La celebración de la Navidad, en este año de pandemia, hizo que el patio de la Basílica luciera prácticamente vacío.

Para evitar posibles contagios por Covid-19, las puertas del recinto permanecieron cerradas. La misa que ofició a mediodía el cardenal Carlos Aguiar Retes se transmitió vía remota y sólo unas cuantas personas acudieron al Bautisterio para recibir el sacramento, pues con anticipación lo programaron.

Desde Nezahualcóyotl, Estado de México, la familia García acudió en punto de las 12:00 horas al Bautisterio —ubicado a un costado de la Basílica—, pues Zoé, de tres años, fue bautizada.

A los García los acompañó Jessy, la madrina, quien llevó en brazos a su ahijada, quien iba ataviada con su tradicional vestido blanco, pero con un pequeño cubrebocas que la niña insistió en retirarse del rostro.

La familia comentó que la razón de bautizar a Zoé en Navidad fue casi una casualidad, debido a que fue la fecha en que se le programó la celebración: “Como hicimos el trámite vía telefónica, fue de las fechas más cercanas que nos dieron, y como sabíamos que sería una ceremonia rápida, nos pareció bien la fecha”.

Ángel e Itzel habían estado posponiendo una y otra vez el bautizo de su única hija, debido que la emergencia sanitaria los hacía desistir. “Lo pensamos muchas veces, pero no había sido posible concretarlo, hasta que pensamos que esto del Covid-19 no se iba a acabar nunca, así que, con o sin pandemia, debemos cumplir este compromiso”, explicó Juan, abuelo de Zoé.

Jessy compartió que la ceremonia del bautizo fue muy breve y que no hubo misa previa como se acostumbra. Los padres y la madrina, para poder ingresar al recinto, debieron portar cubrebocas, usar gel antibacterial y se les tomó la temperatura.

“Nos pidieron los documentos y, una vez que los verificaron, ingresamos, nos colocamos en el sitio indicado y el padre inició el ritual. No nos llevó ni 20 minutos”, señaló Jessy.

Al preguntarles si después de la ceremonia en casa los esperaba algún festejo, dijeron que, debido a las recomendaciones que la autoridades de salud están dando, no les pareció prudente hacer fiesta.

Por otra parte, Antonio y Adriana se colocaron los cubrebocas y se aproximaron a la entrada. Era su turno de ingresar al Bautisterio, iban acompañados de Rodrigo, quien sería el padrino de Marlen, su hija de dos años.

“Estamos listos, sabemos que esto será muy rápido y para agilizar el trámite, pues traemos todo en orden, así que venimos con todo preparado”, indicó Antonio.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses