Por: Jovany Hurtado García

El tiempo político en México se ha adelantado. López Obrador desde su tribuna marca las reglas y las pautas para sus corcholatas y la oposición.

Morena inició su proceso. Le siguió la oposición con un método extraño y con ciertas dificultades para algunos. En el camino han ido quedando aspirantes, reduciendo la baraja a dos cartas: Xóchitl Gálvez y Santiago Creel. Ambos personajes tienen una carrera amplia y reconocida.

Xóchitl ha sabido usar las redes sociales para irrumpir en la escena pública. Se ha enganchado en un pleito con el presidente. El juego frente a frente, la posiciona. Se habla de ella y crece como la espuma, pero corre el riesgo de dejar de tener ese espacio de difusión cuando AMLO no la mencione. -¿Es viable caer en ese juego? Obrador protege de esa forma a sus corcholatas.- Hay frescura en el discurso de la senadora y conecta con la sociedad civil, los jóvenes y la clase media. El desafío: no quedarse en el lenguaje chusco, copia franca de AMLO, y empezar a construir una agenda con ideas y propuestas concretas.

Por su parte, Santiago Creel es un hombre de partido, por ello tiene mayor respaldo entre gobernadores y miembros de los partidos que conforman el Frente. Su figura serena y diplomática, ayuda. Contrarresta la política banal y de ocurrencias. Tiene enfrente el reto de salirse de la dinámica partidista y conectar con la sociedad civil. Refrescar su figura pasa por construir un discurso con ideas, pero sin acartonamientos. ¿Será capaz de renovar su discurso? ¿Entenderá que quedarse en las cúpulas partidistas es dañino en caso de ganar la primaria?

Ambas cartas tienen algo que el otro no. Se complementan. El presidente ya dijo, según sus fuentes, quien ganará. Solo busca dividir. Lanza a Xóchitl porque sabe que no cuenta con la estructura de partido que si tiene Creel, y con ello pica la cresta para dividir al Frente en caso de que ella no sea la candidata. No es extraño, entonces, que Movimiento Ciudadano haya tendido sus brazos a la senadora.

Evitar una ruptura tendría que ser la opción de ambos. Deberían de entablar el diálogo y sumar esfuerzos. Salir fortalecidos del proceso mediante una fórmula ganadora: Presidenta (e) y Primer Ministra (o). Entrar al juego de los partidos es separarse de la sociedad civil, que no quiere pleitos, anhela un proyecto en conjunto. Los dos meses de foros tendrían de usarse para construir un proyecto en conjunto. ¿Serán capaces de asumir su papel histórico y desde este proceso empezar a modificar la figura del presidencialismo?

Nota urgente: si pensamos en el siguiente dato histórico de Soledad Loaeza: “en 1949 el PAN recibió 33% de los votos […] en 1955 Acción Nacional recuperó la posición de segunda fuerza electoral en la capital del República”, entendemos que la capital ha sido punto de partida del PAN, por eso tiene más futuro si adelanta el proceso de selección del candidato a la Jefatura de Gobierno. La figura más fuerte es Santiago Taboada, y pensando que la ciudad es el crisol que se refleja en el país, tendría que: ponerse a recorrer todos los días a pie de calle la ciudad; revisar los caballos de Troya dentro del PAN, como el que tiene en Cuajimalpa, donde no se apuesta a un proyecto sino a tener espacios en la estructura sin importar el color. La ciudad es el catalizador de los cambios políticos en México, en un año se pueden superar los diez puntos que aun Morena aventaja.

¿Estará la oposición dispuesta a subirse al escenario o quiere seguir siendo espectador?

@Jovanyhg

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