Mexicano ligado a lavado de dinero en Dubái fue asesinado en el apogeo de su carrera delictiva
Mexicano ligado a lavado de dinero en Dubái fue asesinado en el apogeo de su carrera delictiva

Se trata de Leopoldo Ochoa Juárez, que entonces contaba con 36 años y era originario de la sindicatura de Tepuche, ubicada en la zona rural del norte de la capital sinaloense. Tenía una de sus residencias en Colinas de San Miguel, uno de los sectores más caros de Culiacán.

De acuerdo con el reportaje Narcos mexicanos invierten en Dubái, publicado el 12 de junio por EL UNIVERSAL, Ochoa Juárez es uno de los mexicanos señalados por el informe Sand- castles-Tracing Sanctions Evasion Through Dubai`s Luxury Real Estate Market, de la firma privada de inteligencia Centro para Estudios Avanzados de Defensa (C4ADS), con sede en Washington, como socio de una red empresarial con conexiones profundas en Dubái y Chipre, destinos empleados por magnates enriquecidos gracias al lavado de dinero.

Los otros dos socios de las siete empresas señaladas son Hassein Eduardo Figueroa Gómez, accionista mayoritario en todas, y Rodrigo Romero Mena, socio en seis de ellas. Algunas de estas compañías se mantienen activas 100%, mientras que otras desde hace años no registran actividad empresarial. Sin embargo, todas funcionaron para invertir capitales en Dubái y Chipre, gracias a sus sistemas financieros laxos.

En abril de 2012, el Departamento del Tesoro estadounidense boletinó a Hassein Eduardo y a su padre Ezio Benjamín Figueroa Vázquez, así como a una red de 16 empresas, de ser los principales proveedores de efedrina para los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Meses atrás, en septiembre de 2011, Ezio Benjamín fue arrestado en México y más tarde extraditado a Virginia, en donde se le sigue un proceso por lavado de dinero y tráfico de sustancias prohibidas trasegadas de Europa y África. Hassein Eduardo, en cambio, sigue prófugo y sobre él pesa una orden de búsqueda y localización internacional.

Las empresas propiedad de Hassein Eduardo se denominan Maestro Investment LLC, Sona Valley & Diamonds LLC, México Lindo Trading LLC, Greenfield Studios Ltd, así como Erognas Trading Ltd., Forcata Holdings, Ltd., y Río Timto Ltd. En estas tres últimas tenía participación Ochoa Juárez. De acuerdo con el informe de C4ADS, están dedicadas al comercio, inversión y venta de productos de cristal y vidrio. A Hassein Eduardo se le detectaron tres propiedades en Dubái: una de 1.1 millón de dólares, un penthouse de 2.7 millones de dólares y otra de 677 mil dólares.

Pero mientras Hassein Eduardo evadía el radar de las autoridades mexicanas tras el arresto de su padre, Polo Ochoa se paseaba por Culiacán en una camioneta GMC Sierra color blanca, de lujo. Según fuentes allegadas al caso, Polo logró en pocos años escalar en el mundo del crimen organizado bajo el respaldo de Ismael Zambada García, El Mayo, y de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, quienes también eran sus socios empresariales.

“Príncipes de Arabia”

Guadalajara, Zapopan y Culiacán se convirtieron en sus zonas de negocios y esparcimiento, pero lo mismo le daba viajar a países lejanos en aviones privados para “cerrar tratos” con “príncipes de Arabia”, como relata el corrido Polo Ochoa interpretado por el cantante Gerardo Ortiz, en el que hace mención a la venta de “pastillas de efedrina o cuadros”.

La tarde del viernes 8 de abril de 2012, Polo Ochoa se paseaba por las calles de Culiacán en compañía de sus escoltas Ramón Aispuro Heredia, quien iba con él en la GMC Sierra y José Leobardo Gurrola Quiroz, quien los seguía en una camioneta Jeep Cherokee.

