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politica@eluniversal.com.mx
Morelia, Mich.— Desde el pasado lunes y al ver que no se regulariza el abasto de gasolina, Juan Martín Acosta decidió, junto con su familia, montar guardia y cuando les ganó la noche, dormir dentro de su combi, la cual estacionó en una larga fila de una estación de servicio ubicada en el norte de la ciudad de Morelia.
Juan Martín es uno de los cientos de trabajadores del transporte público que se han visto afectados por la falta de gasolina, más aún, cuando la chafireteada es su única fuente de ingresos.
La desesperación, la impotencia y el pánico son los estados de ánimo del señor Acosta, de amplia experiencia en el ramo del transporte, desde que se quedó sin combustible.
Recordó que su travesía inició desde el pasado domingo 6 de enero, cuando tuvo que salir de ruta porque no traía gasolina, y de ahí para adelante sólo fue dar vueltas, encontrarse estaciones cerradas o, en algunos casos, enfrentar las largas filas.
Mientras voltea a ver hacia el interior de su combi, Martín Acosta se dobla al ver a su hija y a su esposa dormidas, quienes han sido sus fieles acompañantes y seguidoras en esta mala experiencia.
Narró que el pánico le empezó a invadir cuando su unidad le marcaba que el tanque traía un cuarto de combustible y comenzó a buscar alguna estación para abastecerse, pero no lo consiguió.
“De andar vuelta y vuelta me quedé sin gasolina y no hubo otra opción que quedarme aquí parado y esperar a que llegue la pipa”, platica el trabajador del servicio de transporte público.
El problema más grande que dice tener Juan es que ya no tiene para dónde moverse, porque su unidad no tiene gasolina y no alcanzaría a recorrer varias cuadras.
Juan Martín no tiene un sueldo fijo y depende de los 300 pesos que le quedan aproximadamente por trabajar todo el día, luego de pagar la cuenta (renta) y echarle gasolina a su unidad.
Dice que ahora habrá que esperar el tiempo que sea necesario en esas condiciones, en las que lo acompañan su familia, su almohada y un par de cobijas para pasar las noches, en espera de unos cuantos litros de gasolina.
“Y ahora ya aunque queramos, no nos queda de otra más que esperar aquí a ver hasta qué hora o cuándo llega la gasolina”.