Juan Arvizu Arrioja
jamás imaginó el enorme cariño y admiración que tanta gente le tenía y que le seguirá prodigando basado en su enorme calidad humana, por su profesionalismo dentro de los medios de comunicación, a lo largo de 44 años, resultado de una incansable pero apasionante actividad reporteril . Un amigo fuera de serie. Un hombre con un enorme corazón, siempre dispuesto ayudar a quien lo necesitara. Cuidadoso al extremo en cada una de sus entregas periodísticas. Un auténtico devorador y coleccionista de libros.
A manera de un sencillo, pero merecido homenaje, al colega y amigo entrañable Juan Arvizu Arrioja, para quien esto escribe, fue un golpe devastador enterarme de su despedida física de este mundo terrenal, no obstante que el pasado 18 de enero estuvimos hablando por espacio de dos horas, recibiendo sus sabios consejos acerca de los efectos que había causado la entrevista que le hice a Elena Poniatowska . Ese mismo día, le supliqué, una y otra vez, me permitiera publicar su entrevista que le había hecho el viernes 6 de noviembre y fue tajante: “Ya te dije que la publicarás cuando saque mi libro o cuando me muera”. No aceptaba por ningún motivo que fuera antes a lo que había establecido.
Ese día, lo noté sumamente cansado, además, recientemente había sufrido la terrible pérdida de su señor padre. A decir verdad, no sé si Juan, mi querido amigo, presentía su muerte porque en esta segunda parte de la histórica entrevista, para mí, hace referencia a la culminación de su ciclo de vida. Al cuestionarle si los periódicos habrán de desaparecer debido a los adelantos tecnológicos, su respuesta textual fue esta: “Eso no lo sé, pero no tengo la menor duda de que los diarios habrán de subsistir mientras que tu servidor colgará los tenis más pronto de lo que te imaginas, pero jamás tirará la toalla como reportero”.
Asimismo, ocupado de su pasión por el periodismo , me comentó que para él era una maravilla o algo mágico ver publicado en un diario de circulación nacional de tanto prestigio como EL UNIVERSAL , las notas que había escrito a mano, pero que lo más importante y lo mantenía despierto, era ver cómo fluía esa información entre los lectores y la sociedad. Enfático, me dijo que la armonía debe ser esencial entre los editores y reporteros para lograr el éxito de un medio de comunicación , pero lamentaba muchísimo que la fuerza de la prensa en México haya sido brutal y se fuera diluyendo.
-¿Qué sensación experimentas cuando ves publicadas tus crónicas y entrevistas?
-Es una maravilla ver impresas las notas que escribes a mano, pero lo más importante, resulta mágico e indescriptible ver cómo fluye hacia los lectores y hacia la sociedad.
-¿Por qué decidiste dejar el periódico Avance?
-Algo te va jalando y te va persiguiendo. Dejé inconclusa la universidad, luego, se apagó la oportunidad que tenía en El Sol de México para posteriormente ingresar al periódico Avance en donde giré por todas las fuentes de información.
-¿De todas las fuentes que cubriste, cuál fue la que más te gustó?
-Información política porque la percibía más rápido y era fácil para mí.
-¿A lo mero macho, la prensa sigue siendo el 4º Poder?
-Mira, cuando entrabas a las entrevistas con Fidel Velázquez, su secretario particular, un hombre muy alto de estatura de apellido Medina, se paraba en la puerta y con voz ronca como de ultratumba exclamaba: ¡¡Cuarto Poder!!, y traía consigo una tarjetita en donde estaban los nombres de los reporteros y medios al que pertenecían para ser recibidos por Fidel Velázquez en la calle de Vallarta, en donde estaba la sede original…
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-¿Insisto, era o sigue siendo el Cuarto Poder?
-Era el Cuarto Poder y se fue diluyendo.
-¿Entonces, en dónde demonios estriba la fuerza de la prensa escrita o electrónica?
-La fuerza de la prensa escrita o electrónica era simple y sencillamente brutal
-¿Cuántas veces han tratado de coartar tu libertad de expresión?
