“Empezamos a escuchar muchos truenos, eran misiles que estaban cruzándose por varias partes, vimos la situación crítica, nos regresamos al hotel y nos refugiamos”, narró el sacerdote Manuel Lizárraga, originario de Hermosillo, Sonora, quien visitó Jerusalén y el sábado se disponía a conocer diversos sitios sagrados junto con otros 21 mexicanos, cuando tuvieron que ponerse a salvo.
Lizárraga recuerda que el guía de turistas trató de calmarlos y guardar la compostura. “Al parecer los hoteles son buenos refugios para los visitantes, entre los connacionales platicaron sobre el momento crítico y la situación entre Israel y Hamás”, señaló el clérigo.
Los connacionales ya tenían programado regresar este lunes y a su llegada al aeropuerto fueron testigos de la explosión de una bomba, por lo que las alarmas sonaron fuertemente y vieron cómo diversos conductores bajaban de sus vehículos para ponerse pecho tierra y salvaguardar su vida.
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Ante ello, el grupo de mexicanos se dirigió hacia el refugio del aeropuerto de Tel Aviv en Israel.
“El aeropuerto estaba saturado, todo mundo quería salir hacia otros países”, recuerda, mientras narra el estrés que vivieron por las detonaciones.
Lizárraga señala que el vuelo se retrasó dos horas, pero 17 mexicanos lograron viajar hacia Roma, dos llegaron a Madrid y tres mexicanos más se quedaron en Jerusalén al no conseguir un vuelo.
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