Una enorme manta con el escudo del PAN y al frente la imagen de Genaro García Luna fue colocada una hora antes de iniciar los discursos de la concentración en defensa de la democracia y del Instituto Nacional Electoral (INE), lo que provocó malestar entre los asistentes al Zócalo, quienes exigieron que la quitaran, lo cual ocurrió.
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El madruguete con la manta de 20 por 15 metros con la leyenda “García Luna No Se Toca”, parafraseando la consigna del evento, se operó desde las oficinas de los diputados locales de Morena, cuyo edificio se encuentra en la plaza del Zócalo frente a Palacio Nacional.
Desde ese zona, una decena de personas desplegaron la manta que estuvo colocada unos 20 minutos antes de que trabajadores del PAN en el Congreso capitalino y diputados locales de ese partido la empezaran a rasgar con navajas y tijeras, hasta que la hicieron pedazos ante los gritos de: “¡Que la quiten!, ¡que la bajen!, ¡que la quemen!”.
“¡Sí se pudo!, ¡sí se pudo!”, celebraron unas 100 personas que presenciaron la “caída” del exsecretario de seguridad, mientras otras aplaudieron y algunos simpatizantes de Morena criticaron a los asistentes gritándoles “¡corruptos, neoliberales, narcos!”.
Un hombre con jersey de futbol americano de los Pumas vociferó groserías a quienes festejaron que la megamanta se había caído. “Son igual de narcos que él”, dijo.
Minutos después, ya con la manta en el suelo, una decena de personas la llevó hasta Palacio Nacional, blindado con vallas metálicas de dos metros y por encima de ellas, frente al balcón presidencial, se encaramaron en la cerca y arrojaron los pedazos de tela frente a la Puerta Mariana de la ahora residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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Dos hombres, uno con la playera de la Selección Nacional de futbol y otro con una de color rosa, lanzaron los restos de la manta por encima del muro metálico y levantaron los brazos en señal de victoria, mientras que decenas de personas a su alrededor continuaron: “¡El INE no se toca, el INE no se toca!”.
A unos metros, una batucada conformada por jóvenes xochimilcas dio un toque brasileño a la concentración de la ola rosa y blanco que invadió la principal plaza pública de México en defensa de la democracia y en respaldo a la Suprema Corte.
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