La decisión del gobierno federal de no aplicar hasta ahora ninguna prueba nacional para estudiantes de educación básica, que mida los aprendizajes en las aulas, deja al sistema educativo a la deriva, sin ruta y sin datos que permitan mejorarlo, alertan especialistas en educación.
Durante el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, se dejaron de aplicar tres evaluaciones para estudiantes de educación básica: Planea (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes), el Estudio Regional Comparativo y Explicativo, ambos dejaron de aplicarse en 2019, y TALIS (Teaching and Learning International Survey), promovido por la OCDE que está dirigido a directores y a maestros, cuya última evaluación se realizó en 2018.
La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), que sustituyó al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, señala que “uno de los grandes desafíos de las evaluaciones del aprendizaje, en los ámbitos nacional e internacional, es que sus resultados fortalezcan los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula y así coad- yuven a la mejora educativa”.
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Expone que hasta el momento ha desarrollado instrumentos diagnósticos de Lectura y Matemáticas para ocho grados escolares: de segundo de primaria a tercero de secundaria, en versiones imprimible, digital y en línea.
Sin embargo, a decir de Patricia Ganem, vocera del organismo civil Educación con Rumbo (ECR), Mejoredu se ha dedicado a aplicar evaluaciones en los estados que así lo requieran, pero no a nivel nacional, porque asegura que esa institución se ha visto limitada por el recorte presupuestal que ha sufrido.
“Mejoredu, con el poco recurso que tiene y el poco caso que le hacen, liberó algunos instrumentos de evaluación para que se aplicaran en planteles de varios estados donde se los piden. Las escuelas en las que se han aplicado estas pruebas las toman como referente para dos cosas: para saber cómo iban los estudiantes antes del cierre del ciclo escolar 2020-2021 y luego para el inicio del ciclo lectivo 2021-2022”, dice la experta.
Dice a EL UNIVERSAL que “mientras la Federación no tome una herramienta de evaluación, Mejoredu hace lo que puede. Ante esta carencia de evaluaciones diagnósticas, los estados deben invertir en recursos y en esfuerzos para saber cómo andan en aprendizajes los estudiantes. Aquel gobierno estatal que verdaderamente adopte estrategias de evaluación podrá avanzar más rápido y mejorará a su población, porque tendrán indicadores para que pueda tomar decisiones”.
Sin evaluaciones, agrega Ganem, el panorama para los alumnos de educación básica no es nada halagüeño, porque la educación va a la deriva.
La única prueba que ha resistido es PISA (Programme for International Student Assessment), elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por la que la Secretaría de Educación Pública, a cargo de Delfina Gómez Álvarez, pagó 60 millones de pesos al Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (Ceneval), a fin de ejecutarla este 2022.
La prueba Planea comenzó a aplicarse en 2015 y fue realizada por última vez en 2019. La evaluación la ejecutaba el extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), sustituido por la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), a alumnos de sexto grado de primaria, tercero de secundaria y del último grado de educación media superior.
Esa evaluación, que se realizaba cada tres años, tenía como propósito evaluar los aprendizajes clave de los campos de formación relacionados con Lenguaje y Comunicación, y Matemáticas, consideradas herramientas esenciales para el desarrollo del aprendizaje de otras áreas del conocimiento.
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La última ocasión que se realizó fue entre un millón 56 mil 701 alumnos de tercero de secundaria de 34 mil 209 escuelas secundarias, públicas y privadas de todo el país. Los resultados arrojaron que 55% del alumnado en ese grado escolar tuvo un mal rendimiento en matemáticas. Sólo 9% presentó un nivel sobresaliente.
Para el expresidente de la Junta de Gobierno del INEE Eduardo Backhoff Escudero, esta administración ha dejado de aplicar evaluaciones diagnósticas “por ignorantes, por no saber que la evaluación es un instrumento indispensable para mejorar el sistema educativo nacional. El dejar de hacer pruebas no son más que ocurrencias, este es un gobierno que se basa en improvisaciones y en ocurrencias”.
Señala que “esta administración ve la evaluación como una amenaza. Es como si uno va al médico y no se quiere hacer un examen clínico porque se piensa que saldrá mal. Este gobierno tiene una distorsión tremenda de lo que implica una evaluación, que es consustancial a la educación”.
Académico del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos, Erik Avilés, destaca que en el país no sólo se requiere aplicar evaluaciones, sino hacer valer el derecho al aprendizaje.
“México ha perdido durante los últimos tres años por default la oportunidad de evaluarse a sí mismo”, menciona.
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