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El semáforo de la Diana Cazadora en Paseo de la Reforma se pone en rojo. Ricardo e Iván aprovechan para hacer dominadas con un balón de futbol antes de que aparezca la luz verde. Ambos se apoyan con sus muletas, pues perdieron una extremidad, y caminan entre los autos para pedir una moneda; para ellos la nueva normalidad se refleja en el alza de movilidad y en la posibilidad de tener más ingresos.
Los jóvenes que visten jersey de la Selección Mexicana se conocieron en la liga de futbol de amputados, los dos juegan en el equipo de Pumas Retro. Ricardo vive en Chimalhuacán e Iván en Naucalpan, hacer dominadas en los cruces peatonales es su manera de ganarse la vida. Durante el confinamiento no pudieron aplicar el “Quédate en casa”, porque todos los días salían con la esperanza de obtener un ingreso.
“Estaba bien muerto, no pasaban carros, si acaso uno o dos, pero con las ventanillas arriba. A veces veíamos que traían puestos sus cubrebocas, tampoco había gente en la calle, a veces los que van en su bici o caminando nos daban para un taco, pero con la Sana Distancia, ahora ni eso, nosotros no nos pudimos quedar en casa porque de esto comemos, ahora, con la nueva normalidad, esperamos que nos vaya mejor”, cuenta Ricardo.
Desde que la Ciudad de México entró a semáforo naranja, el par de amigos coincide en que hay más tránsito vehicular; sin embargo, saben que si hay repunte de contagios, el confinamiento podría volver, por lo que invitan a la población a seguir las medidas sanitarias.
“Uno no se puede quedar en casa, hay mucha gente que ya salió a trabajar, ya ves personas caminando sobre Reforma, más carros, pero si no nos cuidamos, vamos a valer, otra vez nos van a encerrar y aunque sea por nuestra salud tampoco hay para comer, por eso hay que cuidarnos”, dice.
Con la reapertura de actividades, los jóvenes confían en regresar a los buenos días en los que ganaban entre 200 y 250 pesos al día, y esperan que ya no se regrese al confinamiento, porque durante la Jornada Nacional de Sana Distancia hubo días que sólo gastaron en pasajes.
“Si hay tráfico y obvio más carros, hay veces que en unas horas ganamos hasta 250 pesos cada uno, ya por muy poco nos íbamos con 150 o 100, pero cuando la gente no podía salir sí nos las vimos duras, porque no tenemos trabajo fijo, un sueldo, y luego solo gastábamos en balde”.
Ricardo espera que el número de contagios por Covid-19, así como la cifra de defunciones vaya en descenso, para que abran los centros deportivos y pueda regresar a jugar con el Pumas Retro.
“Jugamos con las reglas de futbol 7, pero cuando hacemos el saque de banda lo hacemos con el pie, los que jugamos en la cancha usamos muletas, o sea que perdimos una extremidad y los porteros no deben tener un brazo. Si tocamos el balón con las muletas o bastones, es como si fuera mano, se extraña el deporte, sabemos que tenemos que cuidarnos, pero ojalá pronto podamos regresar a la cancha”, apuesta.
Mientras toma un descanso, Ricardo dice que cuando llegó el Covid a México no creía en la enfermedad y aunque se mantiene escéptico, sigue las medidas sanitarias.
