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Nueva York.— Fiscalía y defensa presentaron ayer sus alegatos en el juicio contra Genaro García Luna; para la primera, no hay duda de que el exsecretario de Seguridad Pública de México es socio criminal del Cártel de Sinaloa, aunque no se haya podido presentar evidencia física de ello; para la defensa, resulta “escandaloso” querer inculpar a su cliente sólo con el testimonio de delincuentes que, alegó, sólo buscan sacar provecho del gobierno de Estados Unidos.
La decisión está en manos del jurado que, a partir de hoy, se reunirá para deliberar si García Luna es culpable de los cinco delitos que se le imputan, cuatro de ellos relacionados con narcotráfico: participar en la dirección de una empresa criminal que continúa su actividad, conspiración para la distribución internacional de cocaína, conspiración para la distribución y posesión de cocaína y conspiración para la importación de cocaína. El quinto es por supuestamente haber mentido a las autoridades estadounidenses cuando solicitó la nacionalidad.
Después del desfile en la Corte del Distrito Este de Brooklyn, en Nueva York , de 26 testigos, incluyendo narcotraficantes prominentes extraditados a Estados Unidos como Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, y Jesús El Rey Zambada, la fiscalía señaló en sus alegatos que “el Cártel de Sinaloa es como el FedEx de la cocaína” y que “es imposible operar una multinacional de esa envergadura sin ayuda dentro del gobierno mexicano, y por ello buscaron a los oficiales más corruptos”.
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De acuerdo con la fiscalía, “sin el apoyo de Genaro García Luna habría sido prácticamente imposible que el Cártel de Sinaloa hubiera podido movilizar tantos cargamentos de cocaína”.
Describió al acusado como alguien “inteligente, ambicioso y que abusó de su poder para ayudar al Cártel de Sinaloa (…) Ustedes han escuchado a varios cabecillas del cártel declarar que el acusado tomó millones de dólares en sobornos (…) Ellos buscaron a los oficiales más corruptos, los reclutaron y los incluyeron en su nómina (…) Todos han mencionado al acusado como parte de su equipo”.
A lo largo de cuatro horas, la fiscal Sarith Komatireddy pidió al jurado que “hagan uso de su sentido común” y “declaren culpable a García Luna”.
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Tres de los testigos: El Rey, El Grande y Óscar Lobo Valencia, dijeron que pagaron directamente millones de dólares al acusado a cambio de protección de las autoridades.
Sin embargo, en su turno la defensa insistió en lo que ha venido diciendo a lo largo de cuatro semanas de testimonios: “ No hay pruebas de que [García Luna] recibió dinero y no hay pruebas de que en el caso de que lo recibiera lo compartiera” con los subordinados que participaron en el esquema de corrupción, indicó el abogado de la defensa, César de Castro.
Calificó de “escandalosa” la “falta de pruebas” contra su cliente y criticó que la acusación se base en los dichos de “posiblemente los peores criminales que el mundo haya visto”.
Si lo que dijeron los testigos es cierto, planteó De Castro, García Luna habría recibido en sobornos alrededor de “270 millones de dólares. ¿Dónde está ese dinero?”, cuestionó.
Como hiciera en sus argumentos iniciales, hace unas semanas, De Castro alegó que los testigos actuaron “por venganza” contra quien puso a muchos de ellos en prisión y para beneficiarse con sus acuerdos con el gobierno para reducir sus sentencias o lograr que sus familias viajen a Estados Unidos.
En cambio, destacó que la única testigo de la defensa, Cristina Pereyra, esposa del acusado, sí presentó pruebas para acreditar de dónde vienen las propiedades que según la fiscalía son producto de los sobornos.
La fiscalía reviró: sí, sus testigos son criminales; sí, van a recibir beneficios por sus testimonios, pero es algo que ha estado claro desde el principio. Se trata de delincuentes, insistió, que reconocen serlo y que son la mejor fuente de información en el caso de García Luna porque, dijeron, fue con ellos con quienes trató.
Con información de EFE
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