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María de Jesús Peters Pino es una reportera hecha en el camino, con la gente, que va a buscar la noticia y la confirma con los protagonistas, que está en primera línea aunque eso implique una pedrada en la cabeza.
Desde Chiapas, particularmente, desde Tapachula, ha contado la historia de cientos de migrantes de todas partes del mundo que cruzan la frontera sur de México, en el inicio de la parte más dura de su recorrido hacia Estados Unidos. A lo largo de los años los ha visto caer de La Bestia y perder la vida, ha sido testigo de las golpizas que reciben por parte del crimen organizado y la policía. Más recientemente los ha visto llegar en miles, en caravanas.
El año pasado una fotografía suya, de una mujer haitiana, Fabiola, suplicando por ayuda debajo de un portón, y la crónica de ese momento, pusieron en evidencia que la crisis migratoria en el país había superado al gobierno.
El jueves se anunció a María de Jesús como ganadora Premio Ortega y Gasset de Periodismo por esa imagen. Semanas antes ya había obtenido el Premio Nacional de Periodismo y el Premio a lo Mejor del Periodismo que otorga el Grupo de Diarios América (GDA) por la misma foto.
En conversación con EL UNIVERSAL, María de Jesús cuenta que trabaja para contar las historias de aquellos a quien nadie voltea a ver, y congelar el momento con su cámara. Es su compromiso, dice, dar voz a los que no tienen voz.
¿Cómo es que te inicias en el periodismo?
- Inicié en una agencia de información, la Agencia Estatal de información, en 1997, donde estaba quien es ahora mi esposo, Juan de Dios García Davish.
Ahí empecé a hacer pequeñas notas. Me gustó la redacción, empecé a cubrir eventos, pero luego aprendí fotografía y me encantó congelar el tiempo… Me di cuenta que con la foto podía dar a conocer muchas cosas, periodísticamente. Eso fue lo que me encantó de la fotografía.
Eres una periodista hecha en el campo. ¿Qué es lo que buscas cuando sales por una historia?
- Me gusta contar historias de vida, de personas que por alguna razón están sufriendo. Me empezó a llamar el tema migratorio porque yo vivía muy cerca de las vías del ferrocarril y empecé a ver un mundo de gente que se subía al tren, llegaba la policía y los detenía, los insultaba. Algunos se acercaban a contarnos su historia.
Si era el caso de los desplazados indígenas, yo buscaba la forma de trasladarme y contactar a alguien que estuviera cerca de ellos para poder ingresar. Si tenía que caminar, y o caminaba, tenía que llegar hasta donde estaban ellos, ver la situación.
Yo no espero los comunicados de prensa porque realmente lo que vas a encontrar es que te van a negar una situación y van a ocultar. A mí lo que me gusta es ir al lugar, buscar a las personas, hablar con ellos, platicar con ellos, verlos. Ver la situación con mis propios ojos, ver los rostros de las mujeres y los niños y de esa forma poder escribir y plasmar con mis fotos ese sufrimiento. Eso es lo que yo busco en mis fotos, que se congele ese rostro de tristeza, de sufrimiento… el rostro que refleje lo que está pasando.
¿Por qué es que buscas esas historias?
- Yo los busco porque son personas que nadie voltea a ver. Están viviendo una situación de injusticia, una situación de agresiones y son personas que el gobierno no los voltea a ver, que el gobierno los rechaza, que el gobierno quiere ocultar y, además abusa de ellos.
Yo busco esas historias porque quiero visibilizar una situación que las autoridades quieren ocultar. Por eso me enfoco en esas personas. Es un compromiso y como medio, somos la voz de los que no tienen voz.
Para mí eso es lo más importante, visibilizarlos, y me siento muy satisfecha cuando los voltean a ver y cuando empiezan a recibir la ayuda, yo me siento con eso muy pagada.
Una fotografía tuya, del sufrimiento de migrantes en Chiapas, ganó el Premio Ortega y Gasset de Periodismo y en semanas atrás obtuvo el Premio Nacional de Periodismo y el Premio a lo Mejor del Periodismo que otorga el Grupo de Diarios América (GDA). ¿Cómo recibes este reconocimiento?