Bebían cervezas de bote. Al circular por el bulevar Diego Valadés Ríos, conocido como Malecón Nuevo, a la altura de la colonia Chapultepec, las dos unidades fueron interceptadas por sicarios que se desplazaban en por lo menos cuatro camionetas Toyota Tacoma. Las ráfagas de fusiles automáticos AK-47 y AR-15 cimbraron la zona, al pasar el semáforo del bulevar Diego Valadés Ríos esquina con Francisco Márquez y antes de llegar al puente Miguel Hidalgo.

La camioneta de Polo quedó a un lado de la banqueta, mientras que la Cherokee donde viajaba Gurrola Quiroz quedó casi estrellada en la fachada de un domicilio. A este último le encontraron una pistola de calibre 5.7x39 mm, conocida como matapolicías por su potencia. No alcanzó a utilizarla para tratar de repeler la agresión.

La Procuraduría General de Justicia del Estado, al día siguiente, informó de los antecedentes de las víctimas. De Polo Ochoa reportó que, con base en testimonios familiares, se le identificó como “empresario del ramo de la construcción y del ramo ganadero”. En cambio, de uno de sus guardaespaldas reveló que tenía dos órdenes de aprehensión, una por secuestro girada en 1998 y otra por robo de vehículo en 2002. Sobre Aispuro Heredia se informó que también era empresario, con domicilio en la colonia Vicente Guerrero de la capital sinaloense.

Otro de los corridos relata que Ochoa Juárez empezó desde muy joven vendiendo quesos en su pueblo natal, Palos Blancos, Tepuche, pero lo que no aborda ninguna de estas melodías populares es la venganza que se desató en contra de los responsables de estos crímenes. Fuentes de la Policía Ministerial señalan que familiares de Ochoa Juárez llegaron a ofrecer hasta 50 millones de pesos por quienes ejecutaron el crimen.

A más de cinco años de ocurridos los hechos, en el camellón del bulevar Diego Valadés Ríos quedó una cruz de hierro forjado pintada en color gris, en donde de vez en cuando aparecen arreglos de flores y botes de cerveza.

El caso de Ochoa Juárez y sus socios confirma que antes limitadas a servir como intermediarias en el tráfico de drogas entre países, como lo es con Estados Unidos a través del territorio nacional, las organizaciones delictivas mexicanas en los últimos 20 años se han fortalecido y extendieron sus redes financieras y de suministro en varios continentes hasta cubrir al menos 50 jurisdicciones.

Según un reporte del Servicio Legislativo de Investigación del Congreso estadounidense, el Cártel de Sinaloa, con ingresos anuales por cerca de 3 mil millones de dólares, tendría “presencia sustancial en unos 50 países” de América, Europa, África occidental y el sureste Asiático. Su especialidad, resalta, es el contrabando de enervantes de Colombia, Perú y Bolivia, así como de los producidos en México (amapola, heroína, metanfetaminas y marihuana) a EU.

Prolíficos y violentos

Por su lado, el Cártel Jalisco Nueva Generación, que fue calificado por el Tesoro en 2016 como una de las “organizaciones narcotraficantes más prolíficas y violentas” del mundo, desarrollaría operaciones en América, Asia y Europa. Es responsable, indica el informe, de distribuir cocaína y metanfetaminas a lo largo de “10 mil kilómetros de la costa del Pacífico en una ruta que va desde el Cono Sur hasta la frontera de EU y Canadá”.

La prensa de Bélgica señaló que Ezio Benjamín Figueroa Vázquez “supuestamente convenció a fabricantes farmacéuticos” del país europeo para que le vendieran unas cuatro toneladas de efedrina por cerca de 360 millones de dólares que usó para producir metanfetamina cristal, en su mayor parte destinada al mercado negro estadounidense.

Los movimientos fueron detectados por las aduanas y la policía belgas y las compañías se declararon inocentes, al asegurar que actuaron de “buena fe” y que “no estábamos al tanto” del destino final de la efedrina, según indicó en un comunicado Sterop, una de las empresas acusadas y a la que se le decomisó un gran cargamento en el aeropuerto internacional de Bruselas.

Sin embargo, la fiscalía argumentó que la correspondencia electrónica y conversaciones telefónicas intervenidas demostraron que las firmas actuaron deliberadamente.

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