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Texto: Dulce Andrea Moncada
Fotos: Dulce Andrea Moncada/Cortesía
Al hablar de muralismo mexicano de inmediato pensamos en cuatro hombres: Rivera, Clemente Orozco, Alfaro Siqueiros y Tamayo, pero es a Aurora Reyes a quien le corresponde ostentar el título de “la primera muralista mexicana”.
De ella se sabe poco, algunos la conocen por sus ideales revolucionarios, su amistad con Frida Kahlo y por ser sobrina del escritor y ensayista Alfonso Reyes. Nació el 9 de septiembre de 1908, en Hidalgo de Parral, Chihuahua. Su padre fue el ingeniero y capitán León Reyes, quien la llamaba de cariño La Cachorra, derivación por la que fue conocida.
Estuvo destinada a cargar con la importancia del apellido “Reyes”. Su abuelo, el general Bernardo Reyes, fue un destacado militar que peleó en la Segunda Intervención Francesa; murió el 9 de febrero de 1913 al iniciar la llamada Decena Trágica, evento que representó el inicio de una dura vida para la familia Reyes, la cual al ser considerada enemiga del régimen, debió trasladarse a la Ciudad de México.
El único sustento de la familia era el pan “de chino” que su madre, Luisa Flores, horneaba en casa, recetas que aprendió estando en Chihuahua.
En 1921 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y por las noches disfrutaba las clases de la Academia de San Carlos. Pero fue expulsada de la preparatoria lo que trajo como consecuencia que Aurora se concentrara en su arte tiempo completo. Sin embargo, no concluyó con sus estudios y prefirió ser autodidacta, como lo relata Margarita Aguilar en su texto Aurora Reyes: alma de la montaña, de 2010.
Años después contrajo nupcias con el periodista Jorge de Godoy con quien formó una familia. El matrimonio no trajo la felicidad esperada a Aurora, quien se referiría a él como “la pesadilla del matrimonio” a causa del alcoholismo del escritor. Después se divorciaría de él.
En 1927 la Secretaría de Educación Pública le otorgó el nombramiento de “Profesora de Artes Plásticas”, el cual le permitió trabajar en escuelas primarias, profesión que constituyó su principal fuente de ingresos. En esta época los pintores tenían dos campos de trabajo: los muros y las aulas, por ello el trabajo docente de Aurora fue fundamental para la conformación de sus ideales artísticos y políticos.
En 1936 se unió a la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios) una asociación en donde intelectuales de la época comulgaban con la ideología comunista. El mismo año ganó un concurso convocado por la LEAR que le permitió pintar su primer mural —de siete que plasmó—, que aún existe en el vestíbulo del Centro Escolar Revolución, ubicado en Arcos de Belén, muy cerca de la estación del Metro Balderas. A este mural lo tituló Atentado a las maestras rurales. Así, el arte se volvió un canal de denuncia para Aurora.
La escuela en donde se encuentra este mural está en condiciones deplorables: fachadas con deterioro, pintura descarapelada, vidrios rotos, murales deslavados, basura y descuido.
Este mural reflejaba un tema de importancia para Aurora y por el cual alzó la voz. En 1931, militó como secretaria de acción femenil, lo que le permitió luchar por el mejoramiento de las condiciones de las trabajadoras y campesinas.
A pesar de que nunca se declaró feminista, sus acciones por la vida de las mujeres la convierten en una de las precursoras del feminismo en México. Apoyó el derecho de la mujer al voto, buscó que se ampliara el tiempo de incapacidad de las trabajadoras que acaban de dar a luz y que se respetaran los descansos de lactancia.
Uno de sus mayores logros fue que en 1940 se abrieran dos guarderías, una en la Escuela Alberto Tejeda y la otra en una primaria adjunta a la Escuela Normal.
La pintora poetisa
Con el tiempo Aurora Reyes se desilusionó de la lucha política y comenzó a unirse a las tertulias del Café París. En esta época dio a conocer otra faceta suya que también la caracterizó: la de poetisa.
En 1948 publica Hombre de México, poema que reflejaba la preocupación de la autora por el estado del país. Lamenta entre líneas el olvido de los ideales revolucionarios y exalta los valores mexicanos.
