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Eduardo Medina Mora es un abogado exitoso que fue cobijado por cuatro diferentes presidentes de México, a lo largo de más de 20 años, para ocupar cargos en los más altos niveles del país.

Tiene 62 años, es licenciado en Derecho por la UNAM, habla muy bien inglés y tiene nivel intermedio de francés. Sus cercanos lo describen como alguien muy platicador, de buen humor y risueño, aunque también serio y reservado con su trabajo.

Es amante del deporte y goza de muy buena salud. De acuerdo con sus colaboradores, procura correr todas las mañanas y practica pilates. También le gusta el tequila. “Es muy dedicado a su trabajo”, incluso muchas veces comía en su propia oficina de la Corte. Asimismo, le gusta asistir al Casino Español.

Medina Mora es querido en la clase política y ha cosechado grandes amigos, sobre todo, dentro de las filas del PAN y del PRI por su buen humor y los puestos que ha ocupado.

Su primer cargo importante fue en la administración de Carlos Salinas de Gortari, de 1991 a 1993, cuando fue asesor en temas de agricultura, comercio, inversión y jurídicos en el equipo negociador del TLCAN.

Al iniciar su mandato, Vicente Fox (PAN) lo nombró director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), órgano de inteligencia del Estado mexicano, adscrito a Gobernación, donde estuvo cinco años. Al final del gobierno foxista fue nombrado secretario de Seguridad Pública federal.

También Felipe Calderón le dio su confianza y desde el inicio de su gobierno lo nombró procurador de la República. Desde esa posición enfrentó casos como los llamados michoacanazo y Operación limpieza, con la cual se buscó ubicar a servidores públicos federales aliados con los cárteles del narcotráfico, aunque años después todos los funcionarios acusados obtuvieron su libertad a partir de fallos emitidos por el Poder Judicial de la Federación.

Al salir de la PGR, Medina Mora fue designado por Calderón y ratificado por el Senado como embajador ante el Reino Unido de 2009 a 2013. En este cargo trascendió de la administración panista a la presidencia de Enrique Peña Nieto, quien lo trasladó, como embajador de México, a la representación diplomática de nuestro país en Washington.

Además Peña Nieto lo propuso como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 17 de febrero de 2015, entre críticas de la oposición por su paso en distintas responsabilidades; sin embargo, finalmente fue ratificado por el Senado, dejando en el camino a Felipe Alfredo Fuentes Barrera y Horacio Armando Hernández Orozco.

Es el primer ministro que renuncia al máximo tribunal del país después de la reforma judicial de 1994.

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