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Yolanda ha trabajado por 18 años en la Cámara de Diputados, pero la semana pasada le avisaron que ayer, 15 de julio, sería su último día.
Ella, personal de confianza, junto con otros trabajadores, piensa encadenarse hoy a la entrada principal de San Lázaro, como protesta, el mismo día que anunciaron un paro de labores.
Yolanda es una de las decenas de trabajadores de San Lázaro que han sido despedidos durante los últimos meses bajo el argumento de mantener la austeridad. Sin embargo, ella, como otros, acusa que ya tienen reemplazo, jóvenes que fueron contratados por honorarios y sin prestaciones.
La baja de Yolanda se recibió desde el 28 de junio y ésta avisa que para ayer, lunes 15 de julio, ya no trabajará en la Dirección de Control de Operaciones, pero a ella le avisaron la semana pasada.
Antes de ser despedida, acudió a varios diputados federales para denunciar el despido injustificado y los malos tratos que, acusó, sufren varios trabajadores de su área desde la llegada de los nuevos subdirectores.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Yolanda asegura que le han quitado funciones en su puesto de manera que en las últimas semanas no ha desempeñado tarea alguna, incluso sus claves de acceso a los sistemas del área de operaciones le fueron retiradas, cuando su último día de trabajo fue el viernes.
De acuerdo con dos recetas médicas, una de ellas expedida por la Dirección de Servicios Médicos de la Cámara de Diputados, Yolanda fue diagnosticada con una contractura muscular y lumbalgia mecánica a causa del estrés que sufre en su trabajo.
Alma, otra de las trabajadoras del área —y quien solicitó cambiar su nombre por el proceso de demanda laboral que ya inició—, dijo a este diario que, específicamente, Nora del Pilar Villalobos, una de las subdirectoras, fue la encargada de decirle que se quedaría sin empleo, apenas un par de días antes del despido, que se concretó el 30 de junio.
“Su trato es déspota y no tiene más de un mes en el cargo. Tienen trabajo rezagado y te obligan a ir hasta en fines de semana. No respetan los horarios de salida —siempre se queda uno más— y tampoco la hora de comida”, comenta Alma, quien también es personal de confianza.
Un panfleto distribuido en estaciones del Metro cercanas a San Lázaro acusa a Martha Araceli Ríos Paniagua y a Carlos Gabino Félix Piña de “desconocer la materia de trabajo, situación que buscan ocultar con el trato autoritario y hasta soez que ejercen contra los trabajadores de la Dirección de Operaciones”.
Carmen, quien fue despedida sin justificación de su puesto como secretaria en el área de Recursos Humanos hace dos meses, no espera encontrar otro trabajo y tampoco se ha decidido a demandar una indemnización, ya que le llevaría cerca de seis años, señala.
“Igual y no era mucho mi sueldo, pero a mí me hace falta”, dice en la entrevista. A ella la motivó hacer público su caso la protesta que protagonizó el diputado Javier Hidalgo (Morena), quien dejó en medio de la plaza del Palacio Legislativo el escritorio de su secretaria, quien fue despedida sin argumento.
En una carta dirigida a Mario Delgado, coordinador de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política, Hidalgo acusó que el despido de su secretaria fue de una “manera injusta, en un acto de corrupción que en Morena no podemos permitir”.
Yolanda y Carmen, al momento de conocer sobre su despido, acudieron a varios diputados federales con la idea de que en ellos encontrarían el respaldo que no sienten de sus jefes, pero las cartas dirigidas a Delgado Carrillo se han quedado sin respuesta.
Compañeros suyos les han dicho que acudan al coordinador del PT, Reginaldo Sandoval Flores, quien también se ha pronunciado en contra de los despidos; no obstante, la cita que tendrían con él el viernes se pospuso para ayer, lunes, y luego para hoy, martes.
Yolanda, acompañada de sus hijos durante la entrevista, añade que una de las cosas que más le preocupan es que apenas hace dos años recibió su primer aumento de sueldo, por lo que pudo sacar un crédito para comprar una casa de la que aún le quedan 18 años por pagar.