-Mira Edmundo, uno sabe perfectamente en qué medio está. En mi caso, si estaba en Avance o en El Sol de México, la información que presenta tiene un perfil técnico, profesional, de género periodístico, un ejercicio de redacción diaria.
-¿Un abanico multicolor?
-La actividad que he realizado durante muchos años ha sido el diarismo, participante de una edición y por lo mismo, estoy muy pendiente de determinada información para, a su vez, recabar otro tipo de información que va a figurar en la idea del editor.
Una de las últimas crónicas de Juan Arvizu: "No te preocupes, Rosario"; crónica de una comparecencia con la CNDH tomada
-¿A lo mero macho, existe armonía entre quienes deciden lo que se publicará?
-Si existe una armonía entre el medio y la necesidad de la edición compaginan, por supuesto que no existe ninguna complicación.
-Entonces, ¿cuáles son las únicas limitantes para definir lo publicable?
-La única limitante viene a ser la del espacio, muchas de las veces entregas una nota y te sorprendes que sea la principal al siguiente día.
-¿Existen las frustraciones entre los reporteros en su ejercicio cotidiano?
-Suele suceder. Resulta que te esfuerzas en hacer una nota que creías al momento de entregarla sería la principal o como le llamamos: la de ocho!!, pero no. Te vas con los amigos y al día siguiente ves que ocupa un espacio de rellenos. Con el paso del tiempo, es una dinámica que llegas a entender a la perfección.
-¿Adversidades de los editores en contra de los reporteros?
-No, no hay ninguna adversidad ajena; simple y sencillamente es la dinámica que ocurre.
-¿Un reportero de la calidad de Juan Arvizu, tiene caducidad…?
Sin permitirme la oportunidad de concluir la pregunta con voz fuerte me dice: “Uff, vaya pregunta. Edmundo tu y yo somos amigos. La vida tiene un término…"
-¿No te enojes, simple y sencillamente, naciste siendo reportero y morirás como reportero?
-Mi querido Mundo, entre gitanos no se leen las cartas. Morir siendo reportero tendría que ser mañana mismo. Pero tampoco tendría más de 90 años para seguir ejerciéndome como reportero.
-¿El reporterismo es única y exclusivamente para jóvenes?
-Eso decían, que era sólo para jóvenes y lo entendí hace unos diez años. Resulta que un día fui hacia una bocina para recoger mi grabadora que había colocado para no perder detalle del evento, entonces, a un muchacho le digo: ¿me pasas mi grabadora por favor?, con su mano derecha levanta la más pequeña y me dice ¿es esta don? Ja,ja,aj. ¡¡Me sentí un abuelito!!
-¿Los periódicos pasarán a ser parte de los museos con el avance de tecnologías informáticas?
-Que buena pregunta me haces. Mira, ahorita estamos en un grave problema. Antes de la llegada de la pandemia afrontamos una crisis de la industria periodística mundial.
-¿La pandemia aplicó la ley mordaza en la compra de diarios?
-Con la pandemia y con el hecho de que restringieron la venta de diarios impresos, el problema se ha tornado mucho muy grave.
Puedes constatar que los periódicos ahora tienen menor paginación, han despedido a mucha gente y el tiro de impresión se redujo considerablemente.
-¿Qué demonios va a pasar?
-Eso no lo sé, pero no tengo la menor duda que los diarios habrán de subsistir, mientras que tu servidor Juan Arvizu Arrioja colgará los tenis más pronto de lo que te imaginas, pero jamás, tirará la toalla como reportero.
-¿Lo mismo sucederá con medios digitales?
-No, no tendrán el mínimo problema porque son la gran actualidad y por ahí se ha estado canalizando la mayor parte de la actividad periodística actual.
-¿Qué siente el periodista Juan Arvizu ser tan reconocido como el mejor cronista de un gran diario como lo es EL UNIVERSAL?
