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Drag queen enseña a niños sobre la diversidad

Artemisa comenta que El Tacón está hecho con tortilla de harina, tinga de jamaica, queso ranchero, menonita y frijoles. “No es un burrito ni una chimichanga”, explica. Foto: Germán Espinosa/ EL UNIVERSAL
27/02/2022 |03:32Alelhí Salgado |
Alelhí Salgado
Reportera de la sección NaciónVer perfil

Santiago Galindo, mejor conocido como la drag queen Artemisa, le dio vida a esta reina con el propósito de sentirse libre diversificando la perspectiva de género que tiene sobre él.

Años después, su alter ego se ha convertido en una guía educativa para niños, con el propósito de enseñarles que no es malo ser diferente.

Además, Artemisa fue un salvavidas durante la crisis por el confinamiento, tras inaugurar la primer taquería drag de la capital.

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En entrevista con EL UNIVERSAL, el joven de 28 años narra que en 2018 decidió reconocerse como una persona no binaria. “Gracias al apoyo, amor y respeto de mi familia y amigos, nunca he tenido miedo”, asegura.

Mientras se maquilla, Santiago abunda en que quizás esta es la razón por la cual ha dirigido su carrera como artista drag hacia lo cultural y educativo, pues ha tenido el acompañamiento que otros no tienen.

Artemisa forma parte del Drag Queen Story Hour, una plataforma que a través de lecturas trata temas de igualdad, equidad de género y discapacidad, con material supervisado por pedagogas, sicólogas y especialistas de la comunidad LGBTTTIQ+ y diseñada para el nivel de entendimiento de los niños.

“Hay un muy buen acercamiento porque nuestra generación es más abierta con la comunidad y eso ha permitido perder este miedo que la gente tiene de las dragas, sobre todo porque no nos encuentran en espacios de día”, dice.

Artemisa cuenta que, aunque participó en uno de los concursos más importantes de los shows con dragas de la Ciudad, se siente más cómoda presentándose en librerías o museos.

Caracterizada con los labios en tono azul metálico y su largo cabello lila peinado en dos trenzas, describe cómo le hizo frente a la crisis del Covid-19, pues a falta de sus actividades habituales tuvo que tomar un camino inesperado para solventar sus gastos: abrir una taquería.

“No es un burrito ni una chimichanga, es un tacón. Está compuesto por una tortilla de harina, con tinga de jamaica, queso ranchero, menonita y frijoles”, describe.

Artemisa ha logrado que El Tacón se establezca en puntos de venta itinerantes, donde acuden personas de toda la República sólo para verla.

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