El teniente coronel Carlos Ernesto Gallegos Almaguer es el único militar mexicano que ha estado en dos misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); ambas fueron en el continente africano, azotado por los conflictos armados, la sequía y la hambruna.

Tras recibir la capacitación requerida por el organismo internacional, el actual subdirector del Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones de Paz de México (Cecopam) fue enviado en 2015 a la República Árabe Saharaui Democrática, donde estuvo durante un año como observador militar. Ahí hizo recorridos terrestres y aéreos para verificar que las partes en conflicto con Marruecos respetaran los acuerdos de paz y de cese al fuego.

Ambos países entraron en pugna desde hace 45 años, y ante la situación humanitaria, por acuerdo internacional, la ONU desplegó los Cascos Azules.

Para Gallegos Almaguer fue una experiencia gratificante, ya que, recuerda, trabajó con militares y civiles de muchos países con el único objetivo de mantener la paz en esa zona del occidente africano.

“Hubo una situación en particular en la que desafortunadamente me tocó ver personal civil afectado por la explosión de una mina.

“Había un área que estaba totalmente con campos minados, hay prácticamente más de 500 mil de ellas sembradas, y Naciones Unidas está trabajando para ir quitándolas poco a poco”, explica.

El teniente coronel asegura que los habitantes del Sahara Occidental tienen un sentimiento de agradecimiento con los connacionales, pues México es uno de los países que los reconoce como nación independiente.

Después de regresar de esa región, Gallegos Almaguer estuvo en la misión de paz en la República Centroafricana, donde se ha registrado el mayor número de bajas de miembros de los Cascos Azules a manos de grupos armados.

“Fue un escenario completamente diferente, porque en la República Centroafricana actúan grupos armados que generan inseguridad e inestabilidad”, indica.

En esa nación, explica el teniente coronel, la actividad más importante fue velar por la seguridad de la población civil y la ayuda humanitaria.

“En esta ocasión desplegué en funciones de Estado Mayor, en un cuartel general de sector, en el que trabajé en el área de información y de operaciones”, comenta el militar.

Señala que vivió situaciones tensas en la República Centroafricana, debido a que los grupos armados no sólo afectan a la población civil, sino también a los Cascos Azules desplegados con ataques y enfrentamientos.

“También me permití realizar algunos reconocimientos con observadores militares. Llegábamos a las comunidades y vimos la alegría, la satisfacción de las personas al sentir la presencia de Naciones Unidas; eso les cambia la perspectiva cuando sienten la seguridad”, detalla.

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