Olga Garza quería asumir el cuidado de su mamá, quien fue diagnosticada con y con el tiempo se convirtió en una persona dependiente; sin embargo, entendió que a pesar de todo el amor con el que podía atenderla, no era suficiente, puesto que su madre necesitaba cuidados específicos, por ello se apoyó en dos personas cuidadoras.

En el marco del Día Internacional de las Personas Cuidadoras, que se celebra cada 5 de noviembre, Olga asegura que en México hace falta una cultura sobre la importancia en el cuidado y bienestar de las personas adultas mayores con algún tipo de enfermedad, en particular las demencias, y en la atención de quienes se dedican a cuidarlas.

“Mi mamá tenía demencia, perdió sus capacidades cognitivas, no sabía quiénes éramos sus familiares, aun con todo el cariño y esmero que pude poner en su cuidado, debo reconocer que su calidad de vida mejoró cuando me apoyé en dos personas cuidadoras”, dijo a EL UNIVERSAL.

Según el Instituto Nacional de Geriatría, en México existen 3 millones de adultos mayores dependientes y 97 de cada 100 personas que brinda cuidados son mujeres. Hasta 2019, el valor económico del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados fue equivalente a 22.8% del PIB.

Al respecto, Bárbara Diego, gerontóloga y directora de Gericare, señaló que si bien en el país se han hecho esfuerzos por educar a las personas cuidadoras, el recurso destinado a estas actividades es mínimo. Agregó que aunque existen Centros de Día o clínicas especializadas en la atención y cuidado de personas dependientes, la mayoría son privadas y tienen costos elevados.

“No hay recursos destinados a la atención con calidad y dignidad de personas adultas. Tenemos el ejemplo del Instituto Nacional de Geriatría, que cada vez está haciendo mejor trabajo, pero son temas de formación, hay muy pocos espacios públicos que aceptan personas mayores, es insuficiente el tema de política pública y los centros que hay tienen costos altos”, comentó.

Cuidadores de adultos mayores, sin apoyo público
Cuidadores de adultos mayores, sin apoyo público

“Con esta iniciativa no nos referimos sólo a personas mayores, tiene que ver con cualquier persona que en algún punto de su vida es dependiente de alguien más, en el Sistema Nacional de Cuidados se contempla a niños y personas enfermas o adultos mayores en dependencia, pero son cosas que se están empujando”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada 25 años la población de adultos mayores de 60 años se duplica, y se prevé que para 2050 haya un promedio de 400 millones de personas mayores.

Bárbara destaca las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que señalan que en México la responsabilidad de los cuidados mencionados recae en la familia.

“Una persona cuidadora es aquella que se encarga del bienestar o la vida de otro ser humano que no puede valerse por sí mismo, realiza todas esas actividades para que otro pueda sobrevivir. Tiene tres dimensiones: material, todas las actividades que realizamos, como dar de comer, la medicina, llevarla al baño. La económica, porque tiene un costo cuidar, y bastante alto, y la que tiene que ver con el dejar de lado los proyectos de vida”.

Susana Villaseñor recuerda que una vez que su esposo, James Peyton Tattersfield, recibió el diagnóstico de Alzheimer habló con su núcleo familiar más cercano sobre la posibilidad de contratar a personal especializado que la ayudara.

“La batuta del cuidado por supuesto que la tomé yo, pero sabía que no lo podía hacer sola. Conforme avanzó la enfermedad de mi esposo, me informé, leí sobre casos en los que a veces los cuidadores mueren primero que los pacientes, yo no podía con tal responsabilidad, por eso busqué ayuda. En nuestro caso contamos con los recursos, porque es caro, y posiblemente no todas las personas puedan costearlo. Lo que queda es que las autoridades mejoren los servicios”.

En ese sentido, Bárbara Diego enfatizó que en el país las mujeres que dedican tiempo a cuidar a adultos mayores trabajan, en promedio, 14.3 horas menos al mes en empleos remunerados, lo cual implica una diferencia de 600 pesos en su ingreso mensual.

“Dedicarse al cuidado condiciona que las mujeres en edad productiva tengan menor disponibilidad para participar en el mercado laboral. De manera similar, una persona que no se encuentra en edad productiva podría verse afectada en su disponibilidad para participar en las actividades escolares”.

Reiteró el llamado a cuidar de aquellos que se encargan de las personas dependientes y a no separarlos, pues ambos requieren atención y apoyo.

“Hay muchas enfermedades que provocan que una persona sea dependiente y son muy largas y no podemos separar al enfermo del cuidador, es un binomio que va unido. En mi práctica nunca los veo separados.

“Sabemos que el cuidador puede sufrir ansiedad depresión y que hay veces, y más de las que quisiéramos, que el cuidador fallece antes que el paciente, por lo que debe haber más esfuerzos enfocados a las personas cuidadoras”, concluyó la especialista.

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