-Uff, para mí es una gran satisfacción pertenecer a la redacción de un gran diario como lo es EL UNIVERSAL , le tengo un cariño enorme porque me ha dado todo. Ahí también conocí a mi esposa y curiosamente, en todo lo que Juan Arvizu haga o lo que realice, el periódico EL UNIVERSAL siempre esta presente. Me ha dado la oportunidad de cubrir información de primera mano y también he querido responder a la confianza que me dan para poder realizar esa tarea, que como te dije, desde niño, mi vocación fue esa: Ser reportero de un periódico grande, solo reportero no editor o director.
-¿Cómo le haces para no subirte al ladrillo de la fama?
-Ni tengo ningún ladrillo ni tampoco gozo de fama alguna. La apreciación que me dispensan la agradezco con el alma y es un plus en un trabajo que desarrollo con enorme alegría y placer. Edmundo, el trabajo que realizamos todos los reporteros es muy importante. No sabes cómo deleito leer tus entrevistas, tienes una magia para meterte hasta la cocina. Sabes seducir al entrevistado, lo violas y todavía te dan las gracias.
-¿A qué obedece que en la administración de López Obrador sea tan denostada la actividad periodística?
-Es una estrategia del actual Presidente con una muy lamentable relación con los medios. Los antagonistas los hace y elabora el propio Presidente en beneficio de su manera de gobernar.
-¿De verdad, tú crees que le dé buenos resultados?
-Pues ojalá le dé buenos resultados durante su sexenio.
-Nada es para siempre, tan sólo son seis años, ¿qué necesidad de crearse tantos enemigos?
-Cuando López Obrador sea ya el expresidente de México, la prensa continuará ejerciendo su trabajo, seguirá estando ahí como un producto cultural de la sociedad, mientras que López Obrador será simplemente un ciudadano más.
-Una política asfixiante para desaparecer los medios que más pueda
- Creo que es una manera de gobernar y su propia visión de su objetivo como mandatario y que incluyen a los intelectuales, a la sociedad civil, a las instituciones.
-No obstante que él mismo ha dicho, una y otra vez, que al diablo con las instituciones
-En poco más de cuatro años diremos que este señor ya fue y ¡¡el que sigue!! No sé si en realidad lo que pretenda reconfigurar absolutamente todo lo que existe en el país, y que a su decir, llama la Cuarta Transformación.
-¿La prensa està incluida en esa pomposa Cuarta Transformación?
-En la vida de la República, la prensa es un ingrediente tan importante como lo pueden ser las instituciones de educación superior, los poderes del estado, en fin.
-¿Quién se ha negado ser entrevistado por Juan Arvizu?
-Antes de venir contigo, me estaba acordando de Adolfo Healy, le hable y me dijo que no; sin embargo, se pasó más de una hora hablando conmigo. Me sucedió lo mismo con don Pedro Ramírez Vázquez, le dejé mi solicitud de entrevista con su secretaria y me dijo que creía que no iba a poder porque estaba un poco enfermo, pero que ella le daría mi recado.
-¿Te la dio sí o no?
-Cuando se reporta conmigo don Pedro Ramírez Vázquez, uff, qué amabilidad, qué categoría y calidad de persona. Atendiendo a un simple reportero a quien le iba a decir simple y sencillamente que no le daría la entrevista. Me regaló 45 minutos de su valioso tiempo, pero no de entrevista, ja,ja,ja.
-¿Los jefes de prensa son estorbo para los reporteros?
-Los jefes de prensa que tuve la suerte de tratar en la prehistoria en la que viví, eran transmisores de un mensaje.
-¿Cuáles han sido esos jefes de prensa que han tratado mejor a la prensa desde Los Pinos y que han merecido un respeto o admiración?
-Mira, a don Pancho Galindo no tuve la suerte ni de conocerle. No tuve una convivencia con los jefes de prensa sino que era su trabajo el que dialogaba conmigo, vamos, sus conferencias, su citas, incluso, algunas reuniones sociales que llevaban a cabo para lograr un acercamiento con la fuente. Hay gente a la que aprendes apreciar por su calidad humana y por el respeto que muestran, entre ellos te puedo citar a David López y Mauro Jiménez Lazcano, por ejemplo.
