México enfrenta una grave crisis de libertad de expresión que preocupa no sólo por los efectos que puede tener para la democracia, sino porque forma parte de una tendencia al autoritarismo, la polarización y a debilitar las instituciones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Los medios son, al mismo tiempo, actores clave para seguir hablando de todo lo que está ocurriendo en el país y de las elecciones de 2021, que pueden cambiar el rumbo.

Mariclaire Acosta, exdirectora de Freedom House México; Héctor Aguilar Camín, director de la revista Nexos, y Jorge Castañeda, excanciller, escritor y articulista, coincidieron en estos temas durante su participación en el webcast Libertad de expresión y la prensa bajo la administración de AMLO, organizado por el Wilson Center y moderado por Azam Ahmed, corresponsal del diario The New York Times para México y Centroamérica.

Duncan Wood, director del Instituto México en el Wilson Center, aclaró que se buscó al gobierno mexicano para que participara, sin tener éxito.

La situación de la prensa no sólo no ha mejorado sino que ha empeorado en la actual administración, señaló Acosta.

Cuestionados sobre la diferencia entre el gobierno de López Obrador y sus predecesores, coincidieron en que si bien las presiones a los medios no son algo nuevo, pese a recibir muchos más ataques de parte de la prensa, las administraciones de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón no respondieron como lo está haciendo la actual.

“La actitud del gobierno y del Presidente es de contener, amedrentar, disminuir, callar o modular la opinión crítica que su gobierno está recibiendo”, dijo Aguilar Camín.

“Ese es el contexto en que se está dando la relación de la prensa en México con el Presidente, quien abiertamente, todos los días, estigmatiza, critica, descalifica, insulta a la prensa que cuestiona a su gobierno, como una prensa corrupta, conservadora, que está al servicio de los peores intereses del país”, detalló.

Puso como ejemplo el caso de Nexos: “Es la primera sanción. Todo lo demás es una ofensiva política que no llega a la persecución judicial”. La diferencia entre López Obrador y anteriores presidentes, opinó, es que el actual Mandatario “no tiene esa tolerancia a la crítica”. Castañeda recordó sus enfrentamientos con Calderón, y dijo que “nunca, en sus seis años, pese al mutuo y recíproco desacuerdo, tuve ninguna presión del gobierno para que detuviera mis publicaciones o dijera algo diferente”.

Detalló que López Obrador “estigmatiza individuos y sus publicaciones. Nexos es un caso icónico, pero lo ha hecho con Reforma, atacó al Financial Times por un editorial” en el que señaló que López Obrador se enfila a ser la nueva figura del autoritarismo en América Latina.

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