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En pañales, industria del litio en México: difícil adquirirlo y con alto costo

Es difícil adquirirlo en estado puro, pues en México sólo hay un yacimiento en explotación, lo que genera un alto costo del mineral: ceramista

Audry Grostieta asegura que incorporar el mineral en sus esmaltes aumenta el brillo de la capa vítrea y favorece el desarrollo de colores. Foto: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
22/04/2022 |03:57
Redacción
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En pañales, industria del litio en México: difícil adquirirlo y con alto costo

Es difícil adquirirlo en estado puro, pues en México sólo hay un yacimiento en explotación, lo que genera un alto costo del mineral: ceramista

Audry Grostieta asegura que incorporar el mineral en sus esmaltes aumenta el brillo de la capa vítrea y favorece el desarrollo de colores. Foto: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
22/04/2022 |03:57
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Audry Grostieta guarda litio, envasado y etiquetado, en un estante de su taller de cerámica.

El , con apariencia de talco, es un mineral de uso común para ella, quien desde hace 10 años lo emplea como materia prima para la elaboración de algunas de sus piezas, pastas y esmaltes.

Frente a una báscula y protegida con una mascarilla debido a la toxicidad del producto, la ceramista pesa cuidadosamente las cantidades a formular.

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Señala que incorporar una parte de litio en sus esmaltes aumenta el brillo de la capa vítrea, favorece el desarrollo de colores, la apariencia de cristalización y evita el craquelado.

Mientras que al añadirlo a las pastas se consigue disminuir el punto de fusión de las piezas y que éstas sean resistentes a los cambios de temperatura.

“Lo que más me gusta de integrar litio en las pastas es que se hacen más resistentes, pues ello permite la creación de objetos diferentes a los que hay actualmente en el mercado, o pensando en otras funciones, y en cuestión a los esmaltes, el litio, junto con otros materiales, ayuda a obtener unos tonos turquesas y azules muy vivos y bonitos”, cuenta en entrevista con EL UNIVERSAL.

La ceramista consiguió el material en el año 2014, cuando era alumna de la Escuela de Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de un permiso que fue tramitado ante la Secretaría de Salud (Ssa) por medio de uno de sus profesores, David Zimbrón.

“La solicitud se hizo en conjunto con algunos compañeros de la escuela, aprovechamos que [el litio] se iba a comprar, porque entonces había una dificultad para adquirirlo individualmente.

“El material fue utilizado para realizar una investigación de esmaltes de cristalización, en la que se creó una fórmula base que llevaba litio como parte de sus componentes”, asevera.

El escrito que se presentó ante las autoridades buscaba certificar el uso del producto, el manejo residual —debido a su toxicidad— y el tiempo que se iba a utilizar.

“Para el caso de los desechos, los residuos de esmaltes se embolsaban, etiquetaban y depositaban en un contenedor especial que se tenía en la Escuela de Artesanías, que es la que se encarga de manejarlos”, afirma.

Aunque aún es difícil adquirir el producto en su estado puro, dice, son múltiples sus usos y beneficios en distintos campos de la industria cerámica, como la elaboración de refractarios resistentes al choque térmico y en la rama dedicada a la medicina.

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Por otro lado, para comprar alguno de los derivados del mineral para uso cerámico, como el espodumeno, el carbonato de litio o la petalita, basta con acudir a alguna distribuidora especializada.

Sin embargo, asegura Audry, debido a los altos costos del producto —ya que se importa de Estados Unidos, principalmente, y a que el que se obtiene en México proviene del único yacimiento en explotación—, el litio no es protagonista en la producción cerámica y en muchos casos resulta inviable su empleo.

“La industria del litio, su exploración y explotación aún está en pañales; gran parte de nuestros materiales son de importación y, por ello, sus costos suelen ser elevados”, explica.

Audry Grostieta narra que “en comparación con otros materiales que [los ceramistas] podemos utilizar con mayor facilidad, como los feldespatos de sodio y potasio, que oscilan entre los 14 y 25 pesos por kilo, respectivamente, comprar un kilo de carbonato de litio cuesta mil 250 pesos”.

La ceramista opina que la reforma a la Ley Minera y el cierre a la inversión privada podrían limitar la regulación de precios de la materia prima.

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