México llegó a la COP 28 de Dubai nuevamente con las manos vacías, sin haber hecho la tarea y sin una hoja de ruta de las acciones que debieran realizarse para cumplir las metas comprometidas como país. Termina la reunión mundial más importante y otra vez, la delegación mexicana se retira sin comprometerse a nada.
Por el contrario, las políticas energéticas y de combate al Cambio Climático adoptadas por la administración del presidente López Obrador, van exactamente al revés de los compromisos firmados por México en el Acuerdo de París y ratificados por el Senado de la República.
Esta situación es muy grave porque además del ridículo mundial al que se expone nuestro país por incumplir sus compromisos, nos aleja cada día más de los objetivos planteados y complica a futuro en el combate al Cambio Climático.
El gobierno federal, frenó de tajo la generación de electricidad por medio de energías renovables (EERR), por el contrario, reactivó termoeléctricas obsoletas de la CFE para consumir la enorme cantidad de combustóleo que, por ineficiencia, produce PEMEX.
La meta, firmada por México, para generar 35 % de electricidad con EERR, en 2024, simplemente, no se va a cumplir.
Esta política retrógrada, no solo representa una contaminación exorbitante, emitiendo a la atmósfera millones de toneladas de CO2 al año, además, afecta de forma directa la salud de millones de personas.
López Obrador destruyó la autonomía de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y buscó eliminar al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), redujo a un mínimo el presupuesto del sector ambiental federal y mandó la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), inconstitucional, como quedó en los resolutivos del poder judicial.
Mintieron al afirmar que el objetivo de la reforma a la LIE era garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico nacional (SEN) en medio de la pandemia y el fortalecimiento de la CFE. Esta reforma absurda e inconstitucional lo único que buscaba, era que la CFE consumiera todo el combustóleo posible.
Actualmente, las refinerías de PEMEX producen 25% de gasolinas contra 32.6% de combustóleo, un subproducto sucio y con altísimo contenido de azufre, que ya nadie lo quiere ni regalado. Como referencia, las refinerías en EUA y en la UE, producen menos del 3% de combustóleo.
Esta política, en lugar de reducir la emisión de gases efecto invernadero a la atmósfera que es un compromiso internacional, por el contrario, la está incrementando exponencialmente.
Pero el mayor problema está en la afectación a la salud de millones de mexicanos. Está demostrado que, al quemar combustóleo en las viejas termoeléctricas, se disparan las concentraciones de SO2 y de partículas PM2.5. Asimismo, múltiples investigaciones revelan que la exposición a concentraciones altas de SO2 reportan un aumento en el número de muertes por cáncer de pulmón asociado a este contaminante. Adicionalmente, se demuestra que, la sinergia entre el SO2 y otros contaminantes como el benzopireno así como las partículas PM2.5, participan en procesos carcinogénicos.
López Obrador en la famosa reunión con John Kerry, Enviado Especial de los EUA para el Clima, mintió. Se comprometió a impulsar políticas que reduzcan las emisiones, cuando promueve todo lo contrario
Marcelo Ebrard, representante de la delegación mexicana en la COP 27 de Egipto, también frente a John Kerry, se comprometió a presentar nuevos objetivos de NDCs (Contribuciones Determinadas a nivel Nacional) para establecer compromisos más altos de reducción de emisiones. Otra mentira
Desde luego, López Obrador nunca reconocerá que ha incumplido todos los compromisos establecidos como país en la Convención Marco sobre el Cambio Climático y menos, que su política energética es totalmente contraria a los objetivos mundiales para el combate al Cambio Climático.
Presidente de la Asociación Civil Ciudad Posible.
@JL_Luege