de que se alberguen en su organismo. “En México no existe una cultura de prevención. Si tú le dices a la gente que vaya a los centros de salud desde octubre, se confían y acuden a fines de noviembre, mediados de diciembre, incluso en enero y a veces ya están contagiados”.
Sobre las comorbilidades que hacen más vulnerable a una persona de contraer influenza, Leonardo Mancillas Adame resaltó: “Cuando uno ha envejecido, su sistema inmunológico está desgastado, por ello incrementa el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, se ha demostrado en pacientes de este grupo etario que sus complicaciones fueron por neumonía y si padecían males crónicos, la influenza afectó más”.