La polémica y dudas desatadas desde hace dos semanas por el presunto plagio en la tesis de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel Mossa definieron el rumbo en la elección de la nueva presidencia de la SCJN que finalmente quedó, por primera vez, en manos de una mujer: la ministra Norma Lucía Piña Hernández.
Momentos antes de iniciada la votación para elegir al nuevo presidente de la Suprema Corte el tema que involucraba a la ministra Esquivel Mossa flotaba en el ambiente de expectación imperante en la sobria sala donde el pleno de ministros definen el rumbo de la justicia en este país.
A la sesión de la Sala Superior de la SCJN de ayer, la ministra Yasmín Esquivel llegó con un discurso preparado e insistió en la defensa de la autoría de su tesis de licenciatura en la UNAM e incluso en su discurso para tratar de convencer a los otros 10 ministros y con ello recibir su respaldo para presidir el Máximo Tribunal del país.
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“He pedido la palabra (...) porque como persona apegada al derecho me presenté ante las autoridades competentes por las vías institucionales: la universitaria, mi alma mater, en la que confío y confiaré siempre; ante la fiscalía, en la que aporté datos contundentes que pedía la sociedad y los medios de comunicación”, expresó Esquivel Mossa con la seriedad que exigía el caso.
Sabedora de que es el foco de la mirada de sus compañeros presentes en la sesión a puerta cerrada, misma que es transmitida en directo al exterior para el escrutinio público, la ministra que ingresó al Máximo Tribunal a propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador argumentó y se defiendió.
“[Quiero] aclarar que frente a los señalamientos que se han sustentado en deducciones equivocadas en las que han llegado algunos periodistas tenemos que estar siempre abiertos al escrutinio público, pero también saber que desde los poderes fácticos hay una manipulación de la información que tiene como propósito abierto incidir en el proceso de la presidencia de la Corte”.
Quizá presintiendo el resultado que tendría esa sesión convocada para elegir al sucesor de Arturo Zaldívar, expuso que esas injerencias constituyen un atentado contra la independencia constitucional del Poder Judicial.
“Hoy, con plena tranquilidad y no sólo con dichos, sino con base en la resolución de una autoridad, se ratifica que la tesis profesional que presenté para obtener mi grado de licenciatura es de mi autoría y el tema lo concebí mientras estudiaba y era trabajadora de confianza en el servicio público”, aseguró ante el pleno.
Es entonces, como si se tratara de un presagio, que el curso de la sesión tomó un rumbo que muchos no esperaban. La ministra Norma Lucía Piña Hernández ganó la primera ronda con tres votos, seguida de los ministros Yasmín Esquivel Mossa, con dos; Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, dos; Javier Laynez Potisek, dos, y Alberto Pérez Dayán, con dos.
Finalmente, Norma Lucía Piña Hernández venció seis a cinco a su compañero Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena en la última ronda del proceso de elección, con los sufragios necesarios para acceder al máximo cargo del Poder Judicial de la Federación, algo histórico en este país.
Con información de Manuel Espino
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