-¿Desde los Pinos se ejercía una opacidad informativa?
-Con Ernesto Zedillo no te daban ni la hora si no es que lo autorizaba el mismo Presidente, pero siempre muy correctos, respetuosos y muy en el papel que eran los funcionarios que representaban al mismo Presidente de la República.
-A lo mero macho, ¿López Obrador necesita de un vocero cuando él mismo es su propio vocero?
-Con Rubén Aguilar Valenzuela, por ejemplo, era puramente el vocero que impartía conferencias a los reporteros, le hacías una pregunta y te decía: “Los datos no los tengo, pero hoy mismo lo vas a tener”. El día de hoy, le hacen una pregunta al presidente López Obrador que tiene que ver con cuestiones técnicas o específicas y sabe la respuesta…¡¡Quiuubo!! Magia pura.
-¿En México hace falta que los medios le pongan un alto al Presidente con sus propios errores?
-Más que ponerle un alto, lo difunden. El Presidente tiene su estrategia y los medios tienen la propia que caduca cada seis años.
-¿Qué sientes ser entrevistado porque normalmente tú eres el que pregunta?
-La entrevista es la parte grata, es decir, la pregunta nos pone a carburar en entendimiento. En las entrevistas que he tenido la oportunidad de realizar, hay preguntas que en un esquema frío no hubiera planteado y el interés que me va despertando suscita a otra pregunta y ahí nos vamos. Tanto el que pregunta como el que responde, vamos componiendo un diálogo y hasta un discurso en el que él dice cosas en las que no había pensado, y yo, veo cosas que no había visto.
-¿En cada entrevista hay un banquillo de los acusados?
-No, no hay tal banquillo sino que es una mesa de análisis.
-¿Si entrevistaras a Dios qué le preguntarías?
-Porque demonios pusiste a Edmundo Cázarez frente a mí, ja,ja,ja. ¿Si entrevistara a Dios?...mmm, es una entrevista sumamente improbable, solamente proyectaría mis inquietudes porque no puedo ser interlocutor de Dios, pero si puedo serlo tuyo. Uff, vaya Edmundo. Las preguntas que le haría a Dios seguramente no tendría ninguna respuesta, y luego son simple y sencillamente la expresión de mi pensamiento dentro de interrogaciones.
-¿Qué se siente ser apapachado por el Senado de la República por tus primeros 30 años de fructífera labor periodística?
-Fue algo muy grato. Dentro de una sesión solemne que presidió Ana Lilia Herrera como Presidenta de la Mesa Directiva en ese momento, me pidió que subiera al palco destinado al público en compañía de unas amigas reporteras y con Héctor Líe que era el coordinador de prensa del Senado. Primero, fue el pecado de una imprudencia.
-¿Por qué el pecado?
-Porque estaba platicando con Héctor Lie y le dije: “Doctor, ¿qué crees?, mañana cumplo 30 años en EL UNIVERSAL ”, y me responde ¡¡No hombre!!. Si doctor. Se lo dije como simple comentario amistoso y al otro día de sesión solemne uff, la sorpresa, todos los senadores volteando hacia arriba para saludar a un conocido de ellos. Un hecho muy agradable que se queda en el registro personal, pero compartirlo con la familia es algo de una belleza extraordinaria.
-¿Qué recomendación le das a los chamaquitos de la carrera de Ciencias de la Comunicación?
-Aquí hay un detalle que quisiera resaltar. Aquel muchacho que salió de la Facultad de Ciencias Políticas con cinco materias sin resolver, que veía en la biblioteca de Ciudad Universitaria, alteros de tesis amarradas con lazos, me pregunté ¿para qué carajos quiero eso?, y preferí irme a reportear y me fui un periódico y luego a otro y otro, pero por fin llegué a EL UNIVERSAL en donde me dije. “Aquí te quedas por lo mínimo cuatro años”.
-¿Zapatero a tus zapatos?
