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La presidenta del Senado, Mónica Fernández Balboa (Morena), casi al concluir su misión al frente de este órgano del Estado, como primera mujer en ocupar esa conducción parlamentaria en el siglo, afirma que con ello se ha roto un techo de cristal, y todas las senadoras en un trabajo colectivo han destruido paradigmas y han abonado a favor de los derechos de las mujeres, y junto con sus compañeros hombres, han devuelto dignidad a la Cámara Alta.
"Esta institución es más fuerte de lo que se cree", y ha estado a la altura de los desafíos, como la pandemia, durante la cual el Senado ha cumplido funciones propias esenciales para el Estado, señala en entrevista en la oficina de la presidencia de la mesa directiva que ocupó un año, ya lista para pasar la estafeta a quien sea electo en relevo suyo.
Dice que está orgullosa de haber participado con 62 senadoras en el quehacer legislativo que han puesto el toque femenino en toda reforma, con la mayor sensibilidad ante los problemas del día a día, a favor de los grupos más vulnerables.
Mónica Fernández Balboa dice que el momento más difícil que vivió en la presidencia del Senado fue cuando fue agredida físicamente, recuerda, por un senador (Gustavo Madero, del PAN, en el contexto de la rendición de protesta de la titular de la CNDH). Afirma que ese ha sido el peor momento de su vida, jalonada, y quedó con moretones en brazos y con un sentimiento de vulnerabilidad del que tardó días en reponerse y le molesta aún.
Senadora por Tabasco llama a niñas, adolescentes y mujeres a que persigan sus sueños, se respeten y caminen hacia adelante, en lo que es una lucha difícil, no imposible.
¿Qué siente ser la primera mujer en el siglo que preside el Senado en la legislatura de la igualdad?
– Es un privilegio, gran orgullo y gran reto y compromiso con México y con todas Las mujeres del país, porque antes de estar yo aquí han habido muchas, miles, que han luchado, han abierto las puertas para que mujeres podamos llegar a este estadio donde podemos tener igualdad de oportunidades.
Por primera vez en la historia del Pacto Federal, la mitad de los representantes somos mujeres, y eso nunca había pasado, y tenemos que decir que nos Interesa la igualdad de oportunidades, derechos, la justicia para las mujeres, la no discriminación, la igualdad salarial, etcétera. Por eso es que estamos aquí.
¿Todas las mujeres han roto aquí un techo de cristal?
—Creo que sí, estamos rompiendo paradigmas, un dato importante es que 52 % de todos los temas que se han aprobado en esta 64 Legislatura han sido propuestos por mujeres, que 60% de los mandos de dirección del Senado, administrativamente son mujeres.
¿La política en el Senado cómo ha cambiado por la participación de la mujer?
– Se ha desatado como que un trabajo colectivo en el que todas apoyamos. En este año se aprobaron 50 y tantas reformas de leyes que norman la paridad, las reglamentarias del artículo 19 constitucional para que sea delito grave el feminicidio, el abuso sexual, la tratan de menores, y todos hemos concurrido, no ha habido divisiones. Hemos impulsado los derechos de trabajadoras y trabajadores domésticos, mejores condiciones laborales para las embarazadas, para los padres.
Nos hemos metido con temas que sí se habían trabajado, pero que les faltaba y que con esta visión femenina tal vez que tiene mayor sensibilidad para materias tan sentidas de nuestro día a día; nos hemos abocado a los problemas de los grupos más vulnerables, de las mujeres, niñas, niños, adolescentes.
¿En el pleno hay una actitud muy decidida de las senadoras, hay hambre de cumplir con su parte en la lucha por la igualdad?
—Por supuesto. Tenemos que cumplir el compromiso por el que estamos aquí, y estamos aquí porque sabemos, podemos y porque lo que queremos es el bienestar del pueblo y de todas sus causas. No vamos a desperdiciar esta oportunidad. En mi informe legislativo (el miércoles 26), la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en una entrevista, decía: "Téngalo claro, las mujeres ya llegamos y no nos vamos a ir". Llegamos para quedarnos.
¿Pandemia aparte, cuál ha sido el momento más difícil de su presidencia?
–Ha habido muchos momentos difíciles, puedo referir a uno sumamente desagradable, Incluso me molesta decirlo, pero creo que es una especie de catarsis poderlo expresar.
El momento difícil para Mónica, la mujer fue cuando me agredieron, un senador, físicamente. Nunca en mi vida, y he trabajado mucho, he tenido muchas experiencias en la administración pública, en el sector parlamentario, en la resistencia social, jamás en la vida me había sentido tan agredida y jamás en la vida me habían jaloneado, jamás en la vida me habían agredido físicamente.
Esa sensación, ese sentimiento que te da cuando te agreden, de vulnerabilidad, es un golpe muy fuerte. Tardé varios días en poderme reponer, porque me sentía indefensa vulnerable. Se vio muy mal, esa es la realidad.
