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Habitantes de San Pedro y San Pablo Ayutla, una comunidad ayuujk (mixe) de la Sierra Norte de Oaxaca, cerraron el paso a la caravana en la que viajaba el presidente Andrés Manuel López Obrador a su regreso del municipio de Villa Alta, donde acudió como parte de su gira para conocer la situación de 80 hospitales rurales del país.
Con pancartas y al grito de: “¡Agua para Ayutla ya!”, unos cincuenta pobladores exigieron la solución para el conflicto agrario que mantienen con Tamazulápam del Espíritu Santo y que ha dejado sin agua potable a 3 mil personas desde hace más de dos años.
Aunque el conflicto entre ambas comunidades lleva siglos de historia a causa de despojo de tierras, según ha documentado Ayutla, la confrontación creció luego de que en 2017 Tamazulápam invadió una franja de 200 hectáreas donde nace el manantial que proporciona agua a la cabecera de Ayutla.
El 5 junio de ese año el conflicto derivó en un ataque armado de Tamazulápam a comuneros desarmados de Ayutla, lo que dejó una persona muerta y seis heridas. Además, cuatro mujeres fueron torturadas. Luego, Tamazulápam destruyó la infraestructura hidráulica de su vecino y desde entonces Ayutla no tiene acceso al agua.
Fue con ese reclamo que los habitantes se acercaron al vehículo en el que viajaba López Obrador y le pidieron 30 minutos para exponer la problemáticas que los mantiene sin agua potable.
El Presidente respondió que no podía detenerse, por lo que los pobladores le solicitaron una cita para explicarle la situación, a lo que se comprometió a enviar a un funcionario. “Nos han mandado a muchos funcionarios y no nos han hecho caso. Son dos años sin agua”, comentó una de las manifestantes a punto del llanto.
Los habitantes acusaron que se les ha condicionado la reconexión al manantial a ceder sus tierras a su vecino, por lo que aseguraron que confían en que el Ejecutivo solucione el conflicto.
“Gracias por escucharnos, señor Presidente, disculpe las formas en las que se lo estamos pidiendo, pero es nuestra última esperanza”, le decían entre el llanto algunas mujeres que intentaban hacerse oír y que aseguraban no contar con armas para defenderse de los invasores, por lo que pidieron que se envíe al Ejército. López Obrador respondió que las Fuerzas Armadas no se usarán para reprimir.
El 6 de agosto, La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, formada por 87 organizaciones, en una “misión de observación” en Ayutla, documentó “graves violaciones a los derechos humanos”. Pese a ello, el Presidente se despidió diciendo: “No me trataron bien, mejor me voy”
Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, aseguró que este martes estará en Ayutla y vigilará que se les reconecte el agua.