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En un hecho inédito, el Estado mexicano ofrecerá mañana una disculpa pública y reconocimiento de responsabilidad del primer caso vinculado a la llamada Guerra Sucia que hubo hacía personas que fueron reconocidas como víctimas de violaciones graves, generalizadas y sistemáticas de derechos humanos.
Se trata de Martha Alicia Camacho Loaiza, exmilitante de la Liga Comunista 23 de septiembre, quien sufrió tortura por parte de militares; de su esposo, José Manuel Alapizco Lizárraga, también integrante del grupo guerrillero, asesinado y cuyo cuerpo permanece desaparecido, y de su hijo Miguel Alfonso. Los tres fueron reconocidos por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) el pasado 14 de junio como víctimas de violaciones de sus derechos humanos.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en representación del Estado mexicano, ofrecerá estas disculpas y estará acompañada de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos Población y Migración, y por una comisión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
El 19 de agosto de 1977 Camacho Loaiza y Alapizco Lizárraga fueron detenidos en Culiacán, Sinaloa, por soldados de la Novena Zona Militar, así como por policías estatales y miembros de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) —antecesora del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen)—.
La mujer, presidenta de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos de Sinaloa (UMHDS), fue torturada durante 49 días en esa zona militar, obligada a presenciar los ataques y asesinato de su esposo y a dar a luz en condiciones infrahumanas.
El proceso penal derivado de una denuncia formal que interpuso Martha Alicia Camacho Loaiza, acompañada del Centro Prodh, en mayo de 2002 por tortura y desaparición forzada, así como por el asesinato de su esposo, sigue en curso y se está en espera de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se pronuncie sobre este caso.
Se abre una luz para la justicia. En entrevista con EL UNIVERSAL, Martha Alicia Camacho Loaiza afirmó que esta disculpa que dará el Estado mexicano este 23 de septiembre —fecha que coincide con el nombre que adoptó el grupo guerrillero recordando el ataque al cuartel Madera en 1965— es “una pequeña lucecita” que puede derivar en un acceso a la justicia para miles de jóvenes que como ella fueron torturados, desaparecidos y privados de la vida por el gobierno mexicano.
“Con la lucha que hemos hecho durante años salió esta pequeña lucecita que posiblemente nos permita entrar a una puerta que nos lleve a esclarecer los hechos”.
Afirmó que no basta con que haya disculpas y reconocimiento, pues “queremos memoria, verdad, justicia, castigo a los culpables y medidas que garanticen la no repetición de estos actos”.