Aguascalientes, Ags.— La toma de protesta de María Teresa Jiménez Esquivel, como gobernadora de Aguascalientes, sirvió como pasarela de las corcholatas del PAN a la Presidencia de la República, y fue escenario de un nuevo desaire de liderazgos del PAN y del PRD hacia el líder del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.
Desde muy temprano, el edificio del Congreso de Aguascalientes se vistió de azul; se colocaron dos mantas a los costados con la leyenda “Sesión solemne, toma de protesta, María Teresa Jiménez Esquivel”, y otra al centro del mismo color que decía “Gobierno del estado de Aguascalientes 2022-2027”, además de una alfombra azul para recibir a los invitados especiales.
Desfiló primero Maru Campos, gobernadora de Chihuahua y potencial candidata a la Presidencia de la República de los panistas. Llegó acompañada de su coordinador de gabinete de Chihuahua, Luis Serrato Castell, deseando “lo mejor para mi amiga Tere”.
Tras ella, Mauricio Vila, gobernador de Yucatán, que según el propio dirigente del PAN, Marko Cortés, “sería un gran candidato presidencial”.
Otra corcholata blanquiazul que caminó por la alfombra azul, fue el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, quien a su paso aprovechó para pedir a Dios por la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien recientemente se reveló tiene varios padecimientos, entre ellos, gota, hipotiroidismo y que en enero fue trasladado en un helicóptero de las Fuerzas Armadas de Palenque a la Ciudad de México por un riesgo de infarto.
La cuarta, pero no menos importante, fue la senadora y excandidata presidencial, Josefina Vásquez Mota, quien llegó acompañada, nada menos, que de la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez.
Otro que es visto como carta panista hacia 2024 es el guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks, quien también acudió a reforzar la pasarela blanquiazul.
Paralelo a la festividad, el aire se respiraba tenso entre un grupo de asistentes; Marko Cortés se topó de frente con el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, pero no sé hablaron; incluso, el líder albiazul se sentó en la primera fila y le pidió a Creel Miranda y a los gobernadores de extracción panista que lo acompañaran, mientras que a Alito, lo mandaron atrás, a la segunda fila, donde lució serio durante todo el evento.
Apenas se oyó el nombre del líder tricolor y las rechiflas no se hicieron esperar, lo que fue evidentemente incómodo para Alito, quien se iba a parar, pero se sentó rápido, quizá para no llamar más la atención.
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