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Toluca, Méx.- “Una moneda, un peso”, pedía una mujer de 92 años en el centro de Toluca, Estado de México. El 27 de septiembre fue atropellada por un autobús al intentar cruzar la avenida. Su muerte reveló la explotación que padecía.
Diariamente, minutos antes de las 8:00 horas, un vehículo dejaba a Esperanza Cruz en la calle de Gómez Pedraza, cerca de una iglesia. A veces bajaba de una camioneta, otras de un auto. Sin importar si el clima era lluvioso o frío, se veía a “la abuelita”, como le decían algunos comerciantes, con varios rebozos, “pero siempre ahí”. Estuvo 10 años, hasta que falleció.
Su jornada terminaba a las 19:00 o 20:00 horas, cuando iban por ella. Esperanza tenía dificultad para ver: se podía observar que uno de sus ojos había sido presa de cataratas, además le era difícil caminar, pues necesitaba de un bastón para sostenerse. Pese a esa condición, lograba andar por las calles cercanas al Cosmovitral y los Portales, donde pedía limosna.
El dinero que caía en su vaso de unicel después era guardado en su bolsa, pero nunca salía de ahí. Los comerciantes se percataron que la anciana no comía, a menos que le regalaran algo, y no gastaba porque lo tenía prohibido.
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Hace dos años, la mujer cayó de unos escalones y se lastimó, por lo que unas personas ofrecieron llevarla al hospital en el pueblo de San Pablo Autopan.
En el camino, ella les dijo: “Por aquí vivo. Paso diario”. Siguieron algunas calles y preguntaron si conocían a la señora, ahí les dieron la referencia de una casa. Al llegar, un joven se dirigió a la anciana: “¿Por qué estás aquí?”. En su lugar contestó una de las personas que la auxilió y pidió que, por la caída que había sufrido, la mujer debía recibir atención médica. Le respondieron: “Sí, gracias”, y cerraron la puerta.
Hay una cifra negra entre los casos de explotación y trata de personas. De las 11 modalidades que sanciona la ley, hay más de 50 mil víctimas al año y sólo se llegan a conocer cerca de mil casos, según información del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública.
De enero de 2011 a noviembre de 2019, en el Estado de México hubo 163 delitos de trata de personas, de los cuales siete fueron con la modalidad de mendicidad forzosa, de acuerdo con registros del Sistema de Gestión Judicial Penal del la entidad.
La primera sentencia por mendicidad forzada en el Estado de México fue en 2015 y fue absolutoria. Hasta la fecha, se tienen tres sentencias condenatorias por el delito de trata en esa modalidad, además de cuatro órdenes de aprehensión y una pendiente por cumplimentar desde 2017.
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El año pasado, personal del DIF Estado de México buscó a Esperanza en las calles de Toluca para brindarle apoyo. Asistentes de la Iglesia del Carmen recuerdan que esa búsqueda fue en vano, pues esos días no la fueron a dejar. Tras una semana, la mujer volvió, pero la ayuda ya no regresó.
La normalización de la mendicidad y pobreza ha ido contra la detección de la trata en esta modalidad.
“Si es difícil identificar a una víctima de trata para el público en general, es más difícil identificar si las personas que están en mendicidad forman parte de un tipo de explotación”, dice Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública. “La desigualdad legitima la esclavitud”, comenta, y permite que algunos interpretan como natural que “las víctimas de trata sean de pobreza”.
La línea contra la trata de personas, 01800 5533 000, es operada por el consejo ciudadano y atendida las 24 horas los siete días de la semana.
Han recibido 3 mil 369 llamadas, de las cuales 76% corresponden a explotación sexual o prostitución ajena; 12%, a trabajo forzado; 9%, a explotación laboral, y 3%, al uso de menores en actividades delictivas.
Aunque no hay un reporte en específico por mendicidad forzada, a veces se combina con trabajo forzado.
¿Quienes son los tratantes?
El experto refiere que los victimarios en materia de trata son “organizaciones delictivas, algunas con conexiones locales, interestatales o internacionales. En ciertos lugares son familias que han naturalizado el fenómeno y cada quien desempeña cierto rol: desde la mendicidad hasta la explotación sexual”.
Para la fiscal especializada de trata de personas del Estado de México, Guillermina Cabrera, los tratantes “pueden ser todos. No hay un perfil único. Pueden ser miembros de la delincuencia, amigos, conocidos o parientes”.
El Estado de México se ha posicionado en la investigación sobre el delito de trata, al obtener 53 sentencias condenatorias.
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Entre las solicitudes de información, Aguascalientes, Yucatán, Guanajuato, Oaxaca, así como Baja California y Puebla tienen registro de un caso de mendicidad forzosa, pero no hay sentencias al respecto.
Chihuahua y Quintana Roo cuentan con cinco carpetas de investigación por la modalidad de mendicidad forzada y los estados de Sonora, Baja California Sur, Colima y Durango no tienen registro de ningún caso.
Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran una cantidad general sobre el delito de trata de personas, pero no una división sobre los tipos, aun cuando estos constituyen diferencias significativas en características y sanciones.
El Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas en México 2019 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) enfatiza en esta separación de las estadísticas para un mejor entendimiento del fenómeno.
La mayoría de las acciones sobre trata de personas se han enfocado más hacia la explotación sexual, por ello hay más datos al respecto y menos en los otros tipos de explotación que abarca la ley, como la mendicidad forzosa.
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“Necesitamos estar capacitados”, dice el director de la Administración de los Juzgados del Sistema Penal Acusatorio, Lawrence Eliseo Serrano.
“Este tipo de hechos deben de investigarse bajo un contexto. Estas figuras delictivas tienen que fortalecerse para no sancionar a los de bajos recursos o en pobreza. En ocasiones es difícil, sobre todo en el tema de mendicidad.
“La gente que se encuentra en mendicidad por una situación de miseria o exclusión tiene más riesgo de ser detenida que los miembros de redes de trata, porque la investigación para este delito conlleva más tiempo y recursos”, explica Mónica Salazar, directora de la organización Dignificando el Trabajo.
La asociación civil trabaja con los temas de trabajo forzado y trata de personas. “Probablemente haya condiciones de pobreza que hagan que la gente caiga en mendicidad, pero hay personas que, abusando de las condiciones de necesidad, mueven gente y la fuerzan a permanecer en esa situación para obtener un beneficio. ¿Cuál es más grave? Creo que es donde hay una persona que no te está permitiendo librarte de esa situación y que te ponga cuotas, que si no entregas, conllevan una agresión física, sexual o verbal”.
Los expertos concluyen que la pobreza no se criminaliza, pero sí es necesario que en este país se identifique, se persiga, detenga y se procese a la gente que está usando a las personas en un contexto de trata. La esperanza está en la justicia.
***Reportaje realizado con apoyo de la Fundación Thomson Reuters.