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¿Ya ven cómo no era tan fácil? Pese al “proyecto de conectividad” entre el futuro aeropuerto en Santa Lucía y la terminal capitalina, que se enlazarían mediante el Mexibús, resulta que las autoridades todavía no se ponen de acuerdo y Elim Luviano, director del Sistema de Transporte Masivo y Teleférico del Estado de México, aclaró que se necesitan “estudios de factibilidad que diagnostiquen las opciones adecuadas para cada región, pues en el Valle de Toluca una de las alternativas es el Tren Interurbano”.
¿Pues qué los planes de infraestructura no son uno de los sellos de la 4T? Sí, pero en el caso del aeropuerto, por lo pronto ni supercarretera ni tren ligero, porque la cosa parece estar tan atorada como la venta del avión presidencial, y es que ¿a quién se le ocurre repartir vuelos nacionales e internacionales entre varias terminales? ¿A poco eso pasa en centros aeroportuarios globales como los de Atlanta, Dubái o Londres? ¿Ahí es necesario, con todas las incomodidades y riesgos que implica, recorrer más de 45 kilómetros para conectar un vuelo? ¿Cómo lo tomarán los visitantes que hayan volado 12 horas para arribar a nuestro país? Sólo nos queda cruzar los dedos y esperar que se tome la mejor decisión, no vaya a ser que el Mexibús se convierta en un lujo insultante y en su lugar empiecen a circular en el carril exclusivo los inseguros y contaminantes chimecos.
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