Me costó varios días poderme reponer. Lo platico porque me sigue molestando mucho, porque soy enemiga de la violencia y soy una luchadora de toda la vida en contra de la violencia contra las mujeres. Me parece una de las cosas más graves que pueden haber.
Quiero que se sepa, que sepan las mujeres que por primera vez a pesar de ser una luchadora, por primera vez, sentí en carne propia ese sentimiento de vulnerabilidad, de agresión, de sentirte lastimada, o sea, lo que nunca me había pasado, gracias a Dios.
Mi deber era haber denunciado, porque esto es lo que he creído, y sin embargo al ser la presidenta del Senado y ser el agresor un senador, un integrante de una bancada, si yo metía una demanda tendría que haber habido un juicio de procedencia, escándalo, ruptura, enfrentamiento entre bancadas, y entonces el Senado como institución se me iba a partir, podíamos desbaratarlo, porque íbamos a tener a todas las fuerzas encontradas.
Como estaba yo moreteada, fui al médico legista y tenía todo listo para denunciar, y el coordinador Monreal me dijo: "Mónica, por favor, entiendo perfectamente y me solidarizo y es reprobable lo que te pudieran haber hecho, pero ahorita estás enfrente de una institución, tienes que poner en una balanza qué es esto y hacia dónde queremos ir".
Ha sido una de las decisiones más difíciles. No Podía hacer nada, me cayó de sorpresa no pude ni siquiera salir corriendo como, me dice no es que esta persona es muy buena, quién sabe qué le pasó. A quienes me dijeron "perdónalo", les dijo "lo voy a pensar". Bueno, ya hablé con él. Esa es una de las partes más difíciles de mi vida.
¿Otro momento difícil?
--Como presidenta del Senado es la pandemia que nos vino a romper todos los esquemas. Soy primera mujer presidenta de la mesa directiva y me toca algo inédito en el mundo, algo para lo que ningún órgano legislativo en el mundo estaba preparado. Yo hablaba con el presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, cada rato, para ponernos de acuerdo como poderes.
Sin dejar de cumplir con la ley tuvimos que privilegiar la salud y la integridad de todos los que laboran en el Senado, de senadoras y senadores. Mientras otras instituciones cerraron, yo por lo menos tenía abierta una ventanilla, el Canal del Congreso funcionaba con sus técnicos en el cerro del Chiquihuite y permanecieron en las instalaciones, en el confinamiento.
Fueron momentos muy difíciles, muy duros, reducirnos al mínimo, pero conservando el funcionamiento del Senado. Fue algo muy difícil, pero estoy satisfecha, ha valido la pena todo el esfuerzo que hicimos entre todos, el personal parlamentario, administrativo y técnico en todas sus áreas.
¿Se prepararon con tiempo?
--Era febrero y teníamos reuniones con todas las áreas del Senado para definir un esquema de trabajo y cumplir nuestras obligaciones, observar los plazos legales de distintas acciones, estudiar qué marca la ley. Fue un aprendizaje, un diseño, una creación legal, parlamentaria, tecnológica para que pudiéramos mantenernos conectados. Yo estoy orgullosa de eso.
¿Usted tuvo un momento emotivo en la reforma en materia de suicidio?
– La emotividad no la pude controlar, es algo que sale de lo más profundo de uno, en un tema que traigo como una meta muy importante, porque me tocó vivir el caso de una persona que he querido mucho, que iba con doctores y le decían: "Es depresión". Ella nos decía: "Soy la más feliz del mundo, tengo todo, pero el intento suicidarme me cuesta mucho trabajo". Nunca la entendieron.
Es una enfermedad de muchas personas de todas las edades, de todos los sectores, es un problema real. Logramos que se reconozca como una patología en la Ley General de Salud para desarrollar políticas públicas, atender, prevenir este problema de salud pública. La minuta está en la Cámara de Diputados, ahora. sugeriremos que transite.
¿Es difícil conducir un pleno con tanta dinamita en sus 128 voluntades políticas?
– Sí, es difícil, pero es divertido, también. Es difícil porque hay que estar todo el tiempo atento para poder darle su lugar a cada quien, ser muy cuidadoso en los espacios que tienes que cumplir con la ley. Yo tengo que cumplir con la ley y además hacer que los demás cumplan con la ley, porque se quieren pasar de largo. Es un constante estar muy atento tratando de guardar los equilibrios, de actuar de la mejor forma legal.
Unos me decían que era yo muy dura. Había días que decía: "Bueno, que hablen, que están más tranquilos", pero también había días que venían, yo veía desde arriba unos muy prendidos, muy enojados y bulla del otro lado. Me preparaba, hacía mi trabajo interno para responder en las situaciones que se generaban. Difícil, pero fue muy emocionante, un juego de ley y estratagema política. Aprendí mucho. Agradezco a todos que me hayan tenido paciencia, que hayan respetado la ley. A veces se enojaban, pero acataban, pues no era lo que decía Mónica. Yo les decía: "Es según el artículo tal del Reglamento", y ni modo lo tenían que entender.