-Un día, Félix Muñiz, un compañero reportero me dice: “Oye Juan, ¿ya te titulaste?" Y le digo ¡¡No Gallo!! Me dice que me iba a presentar a quien me ayudaría, la doctora Francisca Robles, una gran académica de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, y así, un buen día me encontré sentado haciendo mi examen profesional. Lo que les puedo decir a los jóvenes estudiantes es que terminen su carrera, que se titulen y hagan todo lo posible de aprender lo más que pueden académicamente. Que lean mucho y redacten. La base de un buen periodista son los géneros periodísticos.
-¿El periodismo te convierte en rico de la noche a la mañana?
-No hombre, tú lo sabes muchísimo mejor que yo. En esta profesión tienes que entender que hay muchas adversidades, no comer y no dormir. Cuando me toco cubrir las campañas presidenciales trataba a coroneles del estado Mayor Presidencial, hoy, son generales de división en retiro. Hoy en día, trato con reportero y siempre seguiremos siendo reporteros. En el periodismo no hay grado ni un crecimiento impresionante
-¿Cuántas veces han tratado de comprar tu pluma o has recibido chayos?
-Cuando estaba de reportero en el periódico Avance, mi mamá me decía: “Hijo, mejor quédate en la casa, me sales más barato”. La capacidad profesional te va dando oportunidades. En tiempos de José López Portillo había en México un “boom” petrolero. ¿Cuánto dinero no corrió en Villahermosa? Y se pueden escribir tantas historias que se suscitaron durante el “boom” petrolero. Asimismo, recuerdo a un jefe de prensa de Agricultura con Pesqueira que decía: “A mí, no me pagan por lo que hago sino por lo que sé y me callo”. La paradoja es: “Chayo que no te corrompa, pues agárralo”
-¿Te ofrecieron chayos sí o no?
-Déjame decirte que antes había una técnica de cooptación, las fiestas, las comidas, las borracheras. Era un arropamiento y se envolvía a los informadores no había plata o plomo, era un discreto encanto de cortesías, de atenciones, de mandarte un regalito el fin de año, pero había una conseja medio paradójica.
-¿Ahora cada medio tendrá que enviar un “Lord Molécula” a Palacio nacional para que vaya y le aplauda todo el señor Presidente?
-No, de ninguna manera. Cada quien está en su dinámica, el Presidente está metido en lo suyo y necesita tener antagonistas y el que quiera ser su antagonista, pues que lo sea y el periodismo lo que haces es informar. El 1 de noviembre de 2024 los periódicos seguirán con su vida normal, no obstante, exista una demasía de medios y muy pocos lectores.
-¿Los medios unidos jamás serán vencidos?
-Imposible. Los medios no se pueden unir ni me preguntes por qué, a lo mejor, coincidimos en ciertas causas.
-¿Qué opina el ciudadano Juan Arvizu del destacado periodista y cronista Juan Arvizu?
-Uff, no hay ningún destacado periodista ni cronista Juan Arvizu.
-¿Por qué pecas de modesto?
-No. Lo que sí hay, es un gran periódico que se llama EL UNIVERSAL que es una maravilla de expresión cultural y que lo puedes hojear en cualquier época y te va a proyectar la realidad. Juan Arvizu, el reportero, tiene el privilegio de participar con mis informaciones en la edición en la que pueda entrar.
-¿Qué sucederá cuando dejes de estar en ese gran medio de comunicación que quieres tanto?
-Vaya, que buena pregunta. Cuando deje de estar en este prestigiado medio de comunicación, voy a ser yo mismo. Lo importante es realizar lo que es tu vocación. Juan Arvizu dejará de trabajar en EL UNIVERSAL solamente cuando muera. Si me dedico a ser reportero pues a disfrutarlo al máximo.
-¿Cuáles son las grandes gratificaciones que te ha dejado el periodismo?
-Vaya, vaya, vaya. Me saliste más bravo que bonito. ¿Mis grandes gratificaciones que me ha dejado el periodismo? Mmm, son tres: Cuando voy por la información estoy en un lugar periférico del Colegio Rébsamen donde no hay forma de pasar, recogiendo datos y el simple hecho de estar recabando información y sentir el momento como reportero, esa sí que es mi primera gratificación.
