Mientras uno ayudaba al Cártel del H2a operar impunemente en el estado de Nayarit, el otro, desde el gobierno federal, ayudaba a la organización a expandir su territorio y a librar los operativos contra la delincuencia organizada.

Se trata del exfiscal nayarita Édgar Veytia y del exsecretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos Zepeda, quienes, de acuerdo con las acusaciones de autoridades estadounidenses, formaban parte de la red de corrupción creada por Juan Francisco Patrón Sánchez, El H2, líder del cártel que llevaba su mote.

La organización derivó de lo que quedó de los Beltrán Leyva y que operaba principalmente en Nayarit y colaboraba con Los Mazatlecos, grupo controlado por Isidro Meza Flores, mejor conocido como El Chapo Isidro.

Era rival del Cártel de Sinaloa, encabezado por El Chapo Guzmán, y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y se dedicaba primordialmente al tráfico de cocaína, aunque según el gobierno de Estados Unidos también producía y traficaba metanfetaminas, marihuana y heroína.

De acuerdo con la acusación de Estados Unidos, Salvador Cienfuegos supuestamente utilizó su posición en el gobierno federal para ayudar al Cártel del H2 a expandir su territorio durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Al mismo tiempo, el exfiscal de Nayarit Édgar Veytia ayudaba al cártel a operar impunemente, no nada más con el tráfico de drogas, sino también para diversos delitos.

La relación entre Veytia y Patrón Sánchez culminó el 10 de febrero de 2016, con la muerte de este último, ocurrida durante un operativo ejecutado por la Secretaría de Marina en la colonia Lindavista, en Tepic, Nayarit.

Para el año 2018, el exfiscal Veytia fue capturado en Estados Unidos y con esto se destaparon la corrupción y actos de violencia cometidos durante el gobierno de Roberto Sandoval en Nayarit.

Pero otro alto mando que ayudaba al Cártel del H2 en el gobierno federal, según los fiscales de Estados Unidos, fue el extitular de Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda.

Con esto, la organización logró tener numerosas células de distribución en Estados Unidos, que operaron en ciudades como Los Ángeles, Las Vegas, Ohio, Minnesota, Carolina del Norte y Nueva York.

De acuerdo con las pruebas obtenidas por el fiscal de Nueva York, fueron intervenidas las comunicaciones de un teléfono marca Blackberry en las que se reveló que el exmando militar recibía pagos para apoyar al cártel.

De este modo, supuestamente Cienfuegos se aseguraba de que los operativos militares no fueran contra el Cártel del H2; dirigía operativos contra las organizaciones rivales a los Beltrán Leyva; ayudó a expandir el territorio del cártel hasta Mazatlán y Sinaloa e incluso presentó a los líderes del H2 con otros funcionarios del gobierno mexicano, que recibían sobornos para apoyar a la organización.

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