Lo recibo con mucho cariño, lo recibo con un poco de tristeza, por la gráfica, lo que representa. Es una gráfica que refleja el sufrimiento, que refleja la impotencia, que refleja una crisis migratoria que rebasó al gobierno.
Para mi es una gran alegría, pero tristeza por la situación de los migrantes en ese momento. Pero estoy contenta porque con esa gráfica logré desnudar lo que el gobierno estaba haciendo con los migrantes que llegaban a esta frontera sur de México.
Se vio la lágrima de una madre, la desesperación, la tristeza de un niño enfermo. Eso es lo que yo quería demostrar, ese sufrimiento de tantos migrantes, mujeres, hombres; sobre todo mujeres, lo que enfrentan en ese viaje a Estados Unidos para tratar de mejorar su condición, porque vienen huyendo de una situación de violencia, por catástrofes, van en busca de algo que en su país no han encontrado.
Has estado en la primera línea, literalmente te han alcanzado las piedras al cubrir las caravanas
- Un fotógrafo tiene que estar en primera línea. Yo recuerdo que ese día era muy caluroso, con temperaturas de hasta 40 grados, y desde la mañana estábamos esperando la caravana de migrantes –se hablaba de hasta 8 mil— Estábamos hasta adelante y empezó el jaloneo.
Guatemala cerró su frontera para evitar que entraran a México, pero los migrantes decidieron ingresar a la fuerza, abrieron una primera puerta, y yo lo que veía eran muchos niños, muchas mujeres en esa primera línea, y la inercia los fue llevando hacia adelante. Había demasiados niños de brazos y yo tenía miedo que se registrara una estampida y que hubiera muertos.
No se podía caminar, yo me acuerdo que estaba haciendo un en vivo para el periódico, pero tuve que cortar porque era demasiado que estábamos apretados. Yo me sentía sofocada, deshidratada, y de repente se soltó un gas lacrimógeno del lado de la policía y empezaron a aventar piedras y a empujarse, los niños lloraban y gritaban que no arrojaran piedras, pero una de las piedras me cayó a mí. Yo me tambaleé un poco y me tuvieron que sacar porque estaba herida en la cabeza. En un momento yo tuve mucho miedo de caer, de desmayarme o que me tiraran porque eran muchos los empujones. Fue una situación muy desesperante en ese momento.
Tu y tu familia han sido objeto de agresiones por su ejercicio periodístico ¿Cómo se puede seguir haciendo periodismo ante las intimidaciones?
- Sí, en algunos conflictos hemos recibido represión de la policía, en algunas coberturas me han querido quitar la cámara, yo nunca la he soltado. Yo les digo que es mi derecho a informar.
Si yo tengo miedo, nunca voy a salir a hacer lo que quiero hacer. No me voy a encerar ni me voy a amedrentar por que un día me quiten la cámara, porque un día el gobierno o las autoridades me digan que usted no puede tomar fotos.
No me voy a intimidar porque si lo hago, no voy a cumplir con el objetivo de mi trabajo, que es informar y visibilizar lo que está pasando. No he tenido miedo, a pesar de que hemos pasado por situación difíciles. He seguido adelante.
Cuando escucho o veo que algún compañero [periodista] ha sido asesinado, ha sido secuestrado, yo pienso mucho en su familia y pienso mucho en ellos, pero eso no me ha quitado ese valor ni las ganas ni el cariño de seguir con esta noble profesión.
¿Cómo ves el periodismo actualmente en México?
- Muy difícil, realmente es muy difícil hacer periodismo en México porque los principales que violentan nuestros derechos es el gobierno y principalmente las corporaciones policiacas que cuando uno está cubriendo una información, y como ellos no cumplen los protocolos, lo que hacen es tratar de agredir y evitar que nosotros hagamos nuestro trabajo, que tengamos la evidencia del actuar de ellos.
El gobierno es el principal obstáculo para nuestro desempeño como periodistas. Y bueno, sabemos que el otro es el crimen organizado, que es parte de la violencia que ejerce contra quienes escribimos o tomamos fotografías.
Es difícil hacer periodismo porque no se respetan nuestros derechos. No hay ese acceso a la libertad, completamente.
Además, hemos visto que nuestro propio presidente, es el que de alguna manera, con sus discursos, lo que dice de los periodistas, es una clara incitación a las agresiones.