¿Apegada a la ley dio de baja a dos bancadas?
–No los di de baja yo, ellos solitos se dieron de baja. Si no lo hacía, yo iba a estar en falta, el Senado iba estar en falta, la ley es muy clara y señala que una bancada tiene que tener cinco integrantes en el momento que deja de tener esos integrantes deja de ser bancada. Pasaron muchos meses sin que lo ratificaran. Ellos se disolvieron. Me reuní muchas veces con ellos y les decía metan su gente porque no voy a aguantar a la Auditoría Superior de la Federación que me va a decir, porque se les dan atribuciones legales, parlamentarias, económicas, si no son una bancada. Yo lo que hice fue mandar una notificación. Esa es la parte legal que me correspondía, tenía que cumplir.
¿La Comisión Permanente conducida por usted fue precursora del Congreso Digital?
– Con este ejercicio aprendimos todos y teníamos la mejor manera de que hubiera trabajo legislativo. Teníamos la ventaja de que estábamos en periodo de receso y la Comisión Permanente desahoga asuntos, no tiene la facultad de legislar.
Podríamos establecer sesiones a distancia para desahogar los demás temas, hicimos un reglamento específico y pudimos desarrollar el trabajo, y de 16 sesiones que estaban previstas, hicimos 15, en la primera estábamos sin saber cómo poderlo hacer.
Es la primera vez que el Congreso de la Unión trabaja de esa manera, y promoví un paquete de iniciativas muy completo, después de todo este aprendizaje, análisis, trabajo, de reforma a la Constitución, la Ley Orgánica del Congreso General, al Reglamento del Senado para que permita que en casos de excepción, de emergencia extraordinaria, para que las instituciones legislativas, al ser su función esencial para el Estado, puedan sesionar a distancia, solo en estos casos.
Le pedí a la Junta de Coordinación Política y creamos un grupo de trabajo para el análisis de esta reforma. La intención original era sacarla antes del 1 de septiembre, pero no fue posible, y estamos trabajando mucho en este grupo; no queríamos hacer algo rapidísimo y vamos a tratar de sacarlo en septiembre.
¿El Senado bajo su conducción se fortaleció, estuvo a la altura de toda esta ola de cambios que van ocurriendo en el país en todos los niveles?
– Yo creo que sí. Modestia aparte, creo que nos fortalecimos como institución. Cuando iniciamos la responsabilidad en la mesa directiva, señale que es una de mis ideas era devolverle un poco esta dignidad a la institución, al Senado de la República, y falta mucho por hacer, pero creo que avanzamos muchísimo.
Hoy por hoy demostramos que esta institución es más fuerte de lo que se cree y que estamos muy por encima de muchos problemas que podemos, muchos como en el del supuesto espionaje, en áreas del PAN. Inmediatamente dije que se siga una investigación y resultó que era lo que estaba instalado con antiguamente.
Tenemos que ir limpiando, tenemos que ir haciendo todos los procesos, con transparencia, transparencia y más transparencia. La transparencia legislativa, el Parlamento Abierto, en todo lo que cabe. Yo creo que sí se logró.
¿Darle dignidad al Senado es mirada de mujer?
– Es la mirada de todos, porque efectivamente somos muchas mujeres y más allá de que nos caigamos bien o mal, nos unimos con las causas sensibles de las mujeres. Sin embargo si no contáramos con la solidaridad y con la visión de todos nuestros compañeros no podríamos lograr las cosas. Reconozco mucho la actitud de nuestros compañeros hombres por que le han entrado y no es fácil que acepten ir contra idiosincrasias, tabúes culturales de hace mil años, y ellos han estado a la altura.
¿Qué mensaje le daría a las niñas, a las mujeres que hoy desde la desigualdad ven el horizonte?
– Que tengan confianza en ellas, que persigan sus sueños, que lo primero que tenemos que hacer en la vida todas es respetar, respetarnos y respetar nuestros sueños y caminar hacia adelante, que podemos hacerlo, tenemos la capacidad.
Necesitamos prepararnos, estar conscientes de que es una lucha difícil, que no es imposible y que ahorita estamos en uno de los mejores momentos del país, de nuestra historia, en esta lucha por los derechos de las mujeres, los derechos humanos, la igualdad de oportunidades, de educación, laborales, por la procuración de Justicia.
Les daría el mensaje de que muchas estamos trabajando, así como muchos trabajaron antes que nosotras, para que todas las niñas, adolescentes y mujeres, tengan un mejor futuro. Confíen, confíen en sus sueños, en su capacidad, respétense a sí mismas y háganse respetar.