Aurora fue amenazada de ir a la cárcel si seguía declamando este poema que cuestionaba la administración de ese entonces. El texto sigue siendo polémico, pues en el 2014, durante una exposición de la obra pictórica de la artista, el entonces director general de Televisión Educativa, Fausto Alzati Araiza, interrumpió la lectura del poema por considerarlo “ofensivo para el presidente Enrique Peña Nieto”; días después la Secretaría de Educación Pública ordenó que fuera removido de su cargo.
En 1953 publicó su primer libro de poesías, titulado Humanos paisajes en donde habla del México prehispánico. En 1974, el segundo, Palabras del desierto y en 1981 su último volumen titulado Espiral en retorno en donde recoge su obra completa demostrando ser merecedora de un lugar notable entre las poetisas mexicanas.
En los años siguientes se le reconoce su participación en diferentes actividades culturales. Los diarios del país hablaban de sus premios en pintura y poesía y se reseñaban sus participaciones en los “cafés literarios” en el Palacio de Bellas Artes.
Murales e ideales, en abandono
En 1961 inicia uno de los proyectos que le traerían mayor reconocimiento: la pintura de los murales del Auditorio 15 de mayo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, titulado Presencia del maestro en la historia de México. Concluyéndolo en 1962.
El conjunto de estos murales complementan la visión de una nación con grandes riquezas culturales, la evolución del mexicano y la lucha de los maestros por la construcción de un mejor futuro.
El mensaje plasmado en estos murales se encuentra en la actualidad enterrado bajo el polvo y la humedad, están en deterioro con el fresco quebrándose, en casi completa oscuridad y en abandono.
En 1977 pintó su último mural El primer encuentro en la Sala de Cabildos de las oficinas de la Delegación Coyoacán, en él relata la historia de este barrio desde tiempos prehispánicos. Es la obra que menos se conoce pues el recinto se encuentra cerrado al público.
Vetada por Echeverría luego del 68
Se jubiló en 1964, pero siguió participando activamente en la política del país. Apoyó decididamente el movimiento estudiantil de 1968 abriendo las puertas de su hogar para que los alumnos de San Carlos pudieran pintar sus carteles de protesta.
Después del movimiento del 68 Aurora quedó desesperanzada respecto a los ideales revolucionarios de su juventud.
En entrevista para EL UNIVERSAL, su nieto, Héctor Godoy Lagunes relató en su casa que “un día, Luis Echeverría, amigo de muchos años, tocó a la puerta de la casa de Aurora para decirle que ‘le iban a dar la grande’ y que quería que ella fuese la primera mujer directora de Bellas Artes, pero la abuela le dijo que ella no hacía tratos con asesinos y le cerró la puerta. Nunca más volvieron a contactarse. Pero ese acto le costó muy caro, pues fue vetada de la historia del país”.
A partir de este momento el nombre de Aurora Reyes comenzó a olvidarse. La Cachorra murió a los 76 años de edad el 26 de abril de 1985. Sus cenizas fueron esparcidas en su casa a los pies de una magnolia que ella misma había sembrado.
Proyecto de reivindicación
Héctor Godoy Lagunes dice que su verdadera vocación se encuentra en dar a conocer la importancia del trabajo de su abuela y es por eso que él y su hermano Ernesto Godoy, han dedicado parte de sus vidas a revindicar la obra de Aurora Reyes. En el 2015 sus creaciones se expusieron en la estación del Metro Bellas Artes y este año se exhibió en el Museo de Arte de Ciudad Juárez, Chihuahua.
Nos cuenta de los proyectos a futuro para la difusión de la obra de Aurora Reyes: “Queremos ver la posibilidad de reunirnos con la nueva administración, en especial con José Alfonso Suárez, próximo titular de la Secretaría de Cultura de la CDMX, para pedir su apoyo y le concedan a la obra de Aurora Reyes un espacio permanente de algún museo de la ciudad”. Uno de sus mayores anhelos sería la construcción del “Museo Aurora Reyes”.
Es consciente que para lograrlo, es necesario que el nombre de Aurora Reyes vuelva a ser conocido y valorado, por ello se creó la página de Facebook “Aurora Reyes de México” en donde se pueden ver fotos de su vida y de su trabajo.
Mientras estos proyectos se concretan, los que gustan de la pintura, la poesía y, especialmente, los amantes de lo que representa la cultura mexicana , tenemos la oportunidad de acercarnos más a la herencia de esta artista e impulsar su obra. Podemos seguir aprendiendo más de la maestra Aurora Reyes, la primera muralista mexicana, de quien muchos siguen sin saber poco o nada.