Los permisos extraordinarios de adquisición de armas de fuego, cartuchos o accesorios autorizados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) experimentaron un aumento de 151% entre 2022 y 2023.
En 2022, la Sedena, a través de la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos, otorgó 6 mil 655 permisos, mientras que en 2023 la cifra alcanzó 16 mil 691.
Es decir, se autorizaron 10 mil 36 permisos de armas más, en las modalidades de tiro deportivo, actividades cinegéticas, protección a domicilio, protección a parcela, registro y colección, así como licencia particular individual.
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En respuesta a una solicitud de información a la Sedena, se desglosa que en la modalidad de compra de licencia particular individual de portación de arma de fuego en 2022 se autorizaron 112 permisos a nivel nacional y en 2023 fueron 202.
Especialistas en seguridad señalan a EL UNIVERSAL que existe un interés de particulares por adquirir armas de forma institucional, a pesar de lo engorroso del trámite, aunado a la falta de garantías por parte del Estado.
Juan Carlos Montero, especialista en seguridad pública y profesor del Tec de Monterrey, considera que es un debate por un lado negativo al observar que los ciudadanos están buscando armarse.
“Por otro lado, es positivo ver que lo están haciendo de forma institucional. Cuando hay burocracia y es engorroso el trámite, la gente opta por recurrir al mercado negro, pero que los números estén creciendo significa que las personas están confiando”, expresa.
Precisa que el trámite de licencias individuales es alto y preocupante, pero se puede ver como positivo porque a cada una de esas armas se les va a dar un seguimiento.
“Sabemos quién es responsable… Hay una percepción de inseguridad y es el ciudadano que está buscando defender su hogar, su vehículo, y son personas que están haciendo bien las cosas. Es un derecho constitucional”, agrega.
Refiere que en los cálculos sobre el mercado negro no hay nada concreto; el mercado legal siempre será más pequeño porque lo que se puede conseguir son pistolas principalmente. Indica que en el mercado negro es posible conseguir desde drones hasta rifles de francotirador Barrett calibre .50; entonces, tanto en número como magnitud es mínimo el aumento, lo positivo es que la gente está buscando hacer las cosas por el lado correcto.
En 2022, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que existían 13 millones de armas de fuego sin registro en circulación en México, de acuerdo con el proyecto de investigación independiente Small Arms Survey.
Para Andrés Sumano, doctor en Política Pública, el incremento en las licencias se concentra en hipótesis como que ante la gran inseguridad en el país, la gente decide recurrir a esa medida. “Existen diversos factores a tomar en cuenta. A ciencia cierta qué está derivando que hoy tengamos más solicitudes de licencia de arma de fuego, no sabemos. Lo que sí sabemos es que tenemos un país violento, sobre todo en zonas rurales, carreteras; hay diversos actos de gobernanza criminal y no se ven mejoras”, expresa.
El especialista en políticas públicas, seguridad y violencia, indica que ante la falta de garantías en la seguridad por parte del Estado, la gente busca protegerse de alguna manera, colocando cámaras de vigilancia en sus casas, negocios, o buscando una licencia de portación de arma de fuego.
Javier Ortiz Sullivan, consultor en proyectos tecnológicos de seguridad, argumenta que el incremento en las solicitudes de licencias de portación particulares, obedece al interés de la Sedena, a través de la Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones, de ofrecer de manera masiva el servicio.
Detalla que también refleja un interés de los particulares de adquirir medios de defensa y protección frente a los fenómenos delictivos.
“Esto tiene que ver con una parte de una situación de inseguridad subjetiva; es decir, la inseguridad que sienten las personas con independencia de los números… Los obliga a tomar medidas de protección y defensa frente a fenómenos criminales”, subraya.
La Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, en su artículo 25, enfatiza que las licencias para la portación de armas serán de dos clases: particulares, que deberán revalidarse cada dos años, y oficiales, que tienen validez mientras se desempeñe el cargo o empleo que las motivó.
El artículo 26 a su vez, indica que las licencias particulares para la portación de armas serán individuales para personas físicas o colectivas para las morales y podrán expedirse cuando se cumpla con ciertos requisitos.
En el caso de personas físicas: tener un modo honesto de vivir, haber cumplido, los obligados, con el Servicio Militar Nacional y no tener impedimento físico o mental para el manejo de las armas.
Además, no haber sido condenado por delitos con empleo de armas, no consumir drogas, enervantes o sicotrópicos y acreditar, a criterio de la Sedena, la necesidad de portar armas por la naturaleza de su ocupación o empleo, las circunstancias especiales del lugar en que viva, o cualquier otro motivo justificado.
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