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Es preocupante cuando alguien elige ignorar ciertos hechos históricos documentados para ajustarlos a una narrativa particular. En este caso, dos artículos publicados por el Sr. Jean Meyer me hicieron recordar la frase célebre referida en el título por su parcialidad, simplismo y falta de fundamentos que se adaptan únicamente a la narrativa de Armenia.
Por ello, sentí la obligación de brindar información verdadera basada en hechos históricos documentados que resultan incómodos para el discurso armenio.
El Sr. Meyer menciona el Kanato de Karabaj, pero omite que este fue reinado azerbaiyano durante toda su historia, y confunde la región de Karabaj de Azerbaiyán que se traduce del azerbaiyano como "Jardín Negro", –expresión utilizada por el Sr. Meyer que nunca ha sido de mayoría armenia– con su mucho más pequeña región montañosa llamada Alto Karabaj (Nagorno Karabaj). Esta última fue creada artificialmente en el corazón de Azerbaiyán por el régimen soviético de Stalin seleccionando pequeñas partes de la región con mayoría armenia con el objetivo de crear una bomba de tiempo para hacerla estallar en un momento idóneo y así poder controlar en el futuro a Azerbaiyán. Es importante señalar que la población de la región de Karabaj de Azerbaiyán era varias veces mayor que la del entonces llamado “Alto Karabaj”.
Con la llegada del Imperio Ruso a la región, se impulsó una política de cambio demográfico en la zona correspondiente a la actual Armenia, así como en territorios de Azerbaiyán como Karabaj, en la que se trasladó a cientos de miles de azerbaiyanos fuera de regiones como Goychá, Basar Kechar, Zangezur, etc. Además, al revisar información estadística oficial del Imperio Ruso del Siglo XIX, se puede notar que existían más madrazas y mezquitas en Ereván, la actual capital de Armenia, que en Bakú, la actual capital de Azerbaiyán, por lo que sobra decir que todas las joyas arquitectónicas del patrimonio azerbaiyano fueron erradicadas sin piedad por Armenia. Con el tiempo, los armenios lograron cambiar casi todos los topónimos y demografía de las regiones de la actual Armenia, olvidando convenientemente que el azerbaiyano era uno de los idiomas más usados en Armenia hasta los años 40 del siglo pasado.
Al observar el mapa político del Cáucaso de Sur, algo curioso llama la atención: Azerbaiyán está dividido en dos partes por Armenia debido a un plan soviético mediante el cual en 1929, le dieron a Armenia la región de Zangezur perteneciente a la Primera República de Azerbaiyán, con objeto de cerrar la conexión física con Turquía, ya que el régimen comunista lo consideraba una amenaza.
El Sr. Meyer pregunta: ¿quién recuerda a los armenios? Entonces preguntamos: ¿quién recuerda a los azerbaiyanos que por siglos y hasta 1987 fueron desplazados del territorio actual de Armenia, erradicando su herencia cultural? ¿Quién recuerda a los más de un millón de azerbaiyanos étnicamente limpiados y expulsados de aldeas y ciudades ocupadas y destruidas de Azerbaiyán como Agdam, actualmente conocida como la Hiroshima del Cáucaso por el nivel de destrucción en el que se encuentra? ¿Quién recuerda a los cientos de civiles masacrados en la ciudad de Joyalí en el genocidio de 1992 y a los 4000 desaparecidos cuyo destino permanece desconocido? ¿Quién recuerda a las decenas de víctimas de los bombardeos armenios con misiles balísticos a ciudades densamente pobladas de Azerbaiyán durante la Guerra de 44 Días de 2020? Todos estos actos de terror fueron perpetrados por Armenia durante décadas de agresión contra Azerbaiyán, por lo que más bien debería preguntar ¿quién recuerda a los azerbaiyanos?
Después de que intentamos resolver el ya exconflicto pacíficamente, a pesar de la negativa armenia por cumplir las 4 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU de 1993 que demandaban liberar los territorios azerbaiyanos, y tras provocaciones del Primer Ministro armenio y del entonces Ministro de Defensa que amenazó a Azerbaiyán con una "nueva guerra por nuevos territorios", logramos recuperar nuestra integridad territorial reconocida por la comunidad internacional, incluyendo México.
A diferencia de Armenia, Azerbaiyán es un país multicultural donde viven pacíficamente más de 40 etnias, incluyendo armenios sin ser sujetos de discriminación alguna. A diferencia también de los azerbaiyanos que fueron expulsados de Armenia y que se les impide su regreso, los armenios que viven en Azerbaiyán son considerados ciudadanos azerbaiyanos que tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano, así como las mismas obligaciones que prescribe la Constitución de Azerbaiyán.
Es importante aclarar también que los armenios que viven en la región de Karabaj de Azerbaiyán no están siendo afectados por ningún bloqueo, como lo menciona el Sr. Meyer utilizando la narrativa armenia. Expertos serios en todo el mundo han ridiculizado el llamado “bloqueo” pues hasta el día de hoy más de 4500 camiones han transitado libremente por la ruta. En simultáneo, los comerciales de restaurantes armenios en esta región, así como los videos de fiestas de los armenios “bloqueados” ya son “memes” en internet por mostrar la abundancia en sus reuniones, mientras se habla de una “crisis humanitaria” en la región. Más aún, Armenia está utilizando ilegalmente una ruta clandestina a la Ruta de Lachín para seguir traficando armas y minas terrestres a Azerbaiyán y para seguir explotando de forma ilegal los recursos naturales de Azerbaiyán para transportarlos a Armenia. ¿Qué país permitiría estas acciones en su territorio soberano?
En su artículo con título tendencioso “Cuando la sangre empezó a correr en el Cáucaso”, el Sr. Meyer decidió omitir que la investigación oficial de la URSS sobre Sumgait concluyó en que un armenio de nombre Eduard Grigoryan fue reconocido por sobrevivientes como el líder de los criminales responsables de los hechos y encarcelado tras enfrentar un juicio. Asimismo, evita mencionar que los acontecimientos de Sumgait sucedieron después del despiadado ataque en invierno de 1987 dirigido a cientos de miles de azerbaiyanos que vivían en aldeas de Armenia en la región de Kafán y Megrí, en el que se les masacró y se les expulsó. Todas estas aldeas abandonadas se pueden observar en el territorio de Armenia simplemente utilizando Google Maps. Además, los eventos de Sumgait sucedieron durante la existencia y bajo el régimen soviético, por lo que los dichos del Sr. Meyer de que se atacó a rusos resulta sorprendente, por no decir que absurdo.
La parcialidad no es un atributo justo para comunicadores. Por ello, los articulistas deben difundir información veraz y fundamentada en hechos y no en narrativas parciales, que brinden oportunidades para la generación de consensos y prevengan que la tergiversación de la realidad comprometa el proceso de paz, que solo es posible a partir del reconocimiento de la soberanía e integridad territorial mutuas, así como de la renuncia de reclamos territoriales y revanchismo por parte de Armenia contra Azerbaiyán.
Embajador de Azerbaiyán en México