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Trabajadores del Poder Judicial e integrantes de la sociedad civil tenían toda la confianza en que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidaría parcialmente la reforma judicial; sin embargo, conforme fue desahogándose la sesión, vinieron el enojo, la frustración y el golpe de realidad.
“¡Alberto Pérez Dayán, eres un traidor! ¡Vendido!”, gritaron los manifestantes al ministro después de emitir su voto en contra de aceptar las controversias de los partidos de la oposición.
La realidad se transmitía por las pantallas que fueron colocadas afuera de la Suprema Corte y fue recibida entre llanto, abrazos, tristeza, frustración y coraje. Ahí acababa la última esperanza de los manifestantes que arribaron desde las 09:00 de la mañana a la SCJN para mostrar su apoyo a los ministros.
Para los cientos de jueces, magistrados y base trabajadora del Poder Judicial de la Federación, la determinación del Máximo Tribunal del país era la luz que necesitaban para seguir. Sin embargo, la votación del ministro Alberto Pérez Dayán fue la última pieza de ajedrez para continuar la reforma judicial que planteó el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Una de las asistentes escribió “traidor” sobre el rostro del ministro Pérez Dayán en una manta que colocaron los manifestantes y en la que estaban los ocho ministros que votarían en contra de la elección popular de juzgadores.
En contraste, el ministro Luis María Aguilar salió al exterior de la Corte para agradecer a sus compañeros del Poder Judicial de la Federación el apoyo, la solidaridad y la lucha que realizó la base trabajadora: “Tratamos de hacer todo lo posible, ustedes quizá lo vieron, no siempre se pueden las cosas desgraciadamente, estamos tristes porque podíamos haber conseguido más”.
“Yo traté de hacer mi mejor esfuerzo, pero no fue suficiente, no hubo la gente que se solidarizó con nosotros los suficiente; muchas gracias, compañeros, los quiero muchísimo, son ustedes verdaderamente el alma del Poder Judicial, y por tanto del México democrático e independiente”, expresó el ministro Luis María Aguilar.
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De igual forma, el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá salió a mostrar su apoyo. Además, fue quien presentó el proyecto que proponía invalidar parcialmente la reforma judicial, que no se logró. Ante el coraje que guardaban los manifestantes, se colocaron en la entrada de la Corte para esperar al ministro Alberto Pérez Dayán, a quien tacharon de vendido. Los trabajadores gritaban enojados que la determinación de la Corte no era posible, ya que se viene, aseguraron, una dictadura en el país.
“Creímos en ellos, apostamos por ellos y nos volvieron a traicionar, Pérez Dayán lo digo de frente, ¡no traicionaste a tus compañeros, traicionaste a México!, ¡que la historia te juzgue!, ¡traidor!, ¡traidor!”, exclamó uno de los trabajadores.
Patricia Aguayo, vocera de los trabajadores del Poder Judicial, compartió que sentía un nudo en la garganta, ya que no esperaban la actuación de un ministro de carrera judicial de esa manera, de alguien de casa que los traicionara a ellos y a México, dijo.
Durante el día, la jueza Juana Fuentes hizo un llamado al ministro Pérez Dayán para que votara en contra de la reforma judicial; destacó que no eran momentos de tibiezas, sino de definición.
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“La sensatez y la congruencia, ministro Pérez Dayán, es con su tiempo, con la historia, sobre todo es con el pueblo. Usted sabe que lo único insensato será votar en contra de este proyecto. No son momentos de tibiezas, son tiempos de definición y usted, ministro Alberto Pérez Dayán, sabe que su voto en contra será el que pueda sepultar el futuro de nuestro país”, aseveró.
“Sobre sus hombros caerá la pérdida de instituciones que defienden la dignidad y que defienden la autonomía del abuso del poder. No permita que el miedo lo guíe ni que las presiones o los chantajes den espacio a los tiranos, ¡resistencia!”.
De igual forma, un manifestante recordó que los ministros no pueden doblarse a ninguna presión porque, de hacerlo, serían como el senador Miguel Ángel Yunes.
Fue el día, sin embargo, en el que la realidad alcanzó a los trabajadores del Poder Judicial y los dos meses que llevan en las calles.
