México

ha sido parte cuatro veces del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ha sido testigo de varios periodos turbulentos.

El mismo año en que comenzó a funcionar el organismo, en 1946, México tuvo su primera participación.

En ese primer bienio, promovió un proyecto de resolución condenando al régimen del general Francisco Franco , por considerar que ponía en peligro la paz y seguridad .

Apoyó también el proceso de descolonización en África. Los crecientes enfrentamientos entre la Unión Soviética y Estados Unidos afectaron varias de las decisiones del Consejo y en 1947, México, que no era partidario del derecho al veto, defendió que las grandes controversias entre las potencias dirimieran en la Asamblea General de la ONU, como recuerda la Biblioteca Científica Electrónica en Línea SciELO, que cuenta con la participación de nuestro país.

Pasaron casi cuatro décadas antes de que México volviera a ser miembro del Consejo, esta vez para el bienio 1980-1981, marcado por la Guerra Fría , la inestabilidad en Medio Oriente y los conflictos en Nicaragua y El Salvador (ambos iniciados en 1979).

Frente a la intervención soviética en Afganistán (1978-1992), y ante el poder de veto de la URSS, uno de los cinco miembros permanentes, México promovió en el Consejo una resolución para condenar la invasión y solicitar el retiro inmediato e incondicional de tropas.

La apuesta mexicana por la paz también llevó al país a contraponerse con Estados Unidos, como en los casos de la guerra entre Irán-Irak, el conflicto árabe-israelí, la toma de la Embajada de Estados Unidos en Teherán, así como en el caso del apartheid en Sudáfrica. Incluso México presidió el Comité del Consejo de Seguridad de Embargo de Armas a Sudáfrica.

Como consecuencia, las relaciones de México con Estados Unidos y la URSS se vieron afectadas.

La tercera participación de México en el Consejo tardó otras dos décadas (2002-2003). Y su reingreso estuvo marcado por la guerra contra el terrorismo , tras los atentados de 2001 en Estados Unidos, así como la intervención estadounidense en Irak.

Es éste uno de los periodos más recordados de México, por su oposición a la invasión estadounidense. El gobierno de George W. Bush buscó el apoyo del Consejo y presionó a los distintos países –México incluido, con amenaza de represalias- para que respaldaran la acción, bajo el argumento de que el régimen de Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva.

Al final no hubo votación y Estados Unidos lanzó la intervención de manera unilateral. La ONU tachó la acción de ilegal “ilegal”. Sin embargo, México sí terminó por apoyar el mandato de la coalición de la autoridad provisional en Irak, integrada por Estados Unidos, Reino Unido y España.

El cuarto y último bienio de México en el Consejo fue el de 2009-2010, periodo en el que México presidio la institución dos veces (abril de 2009 y junio de 2010). En esta etapa presidió el Comité de Sanciones a Somalia, a Costa de Marfil y fue un firme defensor del papel mediador del organismo en la prevención y solución de conflictos, así como en el tema de los niños en conflictos armados, que eran prioridades de la política exterior mexicana, recuerda la SciELO.

De hecho, uno de los logros mexicanos fue la aprobación de la Resolución sobre Niños y Conflictos Armados (agosto de 2009), que propuso la representación mexicana y que permite al Consejo activar el Mecanismo de Supervisión y Presentación de Informes en situaciones de conflicto.

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