-¿Y la segunda?
-Caray, ¿Acaso llevas prisa o ya quieres que me vaya? Bueno, la segunda gratificación: redactar la nota con mis datos, con apoyos que pueden ser mi grabación y corregirme yo mismo buscando con una redacción clara, concisa y precisa, lo que me genera una plenitud. Y la tercera para que no me corretees, es ver tu nota publicada.
-¿Alguna vez te han desmentido?
-Dos veces…
-¿Duele?
-Te desconcierta más que nada. Una vez fue porque me atreví a tomar de una publicación de la UAM, un estudio de un investigador y se molestó porque no le había pedido permiso. Y la otra, fue en el Universal Gráfico en una columna que escribo sobre una proveedora de Pemex, decían que era falso y me echaron por delante a una agencia de relaciones públicas.
-¿Cuáles son esos comunicadores o periodistas por los que Juan Arvizu siente un respeto?
-Te voy hablar de algunos periodistas. Cuando me inicié en el periodismo, muchos hablaban en las cantinas de Carlos Denegri, y me preguntaba una y otra vez ¿Quién es Carlos Denegri? Decían que era un hombre culto, que hacía, deshacía y tenía el poder que los personajes de la política nacional se le cuadraran, pagaran sus enormes cuentas y articulaban cierto poderío. No me puedo situar en los grandes periodistas porque también tenemos los que nos permiten saber porque son grandes.
-Con nombres y apellidos…
-Uno, y ya falleció, don Emilio Viale, quien se hizo en el reporteo de policía, jefe de información de EL UNIVERSAL y de quien aprendimos muchos en los años 80`s y 90`s. Dos, Carlos Ferreyra Carrasco, a quien conocí en El Sol de México un hombre que transmite sabiduría y en cada palabra da una lección cultural. No hay reportero que construya su capilla con los grandes periodistas.
-¿Qué es un reportero?
-Un reportero es un trabajador de un medio de comunicación que desayuna con un secretario de Estado. Come con un destacado pintor o escultor y cena con un intelectual o embajador, pero antes de las doce de la noche, se tiene que ir en chinga corriendo porque van a cerrar el Metro para irse a su casa.
-¿Para Juan Arvizu ha valido la pena este trote por los medios de comunicación?
-Uff, ha sido mi vida indiscutible y desde aquellos días que te conté que agarró ese libro que lo atrapó “El Artista y el estilo”, cerró los ojos para ver su realidad reporteando…
De pronto, a mi entrevistado se le quiebra la voz, se despoja de sus lentes y suelta el llanto abiertamente. Considero prudente darle unos minutos de tranquilidad y una vez repuesto retoma la respuesta:
-Edmundo, ha sido mi vida, tocaste fibras muy sensibles. Es como si le preguntaras a tu corazón ¿cómo vas?, seguramente te dirá que latiendo. Hay un tiempo prudente para bajar la cortina y Juan Arvizu lo hará por mil circunstancias, pero me agradaría preparar un libro de texto sobre géneros periodísticos e informativos.
-¿Pero ya fuiste maestro en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García?
-Me dieron la enorme oportunidad de impartir clases en la Carlos Septién, fue sencillamente maravilloso y una de las más grandes y hermosas experiencias que he vivido. Hay un momento en el que ya no seré más reportero porque como dijeron los sabios, “es un trabajo para jóvenes”.
-Juan de verdad muchas gracias por tu tiempo, deseas agregar algo más
-El que tiene que agradecer muchísimo soy yo porque con cada una de tus preguntas me pusiste a pensar y me fuiste llevando de la mano desde mi niñez hasta la época actual. Créeme que durante mucho tiempo en mi memoria estará presente este interesante diálogo. Reconozco tu agudeza y me siento satisfecho de dialogar con un colega como tú y un muy buen entrevistador.
Amigo querido, mil gracias por haberme dado la oportunidad de conocerte y aprender de tus sabios consejos, seguramente algún día nos volveremos a encontrar.
cev/lsm